Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Il Suoni dei Corpi Celesti, de Iluminada Pérez Frutos - por Fernando Mesquida Garrido

Granada - 12/05/2024

La belleza del Cosmos, los murmullos del universo

Obra galardonada en el Concurso Internacional de Composición “Classical Music Stars International Competition”

En medio de la fealdad, la vulgaridad y los estertores del mundo, al hombre le cabe la dicha de poder trascender el plano de lo real a través del arte y la belleza. Hay creaciones especialmente dotadas para llevarle a un ámbito del que retornará con las alforjas de su existencia repletas de metales preciosos. Como afirmó André Maurois “Cuando las cosas no van bien, nada como cerrar los ojos y evocar intensamente una cosa bella”.

No todas las creaciones tienen esta capacidad de transportarnos a los “mundos sutiles ingrávidos y gentiles” que cantara Antonio Machado, hasta conseguir una suerte de enajenación sublime; solo unas pocas consiguen alumbrar en nosotros un sentido de trascendencia que nos permita tener la perspectiva suficiente para sentir que formamos parte de un todo armónico. La mirada artística nos hace contemplar la realidad de manera singular. Hay seres dotados con la facultad de convertir en arte determinados aspectos de la realidad, y que, si no fuera por ellos, serían inaccesibles al resto de los mortales. Iluminada Pérez Frutos es una de esas personas tocadas por el divino don de la expresión musical, quizás la más excelsa de todas creaciones artísticas. Y esos “mundos ingrávidos” en los que Iluminada ha navegado, le han llevado a una inmensa, inspirada composición musical. Es el universo mismo  el que mueve la música de Iluminada. Una obra con la sublime belleza de “Il Suoni dei Corpi Celesti”  para orquesta y proyección visual en 3D , basada en las teorías de Kepler,  llega  a todos los corazones y almas sensibles  para que así  celebren la dicha de latir en un mundo del que la compositora ha sido capaz de arrancar las notas más excelsas, aquellas que serán el pasaporte de un viaje a los confines del espacio que nos acoge.

Cuando en  la vida se nos presenta una obra como ésta no podemos menos que brindar muy alto, por habérsenos concedido el privilegio de contar con una compositora verdaderamente genial.  Podríamos decir que través de ella  se une el microcosmos de nuestra sensibilidad al macrocosmos mayestático y bello.

Dos cosas llenan mi ánimo de creciente admiración y respeto a medida que pienso y profundizo en ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí…….las veo ante mí y las enlazo directamente  como si estuvieran envueltas en tinieblas o se hallaran en lo trascendente……la primera arranca del sitio que yo ocupo en el mundo sensible externo, y ensancha el enlace en que yo estoy hacia lo inmensamente grande con mundos y más mundos y sistemas de sistemas, y además de su principio y duración hacia los tiempos ilimitados de su movimiento periódico….”, nos diría el gran filósofo Inmanuel Kant, en el Siglo de las Luces, en su “Crítica de la razón práctica”. La revelación del filósofo nos conecta con el ámbito de lo inefable, una experiencia que podemos sentir bajo una noche estrellada, un trozo del universo que puede inspirar las más  bellas y profundas creaciones. Y sentimos que ha sido Iluminada quien con su composición nos trae a nuestra alma todo este mundo a través del sonido, la música.

Hace más de ocho  siglos el Dante de la Divina Comedia  fue guiado al Paraíso - lugar del saber y la ciencia divina-  por Beatriz. Ésta le llevó por las nueve  esferas del cielo, que giran como los planetas en torno al Sol, en nuevo círculos concéntricos. La lectura de la Divina Comedia, es aún para el hombre sensible del siglo XXI una experiencia inefable, aunque paradójicamente sea expresada con palabras, y que le proyecta hacia los valores  y sentimientos más excelsos del ser humano, en un viaje interior del que puede regresar transformado si ha abierto su  alma y corazón durante el trayecto. También inefable nos resulta la inmersión en  “Il Suoni Dei Corpi Celesti”, llevándonos a una revelación que va más allá de nuestros sentidos. Se trata de una obra basada en la idea de que el  universo está  gobernado según proporciones numéricas armoniosas y los sonidos que produce cada esfera se combina con los sonidos de las demás creando una sincronía sonora especial llamada “Música de las esferas”. Es el poder evocador del Arte con mayúsculas, en este caso de una composición que nos parece estar llamada a figurar entre las obras inmortales de las creaciones musicales. El viaje que nos ofrece Iluminada Pérez, nuestra particular “Beatriz” contemporánea, nos lleva también por los planetas de nuestro sistema solar. Es un privilegio poder contar con una compositora de la capacidad de Iluminada y que, a través de ella sea Prometeo el que nos traiga el fuego de una divina inspiración capaz de transportarnos   a las moradas donde descubriremos un mundo que nos colmará de plenitud.

El día en que nuestro sistema solar se hizo música,  fue cuando la compositora Iluminada Pérez Frutos escuchó las notas de sus esferas, de sus cuerpos celestes  y los llevó a la partitura, y fue cuando los planetas cobraron vida a través de su identidad musical. Cuando un artista es capaz de captar una parte de la creación y convertirla en arte de manera tan lograda, es siempre un motivo de celebración, es la victoria del arte sobre las  limitaciones del mundo y la existencia. Cuando de manera tan delicada llega a nuestros sentidos esa música del universo, una música que nos permite el viaje astral, no podemos menos que brindar por tan gran compositora que ha logrado elevarnos hasta tan gloriosos confines y permitirnos danzar con los planetas y lo que cada uno de ellos representa.

La belleza de la música sinfónica combina sonidos desde diversos instrumentos, modulados por la intensidad, el tono y el timbre de los instrumentos, la  frecuencia y los silencios, constituyendo melodías y su contrapunto. Una construcción de sonoridades y silencios en sus tempos determinados, de la que “Il Suoni Dei Corpi Celesti”, constituye una de sus majestuosas catedrales.

En este ascenso a los cielos nos es revelado el carácter de los planetas. Así, el yermo Mercurio; Venus, la tierra del fuego profundo; la Tierra como un recuerdo lejano;  Marte petreo, lento, intenso; Jupiter, lento, libre, eterno; Saturno libre, volátil, etéreo…

Esta obra ha tenido su justo reconocimiento al hacerse con el  “Primer premio con mención especial” en el  prestigioso Concurso Internacional de Composición “Classical Music Stars  Competition” (Los Ángeles, Nueva York).  Felicitamos a tan insigne compositora y le deseamos que igualmente sea reconocida en nuestro país.

por Fernando Mesquida Garrido

 

Il Suoni dei Corpi Celesti, de Iluminada Pérez Frutos

Obra galardonada en el Concurso Internacional de Composición “Classical Music Stars International Competition”

 

Foto: Iluminada Pérez Frutos, autora de Il Suoni dei Corpi Celesti.

162
Anterior Crítica / Mäkelä y el Concertgebouw celebran los 200 años de Bruckner - por Agustín Blanco Bazán
Siguiente Libros / La jota aragonesa, símbolo decimonónico de libertad - por Jorge Nicolás Manrique