El sucinto y bello coro a cappella para cuatro voces mixtas Pueri hebræorum de Tomás Luis de Victoria definió, aún en su relativa brevedad, un marco estético generoso en el que se incluyeron con sorprendente facilidad, piezas distantes estéticamente. Era el programa (intitulado “Resonare fibris”) del grupo vocal e instrumental cuyos integrantes se citan puntualmente en el faldón, dentro del ciclo de cámara y polifonía Satélites que organiza la Orquesta y el Coro Nacionales de España (OCNE) en la sala de cámara del Auditorio Nacional de Música de Madrid.
Un elenco que solemos denominar “multiforme”, por sus dispares contingentes sucesivos, y donde las nuevas obras y sus autores (presentes en su totalidad en la sala) eran protagonistas.
Un programa que, de esta forma, convergería en la expectativa de un amplio estreno que concitaba a todos los profesores y era presentado como última obra.
Mercedes Zavala y su None of us para bajo, clarinete y piano reunió con pericia, técnicas vocales e instrumentales con claro y distinto carácter idiomático. Un carácter que se extendía puntualmente al lenguaje de sus tres partícipes pero, con especial dedicación y presencia, al de la voz y clarinete.
De Bernardino Cerrato una pieza, L’Amante segreto con contralto solista, parecía parafrasear e invocar desde el título, a la propia historia de la música, del barroco hasta cierta (ya clásica) contemporaneidad. En su seno: Barbara Strozzi, y su L’Eraclito amoroso, ya con soprano y una “afectuosa” y siempre intensa (casi por definición) passacaglia interna.
Voces, pues, exigidas, en estéticas y técnicas distantes pero que bien pueden conjugarse por este u otros caminos, más aún con aquel aglutinante histórico incorporado desde su mismo inicio.
El Hommage an (Homenaje a) Bach para violonchelo solo de Alicia Díaz de la Fuente, se apoyó en claros puntos de articulación (incluida la ligera puntuación percusiva con resonancias también en el imaginario oriental) y notas extremas de tesitura (y dinámica…) del violonchelo.
Dum aurora nos devolvió, con mayor brevedad aún que de inicio, pero con virtual eficacia, a una polifonía inclusiva y aglutinante, eso sí, más lírica que de inicio, en las manos de este adelantado maestro de maestros: Francisco Guerrero.
Y, por fin, el estreno (estreno absoluto que suele decirse para diferenciarlo de otras efemérides menos universales) de la tarde: Versa est in luctum: Resonare fibris II firmado por quien (tiempo há) fuera, por brillante unanimidad y en primera votación (doy fe porque era secretario de aquel tribunal) Primer premio del longevo concurso de Jóvenes compositores de la SGAE Y CDMC, Sergio Blardony, con texto de Pilar Martín Gila y, como dije ya, para todos los citados en este programa junto a una electrónica (también) aglutinante.
Superposición heterofónica por estratos y planos sonoros. Continuos y suaves fondos y, entradas y salidas reguladas. Un juego de espejos que funciona, no sé si por tanto tiempo como el planteado, con tal objetivo.
Conducción por grados conjuntos en la voz y buena parte de un clarinete bajo también aglutinador, que contrasta con un piano de abultada diferenciación rítmica, al igual que la sinergia sonora de los dos violonchelos.
Música que combinando elementos creara una atmósfera estática de pretensión etérea. Incluso con la irrupción insistente y en octavas (algo sorpresiva en este ámbito estético…) de algún enérgico acorde tríada.
Las inefables Coplas a la muerte de su padre (Rodrigo) de Jorge Manrique, fueron el expreso y existencial detalle literario impreso en el interior de esta relativa compacidad armónica general derivada de la saturación del espectro por estratos simultáneos poco diferenciados.
Luis Mazorra Incera
Elenco: Margarita Rodríguez, soprano; Beatriz Oleaga, mezzosoprano; Diego Blázquez, tenor; Pedro Llarena, bajo; Josep Trescolí y Joaquín Fernández, violonchelos; Carlos Casadó, clarinete, y Mario Prisuelos, piano.
Obras de Blardony, Cerrato, Díaz de la Fuente, Guerrero, Strozzi, Victoria y Zavala.
OCNE-SATÉLITES. Auditorio Nacional de Música. Madrid.