El Festival de Granada recibió, entre el elenco de grandes intérpretes solistas que ha congregado este año, a la pianista china Yuja Wang. La emergente estrella del piano, conocida por exhibir un virtuosismo y una infalible pulsación en sus programas, ha suscitado gran expectación, agotándose las entradas prácticamente el mismo día que se inició su venta. Le acompañaron en el escenario la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo dirigida por Gustavo Gimeno, titular de dicha formación desde 2015.
Gustavo Gimeno, el recién nombrado director artístico del Teatro Real, y la Filarmónica de Luxemburgo acuden por primera vez juntos al Festival de Granada. La formación tiene una dilatada tradición interpretativa que se caracteriza por un sonido limpio y brillante. Gimeno, desde que se puso al frente de la misma, ha perseguido reforzar ese sonido y potenciar su expresividad en función de cada programa, trabajando con equilibrio y clarividencia el sonido desde cada sección, para finalmente construir un timbre envolvente de enorme ductilidad.
El concierto que dieron junto a la pianista Yuja Wang se centró en cuatro autores del siglo XX, evidenciando la pluralidad de estilos y visiones del arte que contempló dicha centuria. El programa se abrió con Aqua Cirenea, una breve pieza orquestal del compositor valenciano Francisco Coll. Esta página sirvió para calentar motores a director y orquesta, ya que despliega una paleta tímbrica muy rica en efectos expresivos.
Tras este breve preludio ocupó el escenario la pianista china Yuja Wang para interpretar, junto al conjunto orquestal, la compleja Rapsodia sobre un tema de Paganini en la menor op. 43 de Serguéi Rajmaninov. Desde la primera a la última nota cautivó al público por su precisión en la interpretación, llegando a niveles de virtuosismo de gran complejidad y belleza a la vez. Por encima del fenómeno mediático, que en cierto modo la pianista ha potenciado con sus alardes técnicos y su particular estilo, pudimos asistir a una interpretación del más alto nivel que mantuvo en silencio absoluto al público congregado en el Palacio de Carlos V, señal inequívoca de asombro y agrado. La pianista fue articulando el tema y las veinticuatro variaciones de la partitura con una infalible exactitud de pulsación. Los motivos emergían con la fuerza oportuna de entre la atmósfera de arabescos, acordes en salto y arpegios; así, de entre todo ese marco sonoro, destacó en todo momento con maestría y precisión un devenir melódico bien definido. Todo ello, en su conjunto, es evidencia inequívoca de su gran escuela técnica y del magistral dominio del lenguaje pianístico. Frente a ella estuvieron oportunamente Gustavo Gimeno y la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo para ofrecer la justa réplica al discurso solista.
Yuja Wang, en agradecimiento a los incesantes aplausos de un público que se resistía a dejarla marchar, y tras saludar de forma muy expresiva y sonriente, ofreció tres propinas, cada una de ellas perfecta en su ejecución: Margarita en la rueca de Schubert, en un arreglo de Franz Liszt; Fantasía de Carmen, escrita por Vladimir Horowitz sobre temas de la ópera de Bizet; y Melodía de Orfeo y Eurídice, escrita por Giovanni Sgambati a partir de un tema de Gluck.
La Filarmónica de Luxemburgo y su director titular pudieron desplegar todo su potencial expresivo y la riqueza de su paleta tímbrica, esta vez en solitario, en la segunda parte del programa. En primer lugar, se interpretó la suite de El caballero de la rosa, de Richard Strauss. Esta compleja partitura representa la exaltación de un último romanticismo, con un lenguaje armónico expandido y una distribución de la melodía por timbres que Gimeno aprovechó notablemente para exhibir los recursos sonoros de su orquesta. Su dirección fue eficiente y muy precisa, con numerosos y variados efectos, matices y dinámicas que convirtieron en sublime su puesta en atriles. Cerró el programa La Valse de Maurice Ravel, otra obra que permite establecer múltiples juegos sonoros entre las secciones de la orquesta. Fue toda una lección de dirección por parte de Gimeno, al frente de un instrumento perfectamente calibrado del que supo extraer toda la esencia.
Gimeno y la Filarmónica de Luxemburgo también dieron dos obras fuera de programa al término del concierto, habida cuenta de la insistencia del público que aplaudía puesto en pie: en primer lugar, una exuberante versión del Vals núm. 1 de la Suite de Jazz de Shostakovich, que se siguió por una óptima versión orquestal de la Danza del fuego fatuo de Manuel de Falla.
Gonzalo Roldán Herencia
Programa: Francisco Coll, Aqua Cinerea; Serguéi Rajmáninov, Rapsodia sobre un tema de Paganini en la menor op. 43; Richard Strauss, Suite de “El caballero de la rosa” TrV 227b; Maurice Ravel, La Valse.
Orquesta Filarmónica de Luxemburgo
Solista: Yuja Wang (piano)
Director: Gustavo Gimeno
Fecha y lugar: Palacio de Carlos V, 06 de julio de 2023
Foto © Fermín Rodríguez