Atractivo programa el ofrecido con motivo de la trigésimo tercera edición del Concierto de Santa Cecilia por la Orquesta Sinfónica de Madrid dirigida, en esta ocasión, por Juanjo Mena. Y digo interesante no ya por la coherencia/diversidad de que disfrutaba a priori. Sino también por una relativamente infrecuente primera parte. Y es que, en esta sección inicial de un concierto generoso en extensión y complejidad, se ofrecieron dos obras que no suben a los atriles sinfónicos con tanta asiduidad: la Suite Homenajes de Manuel de Falla y el Concierto para oboe y pequeña orquesta de Bohuslav Martinů. Y, de alguna manera, cumplieron con este atractivo rol, ambas, eso sí, en la circunspección de sus modestia y limitaciones expresas.
Cayetano Castaño fue el solista de oboe a cargo de la sugestiva obra de Martinů en un repertorio no sobrado, en “tiempos modernos”, de buenas partituras como solista en Concierto. Un estímulo que se continuó, tras el descanso, con la versión orquestal de los Valses nobles y sentimentales de Maurice Ravel. Una partitura relativamente atomizada que, como excepción que confirma la regla, quizás tenga mejor cara en su versión pianística que en ésta, algo frágil y ampulosa por su fragmentación formal y pretensiones orquestales. Para finalizar el programa anunciado previamente, toda una garantía de éxito e inevitable ovación: la transitada Suite segunda de El pájaro de fuego, cuya musicalidad, complejidad y lucimiento individual y colectivo se defendieron a sí mismas… -¡Qué salga el autor!.
Para finalizar el acto, una propina programada in situ que me trajo gratos recuerdos en este mismo marco y protagonistas paralelos. Y es que hace ya buen número de años, es posible que incluso ya en el siglo pasado o cercanos a él, saliendo de la sala de cámara de este mismo Auditorio Nacional, tras un concierto con una interpretación, también en propina, de otro arreglo para grupo de cámara, firmado por Jesús Villa Rojo, de este mismo pasodoble: Suspiros de España. A la sazón, según se salía por la puerta y con su espontaneidad habitual, Carmelo Bernaola, se deshacía en elogios por las virtudes musicales de este popular pasodoble de Antonio Álvarez.
Sin complejos y en insinuado y jovial menoscabo, si quieren, de las obras interpretadas, estrenadas o no, en aquel mismo programa, entre las que se encontraría, a buen seguro, alguna de él mismo… Hoy escuchamos otro arreglo orquestal, el de Cristóbal Halffter, con breves preludio y postludio añadidos, que volvió a lucir las cualidades, aparte de musicales, simbólicas también, de una pieza emblemática. El pasodoble Suspiros de España… sea, pues, siempre bienvenido… dentro o fuera de programa… o de nuestras fronteras.
Luis Mazorra Incera
Cayetano Castaño, oboe. Orquesta Sinfónica de Madrid / Juanjo Mena.
Obras de Álvarez-C.Halffter, De Falla, Martinů, Ravel y Stravinski.
OSM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.