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Crítica / Hadrian, una ópera del siglo XXI con futuro - por Francisco Villalba

Madrid - 07/08/2022

Vaya por delante felicitar al teatro por ofrecernos obras de nuestro tiempo, siempre que merezcan la pena, y Hadrian la merece. Hadrian, Adriano para nosotros, se inspira en el emperador, sucesor de Trajano, que gobernó Roma de 117 a 138 d.C y en este personaje,  en la versión que del mismo nos hace Margarita Yourcenar en las “Memorias de Adriano”, se inspiró  el compositor canadiense estadounidense,  Rufus Wainwright, cantante y autor de canciones en colaboración con Elton John, David Byrne, Robbie Williams y Burt Bacharach,  para crear esta su segunda ópera,  la primera fue Prima donna, estrenada en el Festival Internacional de Manchester en 2009. El libreto es obra del conocido dramaturgo canadiense Daniel MacIvor.

En su conjunto, la obra no me parece redonda. El libreto es demasiado largo y en muchas ocasiones confuso; la ópera dura más de dos horas y media; la partitura es irregular y alterna fases melódicas, con acentos de blues y jazz, con otras más violentamente modernas, con abundancia de metal y percusión, pero sin jamás abandonar el estilo tonal.   

Sin embargo, aún con estas pegas, el resultado final me parece más que apreciable. Sí, tiene parlamentos un tanto tediosos, pero las escenas de Adriano y Antinoo son bellísimas, con un vuelo lírico que es difícil encontrar en las óperas contemporáneas, y el monólogo de Sabina, la esposa de Adriano, es una pieza de lucimiento canoro para la soprano.

En su estreno en Toronto fue representada; aquí la hemos disfrutado en una semirepresentación bastante bien resuelta por Jörn Weisbrodt, que logra con escasísimos elementos dotar a la obra de un dramatismo de la mejor ley. Discutibles encuentro las proyecciones de magníficas fotografías de Mapplethorpe, de innegable belleza, que en muchas ocasiones distraen más que se integran en el discurso de la obra.

El reparto vocal fue notable, destacando Vanessa Goikoetxea como Sabina, que interpretó su monólogo con verdadera maestría de belcantista. Magnífica. Estupendo el Turbo de Christian Federici. Como Antinoo, Santiago Ballerini cantó muy bien e interpretó con mucha dignidad su papel.

El gran Thomas Hampson, al que en Madrid no hemos disfrutado en ópera, demostró por qué ha sido y es uno de los grandes. Bordó su papel a niveles vocales, dotando a Adriano de grandeza y sensibilidad. A niveles teatrales fue un enamorado noble, sincero, apasionado, sin caer en el exceso ni en la caricatura. Además se vio favorecido por su envidiable presencia física.

Scott Dunn, hizo una lectura de la partitura acertada, brillante, a veces en exceso, pero aprovechó la excelente forma en la que están la orquesta y el coro del Teatro Real para redondear una semirepresentación más que notable.

Con ciertos recortes y alguna corrección, auguro a Hadrian larga vida porque es una obra que abunda en momentos en los que escuchamos música que emociona y eso hoy en día es algo más que raro.

Francisco Villalba

 

Música Rufus Wainwright, Libreto Daniel McIvor

Estrenada en la Canadian Opera Company de Toronto el 13 de Octubre de 2018

Teatro Real, Madrid

 

Foto © Javier del Real | Teatro Real

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