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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / IV Festival Jordi Savall: Diversidad programática y calidad - por Luis Suárez

Tarragona - 21/08/2024

De nuevo nos encontramos como cada mes de agosto con el Festival Jordi Savall, en este caso en su cuarta edición, en un lugar patrimonial histórico, como es el Real Monasterio de Santes Creus de Tarragona (También incluyen varios conciertos en el Monasterio Cisterciense de Poblet y la Villa Medieval de Montblanc) A destacar la organización del mismo con una más que correcta planificación de actos, conteniendo un plan “B” y hasta “C” antes las posibles inclemencias metereológicas. Conferencias de presentación programática y un gran abanico de intérpretes de primera línea según programas y obras. El nombre del Maestro Jordi Savall ya impone calidad y de nuevo así ha sido. A destacar algunos de los programas exhibidos a lo largo de la semana del 12 al 18, días inclusive.

LA FLOR EN PARADIS. Por Tasto Solo.

Guillermo Pérez, dirección y organetto. Anne-Kathryn Olsen, soprano. David Mayoral, percusión. Pau Marcos, fídula

Tasto Solo nos aproxima a la música de las postreras de la Edad Media, a medio camino entre el Ars Antiqua y el Ars Nova. Una selección de motetes compuestos entre los años 1250-1350 e interpretados con la singular asociación del canto y el organetto y acompañados de la fídula y percusión. Una selección de diversas piezas dedicadas a la devoción mariana con obras del preciado Codex de Montpellier y del extraordinario Manuscrito del Monasterio Cisterciense de “Las Huelgas”, Burgos y que recopila la música utilizada por las monjas residentes de las épocas combina creatividad, investigación histórica. Entre los logros de Pérez está el de haber realizado, junto con el constructor de órganos italiano Walter Chinaglia, un diseño para un organetto que se encuentra en los cuadernos de Leonardo da Vinci. El grupo tiene el tamaño de cámara, pero fluctúa en cuanto a miembros y tamaño según la música que se interprete. Todo ello dispone al oyente a dedicarle un intenso foco de atención, condensando en un programa varios cientos de años de desarrollo musical medieval; hay piezas que van desde el canto brillante de Anne-Kathryn Olsen (ricamente ornamentado aquí con sonidos instrumentales), pasando por el excelente virtuosismo y musicalidad de Guillermo Pérez, pasando por danzas profanas, hasta las primeras etapas del motete medieval tardío. Quienes desearan adentrarse más en la mente medieval también encontraron mucho más que considerar, con unas interpretaciones casi hipnóticas dentro del sonido cristalino y claro por la acústica del Dormitorio de los Monjes.

 

HOMENAJE A MARCO POLO (1254-1324). LA RUTA DE LA SEDA, 1ª PARTE (1271-1275)

Obras representativas de Venecia, Acre, Turquía, Armenia, Bagdad y China.

ORPHEUS 21 – HESPÉRITON XXI

Jordi Savall, viola da gamba y dirección. Manuel Forcano, narración. Alfia Bakieva, violín, Aliya Bakieva, voz y saz.

Este año se celebran 700 años de la muerte de Marco Polo (1254-1324). Hijo de una familia de mercaderes venecianos, Marco Polo dejó Europa con su padre y su tío en 1271 para iniciar un viaje maravilloso por la famosa ruta de la seda hasta China, gobernada por el gran emperador mongol Kublai Khan. Tras un periplo de veinticuatro años por todo el continente asiático regresó a casa y puso por escrito sus aventuras, que reflejan el exotismo fabuloso de un Oriente aún desconocido y casi irreal. El resultado fue su libro La descripción del mundo, más conocido popularmente como Libro de las maravillas, que dejó extasiados a sus oyentes y lectores. Sus descripciones lograron arraigar en el imaginario europeo con una fuerza que, después de siete siglos, ha perdurado hasta nuestros días, y que nos llega por primera vez en su versión integral presentada por Francesco Ardolino y traducida al catalán por Manuel Forcano. Este último ha sido el encargado de ofrecer una interesante conferencia pre-concierto y ejercer de recitador durante el mismo. El primer gran viaje del veneciano se inició en 1271, con solo 17 años y acompañado de su padre. Esta aventura es la que se explica en este extraordinario concierto que nos permitirá escuchar los sonidos y músicas de su periplo, desde Venecia a China pasando por Acre, Turquía, Armenia y Bagdad.

En un esfuerzo ambicioso para los estándares de Jordi Savall y su conjunto Hespèrion XXI, las deambulaciones de la familia Polo se describen en música. Hespèrion XXI aquí no es un conjunto permanente sino un grupo de músicos reunidos para la ocasión; Los músicos proceden de todo el mundo árabe, de Turquía, Grecia, Siria, Afganistán, España, Irán… no sólo describe las impresiones descritas de Marco Polo, ofreció también a los oyentes un conocimiento de una gran franja de historia mundial importante, pero en su mayoría (para los occidentales) desconocida, a medida que el Imperio Mongol avanzaba en Asia Central. Manuel Forcano destaca con su calidez narrativa, con una más que correcta declamación, dando extractos de su traducción acompañados de música apropiada, y se reconstruyen piezas instrumentales o vocales para cada lugar. Destacan el violín virtuoso de Alfia Bakieva, o la calidad vocal de Aliya Bakieva.

Como ocurre con casi todo lo que hace Savall, esta producción es extraordinariamente rica e históricamente evocadora.

 

PYTHIA. Por Ensemble Irini. Valèrie Pellegrini, mezzosoprano. Julie Azoulay, contralto. Benoit-Joseph Meier, tenor. Jean-Marc Viè, bajo. Sébastien Brohier, bajo.

Obras de Orlando di Lasso

Con base en Marsella y fundado en 2015 por Lila Hajosi, el Ensemble Irini está especializado en música sacra antigua de Oriente y Occidente, entre Roma y Constantinopla, y es reconocido internacionalmente por su rigor y sus propuestas únicas, fuera de lo común y atrevidas, muy alejada de los códigos habituales de la Música Antigua. Entre la figura de la Pitia y la de la Virgen, el cuerpo femenino se convierte en puente entre el cielo y la tierra, instrumento investido por lo divino, ya sea a través del habla o de la gestación y el parto. A través de este programa que refleja la figura del receptáculo femenino de lo divino en Occidente y Oriente, el Irini Ensemble explora estos espacios místicos con las Profecías de las Sibilas de Orlando di Lassus y piezas bizantinas dedicadas a la Virgen, incluido un arreglo de Koukouzélis (siglo XII) sobre un relato monumental de la vida de María. La parte occidental del programa está encarnada por la mística Prophetiae Sibyllarum de Orlando di Lasso, compuesta alrededor de 1553-55.

Orlandus Lassus, también conocido como Orlande de Lassus u Orlando di Lasso, fue, según dicen los libros de texto, uno de los más grandes compositores de finales del siglo XVI. Escribió música, sacra y profana, en muchos géneros y en muchos idiomas, y su arte a veces estaba sepultado en artificios e ingenio que no son inmediatamente evidentes para los oyentes modernos. Así es que esta producción arroja una valiosa luz sobre lo que es tan especial en Lassus. Todas las piezas expuestas son bastante breves, por modelos bastante variados y las adaptaciones son maravillosamente sutiles. Aquí el Ensemble aporta la transparencia adecuada a esta música, pareciendo que quienes aman a Lassus encontrarán una profunda fascinación por la misma. Es un trabajo creíble y en general, es muy fácil de escuchar; no hay ni una pizca de pretenciosidad en ella, incluso en los casos en los que la música de Lassus ha conservado cierta medida de la complejidad armónica tipificada por sus salidas más serias, interpretada de forma magistral a través de la caracterización y el puro aplomo la mantiene interesante. Algunos de los intercambios entre los cantantes también son divertidos y atractivos en contrastes de la época que deja al oyente muy buen sabor de boca.

 

CONCERTI GROSSI & FOLLIE. Esplendor del barroco universal. Obras de Corelli, Vivaldi, Händel, J.S. Bach, Charles Avinson y Francesco Geminiani.

Les Musiciennes du Concert des Nations. Alfia Bakieva, Neza Klinar y Aliya Bakieva, vioín y violonchelo solistas. Jordi Savall, dirección.

Los amantes de la música que conozcan en líneas generales la vida de Antonio Vivaldi saben que trabajó durante la mayor parte de su carrera como maestro de música en los Ospedali de Venecia, una institución que era en parte hospital y en parte escuela para niñas huérfanas (o descarriadas). Sin embargo, pocos saben que el término "Ospedali" se refiere a cuatro instituciones venecianas de ese tipo: el Ospedale della Pietà (donde trabajó Vivaldi), el Ospedale dei Mendicanti, el Ospedale degli Incurabili y, por último, el Ospedali dei Derelitti, este último también conocido como "Ospedaletto". Los cuatro hospitales proporcionaban una formación musical exhaustiva a las jóvenes y les proporcionaban refugio hasta que se casaban o ingresaban en un convento; algunas simplemente nunca abandonaban los Ospedali. Fundado a principios del siglo XVI, el sistema de Ospedali venecianos quebró y cerró alrededor de 1780, pero a lo largo del camino emplearon a decenas de los mejores músicos y compositores; Se han catalogado manuscritos de unas 1300 obras escritas para uso de los Ospedali.

Así pues, como homenajeando dichas instituciones la orquesta comandada brillantemente por Savall, está compuesta por féminas. La interpretación orquestal es transparentes, entusiasta y animada en todo momento, ligeramente reverberante, pero clara como el cristal, y las interpretaciones son sólidas. Combinada con la elección elegante y atractiva del programa que aglutina seis ejemplos de Concerti Grossi, de varios de los compositores de élite de la historia del Barroco) Arcangelo Corelli puede muy bien ser el que menos música tiene en su haber. Seis publicaciones de sonatas para solista y trío y concerti grossi, más un puñado de obras inéditas y posiblemente espurias, es todo lo que legó a la posteridad; pero qué lote magnífico y enormemente influyente es esa música. Cuando los 12 Concerti grossi, Op. 6 de Corelli se publicaron, póstumamente, en Amsterdam en 1714 (por Estienne Roger, famoso por sus publicaciones a veces solapadas de Händel), Corelli ya no estaba a la vanguardia del desarrollo musical italiano, Vivaldi y sus coetáneos tenían ese honor para entonces. Pero la música, sin embargo, llevó a gran parte de Europa a un renovado frenesí por la música del recientemente fallecido Corelli, y el grado en que los compositores de un país a otro intentaron duplicar el estilo limpio y claro de sus obras (puro, rico y agradecido son palabras que el historiador de la música del siglo XVIII Dr. Charles Burney usó para describir estos concerti grossi) no se pueden medir realmente.

Las tres solistas (dos violines y un violonchelo) pueden tocar la música como si fuera una sonata en trío; el Concerto Op. 6, n.º 8 en sol menor es el famoso “Concierto de Navidad” en cinco movimientos fue el elegido para la muestra.

Lo quizá más atractivo fueron las piezas elegidas del británico Charles Avison (1709/ 1770), bajo la influencia de sendas “Sonatas de D. Scarlatti” y el de Francesco Geminiani (1680/ 1762): Concerti GrossiI (sobre modelos de Corelli, Op. 5) con la Folía española como tema ingeniosamente variado.

No podía faltar el gran nombre de Antonio Vivaldi que gran número de obras aportó al Ospedale della Pietà, incluso en música tan popular como los 12 Conciertos de L'estro armonico ("La inspiración armónica"), Op.3, de 1711. Más en concreto se interpretó en nº11 RV 565. En los primeros años del renacimiento barroco, estos conciertos fueron casi tan populares como los Conciertos para violín de Las Cuatro Estaciones, y si a alguien se le ocurrió combinarlos con las transcripciones para teclado, ese no fue otro que Bach de quien se incluyó en el programa su célebre Concierto de Brandemburgo, nº3 BWV 1048 (1718). La combinación es reveladora y muestra cómo Bach escuchó en Vivaldi a un intrépido explorador del espacio musical en los grandes conciertos para múltiples instrumentos (hasta cuatro violines), cuerdas y continuo.

Savall ofreció, con la orquesta, un cuidado enfoque interpretativo de todo el programa, utilizando instrumentos de época, o réplicas de los mismos, suaviza un poco su potente enfoque orquestal en las ejecuciones brillantes, tal vez para dejar espacio a los brillantes solistas y todo ello, junto a la buena acústica del espacio, fue muy positivo. Se trata de una excelente y original mirada a esta música tan familiar y siempre cercana para el deleite general.

 

Juan de Antxieta (1462/ 1523) INTONATIONES. Obras de Antxieta y Antonio de Cabezón.

Martí Doñate, tenor. Oriol Mallart, barítono. Pieter Stas, bajo. Daniel Oyarzabal, órgano. David Sagastume, contratenor y dirección.

Juan de Anchieta fue un compositor que tuvo la oportunidad de cantar en la corte de la reina Isabel. (Esto le brindó la oportunidad de cantar con La Rue, Agrícola y de Orto). Algunas de sus composiciones fueron elogiadas por Francisco de Salinas e incluso más tarde, Cervantes. La música de Anchieta es fluida y agradable al oído. Sus progresiones de acordes son simples, construidas sobre bases y terceras ocasionales pero raras. Las obras sacras incluyen "Missa quarti toni. Sine nomine" y un "Magnificat" en tres partes.

El año 1492 vio la conclusión, con la famosa caída de Granada, de siglos de esfuerzo español para reconquistar su península de los musulmanes. Sin embargo, la Reconquista no fue sólo un esfuerzo militar; Fernando e Isabel también fomentaron un nuevo ethos nacional en las artes españolas. A partir de 1474, contrataron únicamente a músicos españoles para servir a su corte, y su mecenazgo permitió un nuevo florecimiento de las letras y la música españolas. Juan de Anchieta, pariente de Ignacio de Loyola y probable estudiante de música en la Universidad de Salamanca con el hermano de Juan del Encina, dio el paso obvio en su carrera y se unió a la capilla real de Isabel la Católica en 1489. Durante décadas sirvió a varios miembros de la casa real de Castilla. Comparativamente, sobrevive poca de su música, aunque esto puede deberse más a la supervivencia de las propias fuentes musicales. Tiene unas pocas obras sacras conocidas en una enorme recopilación de manuscritos de la catedral de Segovia, y un pequeño número de canciones profanas en la antología conocida como Cancionero Musical de Palacio. En el año 1870 Francisco Asenjo Barbieri encontró en la Biblioteca del Real Palacio de Madrid el Cancionero musical español de los siglos XV y XVI que publicó en 1890 y, refiriéndose a Anchieta, en el primer párrafo dedicado al mismo, expresaba: “Sólo por la punible incuria española se puede explicar que un maestro compositor de tan gran notoriedad en su tiempo, como era Anchieta, haya estado hasta ahora completamente obscurecido, sin que ningún biógrafo nacional ni extranjero haya dado noticia de su existencia”. Añadía cuatro partituras del propio Anchieta.

Las interpretaciones de Sagastume. Doñate, Mallart, Stas y Oyarzabal son introspectivas y reflexivas en espíritu que capturan la expresividad de estas obras; todas tienen formas seccionales del tipo que resaltan las líneas individuales del texto de una manera persuasiva con pasajes distintivos de ambientación textual. Así pues, Antxieta está bien servido por sus solistas, comandados por el contratenor alto David Sagastume, con el excelente grupo Intonationes. Bajo un perfecto fondo acústico de la Iglesia del Monasterio, se trata de interpretaciones maravillosas de un repertorio muy poco expuesto.

 

Maurice Ravel. Inspiraciones y Metamorfosis. Obras de Ravel, Lully, Marais, Cabanilles, Santiago de Murcia, François Couperin, Anónimos.

Le Concert des Nations. Nuria Rial, soprano. Charles Zebley, flauta; Manfredo Kraemer, violín; Chiara Granata, arpa; Xavier Díaz-Latorre, guitarra barroca y tiorba; Philippe Pierlot, Viola da gamba baja; Luca Guglielmi, clavecín; David Mayoral, percusión. JordiSavall, Violas da gamba, dirección y arreglos. 

Savall ofrece un ingenioso programa sobre una selección refrescante y variada de música de Maurice Ravel, basado en la concepción de sus obras inspiradas a su vez por piezas barrocas de Francia y España, con la que homenajeaba y curtía cuidadosamente su propio estilo inconfundible. Todo ello invita a la curiosidad y lleva a la sensación de un concierto cuidadosamente programado. En este caso, el programa está construido alrededor de obras con un aire de otro mundo (o "de otro tiempo"), destacando el talento de Ravel para combinar lo exótico, lo antiguo y lo atmosférico, con los timbres y técnicas distintivamente modernos del impresionismo y neoclasicismo de finales del XIX y principios del siglo XX. Con una madurez y cuidado extremo, Savall teje una serie de arreglos para un conjunto seleccionado, equilibrando la necesidad de claridad y moderación emocional con la ligera difuminación de texturas necesaria. Llegan a ejecutar, tantos los originales barrocos, como las posteriores piezas de Ravel, con un sonido atractivo, esbelto y cálido, que suena ágil. Núria Rial es una elección perfecta para la Shéhérazade, Melodías Hebreas o Griegas de Ravel, cantando con un lirismo cremoso y un fraseo sensual que magnifica el anhelo del poético por los placeres exóticos de Oriente. La calidez y terrenalidad de su voz se adaptan perfectamente al estilo de declamación en cada momento.

Ravel rinde homenaje a la rica tradición de la música barroca francesa. Ciertamente, no era la intención de Ravel imitar a Couperin ni a ningún otro compositor barroco; en cambio, incluyó elementos del estilo sin alterar su propio ego característico. Si bien el pianismo de Ravel es inequívocamente moderno, su enfoque refinado y meticuloso del teclado muestra claramente una afinidad con los maestros barrocos franceses.

Así pues, el programa es un ingenioso estudio en espiral desde el germen de cada composición raveliana hacia una comprensión musical más profunda de los temas históricos que se tocan aquí: juntando desde el estilo barroco hacia los efectos persistentes del legado de la Iberia imperial y su "mestissage" o mezcla de culturas, y las relaciones entre los estilos cultos y populares, tanto en Iberia como en el Nuevo Mundo.

Jordi Savall, el violista da gamba más aclamado de finales del siglo XX y principios del XXI, responsable de sacar a la luz muchas de las obras de Marais, toca con extraordinario virtuosismo y expresividad. Lo acompaña un conjunto de músicos de seis cuerdas, teclados, arpa y percusión, cuyas habilidades de improvisación respaldan y dan una amplia variedad de texturas a las piezas. La música escogida es notable por su gran energía y espíritu lírico a través de su lado profundamente expresivo y desgarradoramente conmovedor y, ocasionalmente, por su excentricidad.

 

Mozart & Eberl en Viena (17867 1807) Concierto Madrigalesco. Obras de Mozart y Anton Eberl.

Franceso Spendolini, clarinete; David Glidden, viola. Núria Pujolràs, viola; Candela Gómez, violonchelo; Luca Guglielmi, pianoforte y dirección.

Más que interesante programa conceptual en torno al, por entonces finales del Siglo XVII y principios del XIX, florecimiento del clarinete como instrumento protagonista en los conciertos, y a su vez la relación entre maestro y discípulo: Mozart y el no suficientemente conocido Anton Eberl. El Trío para clarinete, viola y piano en mi bemol mayor, K. 498 de Mozart, interpretado con instrumentos de época. En este momento, los instrumentos, a excepción del pianoforte, no se alejan mucho en sonido de sus primos modernos. Spendolini mostró sus cambios de registro pronunciados, y Gluglielmi resalta los puntos de la música en los que Mozart parece haber estado explotando esta característica del sonido del instrumento. La producción para clarinete de Mozart, el cual nos dejó un buen puñado de obras maestras en su última etapa, es de gran belleza e importancia. Aquí se pude sentir toda su belleza, donde se reproducen las texturas pretendidas de la música, en una interpretación maravillosamente sensible en su vena más sutil del genio de Salzburgo, donde el despliegue mágicamente cambiante de Mozart de su extraño trío de instrumentos (las fuerzas de la obra eran únicas en su momento y casi siguen siéndolo) se interpreta con una alegría ligera que es absolutamente convincente. El primer movimiento, que se acerca más al ideal de la música de cámara como conversación que la mayoría de los cuartetos de cuerda que inspiraron la metáfora, es una secuencia de puntos de equilibrio temporales que recuerdan a un pájaro que se posa y luego emprende el vuelo repetidamente. La calidad de correteo de la sección del trío del minueto del segundo movimiento se perdería en una interpretación menos precisa. El Quinteto para clarinete también está muy bien detallado.

Anton Eberl (1765/ 1807) no sobrevivió a su maestro ni siquiera dos décadas; un compositor que es claramente una figura clave de transición entre la música clásica y la romántica había desarrollado un complejo de inferioridad póstumo debido a la forma en que los "expertos" trataron su música mucho después de su muerte y a las evaluaciones que se habían mantenido durante mucho tiempo sobre su calidad relativa.  El paso, tras la Revolución Francesa, del estilo clásico al romántico alrededor de 1800 fue uno de los eventos más cruciales y cataclísmicos en la historia de la música occidental, y docenas de compositores estuvieron en el centro de su desarrollo. Al hacer que los anchos hombros de Beethoven soportaran el peso de todo este desarrollo histórico, los musicólogos del pasado hicieron un mal trabajo al evaluar lo que sucedió en el período y quiénes estuvieron involucrados. Gran descubrimiento de un autor que, pese a no estar a la altura de Mozart, si es de gran importancia para cualquier melómano y así fue tratado con la misma calidad en la interpretación ofrecida que su maestro.

 

Un Mar de Músicas. (1440/ 1880) Villancicos criollos en diálogo con las músicas de África, América y el Caribe.

La Capella Real de Cataluña. Hespèrion XXI. Jordi Savall, dirección. Neema Bickersteth (Canadá), Sekouba Bambino (Guinea), Yannis François (Guadalupe), Ballaké Sissoko, Mamani Keïta, Tanti Kouyaté, Fanta Sissoko (Mali), Tembembe Ensamble Continuo (México / Colombia)

El Atlántico es un espacio donde se encuentran diferentes influencias: el gran crimen de la trata triangular de esclavos entre Europa, África y América ha dado forma al mundo tal como lo conocemos. Y también ha cambiado la historia de la música. Aquí Jordi Savall, el gran visionario de la práctica interpretativa histórica y conocedor de las culturas musicales mundiales, se une a su innovador conjunto Hespèrion XXI junto con músicos de África y América para idear un diálogo sonoro entre las influencias recíprocas del barroco europeo y el Canciones de esclavos entre 1440 y 1880. Jordi Savall no es sólo uno de los principales violistas de nuestro tiempo, sino también un pensador pionero en el campo de la práctica interpretativa históricamente informada. Como fundador de numerosos conjuntos de sonido originales de alta calidad, ha redescubierto varios siglos de música olvidada de todo el mundo y la ha hecho accesible regularmente en conciertos seleccionados temáticamente. Junto a músicos invitados de Cuba, Haití, Brasil, Mali, Venezuela y México y sus formaciones Hespèrion XXI y La Capella Reial de Catalunya, en “Un mar de músicas” Jordi Savall rinde ahora homenaje a los más de 12 millones de personas deportadas y esclavizadas por las potencias europeas durante cuatro siglos – y sus lenguajes musicales. Una velada que recuerda esta tragedia humana y que extiende una red sonora a través del Atlántico Negro, desde las costas de África a las costas de América, al Caribe y de regreso a Europa, revelando los caminos que tomaron las influencias musicales en ambas direcciones: la europea. La música barroca y renacentista influyó en las canciones y compositores criollos de las colonias, mientras que a su vez la música de los esclavos inspiró a compositores de Francia y España. En “Un mar de músicas”, las canciones que afirman la vida se complementan con textos con citas históricas y explicaciones cronológicas: desde las primeras expediciones de trata de personas en África hasta los inicios de los levantamientos en la región del Caribe y la tardía decisión de abolir la esclavitud. La pareja de narradores, recitan estos textos muy conmovedores y a veces brutales, que revelan la historia de la trata de esclavos en Europa en toda su drástica. Un recordatorio de todos aquellos para quienes la música se convirtió en un medio de supervivencia.

La interpretación, tanto para puristas de la mal llamada música clásica, como accesible para todo tipo de oyentes en la música más popular, se erige como una oración por la tolerancia, la paz y la reconciliación entre los pueblos y sus naciones, no a pesar de sus culturas contrastantes y religiones entremezcladas, sino más bien en celebración de ellas. Las melodías de esta colección y las personas que las interpretan provienen de una variedad de tierras citadas. Basándose en múltiples tradiciones orales y en un repertorio de manuscritos intensamente investigados por Savall, Hespèrion XXI y la Capella Reial presentan una mezcla suavemente inspiradora de melodías tradicionales, tocadas con calma y cantadas con elegancia y precisión improvisada. Si el estado de ánimo predominante es el de la reflexión, hay muchos siglos de historia compartida sobre los que reflexionar, aquí se propone una aplicación más humana y realista. "Si queremos devolverle algo de esperanza a nuestra humanidad desorientada, debemos ir más allá de un mero diálogo de culturas y creencias hacia un diálogo de almas. Tal como nos encontramos a principios del siglo XXI, esa es la misión irreemplazable del arte" (Amin Maalouf).

Luis Suárez

 

Varios intérpretes

Real Monasterio Cisterciense de Santes Creus, Tarragona.

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