Dedicado, en palabras de su directora, a Teresa Berganza, un concierto monográfico con música de Georg Friedrich Haendel ocupó los atriles de la Orquesta Nacional de España dirigida por Emmanuelle Haïm en su temporada.
Partituras de incontenible energía donde brillara el elenco, tanto el mencionado bajo estas líneas y citado en el programa de mano, como, por igual, el resto del tutti sobre el escenario del Auditorio Nacional de Música.
Un brillo instrumental donde en el, para nada telonero, Primer concerto grosso op. 6 en sol mayor se manifestó sabía y eficaz adaptación del fraseo y técnicas individuales y conjuntas "de barroco", con la prestancia instrumental de estos profesores de la Orquesta, ya desde arranque, indicado por el propio Händel… A tempo giusto.
Intenso desempeño de todos, en un continuo sinfónico desde el tutti a los solistas y viceversa, con expresivo uso del silencio y claridad en las líneas interiores siempre coherentes en una articulación de encomiable dinamismo.
Sin salirnos de la tonalidad de sol mayor (yo hubiera variado el orden), la Tercera suite de Música acuática fue el siguiente paso. Un paso noble y afectado en su comienzo, dando otra faz que pronto mutara a la enérgica con que el sajón nos tiene acostumbrados.
Dinamismo y reflejos, pues, entrega al fin y al cabo, para una música que lo merece y que destacara a sus solistas de oboe y flauta de pico, pero que, como ya indiqué, precisa por igual del resto de atriles, exigidos por la gracia, ajuste y… tempi giusti.
Un oboe que ya tuvo su protagonismo, junto con la pareja de trompas y su encantadora vena melódica, en una estructura más ambiciosa en el vistoso contrapunto de la Primera suite de la Música acuática en fa mayor.
Ajuste y celeridad que caracterizaron el arranque con un oboe en primer plano de la Cantata profana «El delirio amoroso».
La sorprano Lenneke Ruiten levantó una obra "de especialista", vértigo y dificultad de afinación. Diálogos de ascendente italiano con un virtuoso concertino, en el que ambos destacaron ya sea por fiato, altas tesituras y agilidad en la voz, o por el bello y poderoso sonido con técnicas cadenciales de solista de todo tipo (e in crescendo a medida que avanzaba la pieza), en el violín.
Un magisterio y trabajo desarrollado, que pasara después junto al violonchelo y flauta de pico coprotagonistas, en oportuna concertación con el tutti.
Continuando con Händel, Il volo così fido con soprano y flauta de pico en feliz maridaje, y el tutti, por supuesto, sirvió de espléndida propina que, detalladamente asentada y ajustada, levantara un punto más de entusiasmo.
Luis Mazorra Incera
Emmanuelle Haïm, directora y clave; Lenneke Ruiten, soprano.
Orquesta Nacional de España. Miguel Colom y Alejandra Navarro, violines, Ángel Luis Quintana y Javier Martínez Campos, violonchelos; Antonio García Araque, contrabajo; Robert Silla, oboe; Héloïse Gillard, flauta de pico; Quito Gato, laúd; y Elisabeth Geiger, clave.
Obras de Haendel.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.