Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Intérprete y obra a la par (Orquestra Simfònica Camera Musicae) - por Luis Suárez

Barcelona - 24/03/2021

El guitarrista Pablo Sáinz-Villegas vive profundamente las partituras y esto se nota tanto en sus interpretaciones como en su entrega absoluta al público; un artista inventivo y que poco debe a las escuelas preestablecidas. Villegas nos hace encontrarnos con una material fresco, resaltando todos los notables matices de sonido de su instrumento, excepcionalmente expresivo y satisfactorio.

En sus manos, el más que conocido, interpretado y grabado, “Concierto de Aranjuez” de Joaquín Rodrigo, donde la guitarra nunca parece superada o fuera de su elemento, con una orquestación simple, clara y, sin embargo, interesante: a veces creando un diálogo entre solista y conjunto, y en otras logra convertirlos juntos en una guitarra gigante, un efecto extremadamente imaginativo y exitoso. Rodrigo también crea colores distintivos al combinar la guitarra con otros instrumentos solistas, como el corno inglés.

García Calvo consigue perfectamente que en todo momento la guitarra sea solista, pero la orquesta supone una verdadera delicia, una orquesta  transparente, pero centelleante en un constante chisporreo. Perfectamente fundidos pintoresquismo y clasicismo se mitigan y vivifican recíprocamente. Sáinz-Villegas transmite una gran variedad de estados de ánimo, mucho más allá de la nostalgia soñadora de los grandes estándares, y la atención del oyente nunca se relaja, encontrando una experiencia técnica nítida y una musicalidad única, diferente, convincente, con un sonido tan rico y completo que no necesita amplificación alguna. Tras los aplausos merecidos, retoma la guitarra, se inclina hacia Francisco Tárrega y vuelve a ofrecer una impresionante variedad de gestos virtuosos y sensibilidad a raudales. Nos transporta de Aranjuez a la Alhambra, para acabar marcándose una “Gran Jotica” en una interpretación apasionada, emotiva y de corazón abierto.

La “Sinfonía n° 8” de Beethoven se ve interpretada por un Guillermo García Calvo técnicamente seguro y totalmente comprometido en su ejecución, un indicador de lo que funciona con una orquesta de esta experiencia. Una ejecución de la orquesta marcada por una energía y compromiso, y sorprendentemente agradable por su vitalidad. Los tempos son enérgicos, líneas nítidas y concisas. Las viejas formas clásicas están claramente delineadas pero de alguna manera perfectamente desequilibradas por un aluvión constante de distorsiones curiosamente humorísticas beethovenianas. Un verdadero acierto haber programado esta, injustamente medio aparcada, sinfonía del  genio alemán.

Luis Suárez

Pablo Sainz-Villegas, guitarra.

Orquestra Simfònica Camera Musicae (OCM). Guillermo García Calvo, director.

Obras de Joaquín Rodrigo y Beethoven.

Palau de la Música Catalana, Barcelona.

840
Anterior Crítica / Estreno, repertorio y… Shostakóvich (La generación ascendente) - por Luis Mazorra
Siguiente Critica - Ars Melancholiae (FeMÀS I) - por Carlos Tarín