Entre las reposiciones de este año en su ‘cartellone’ del Teatro alla Scala, la obra más popular de Giordano, Andrea Chénier, presentaba dos repartos parcialmente distintos, que finalmente fueron tres.
El que vi ofrecía dos novedades sobre el primero: la incorporación de Maestri en el rol de Gérard (imposibilitado de hacerlo antes por indisposición) y el debut en la parte de Maddalena de Isotton. Esta última fue quien convirtió una función correcta en algo memorable. No porque fuera desconocida, sino porque tras años de pequeños papeles o de sustituciones de última hora, finalmente se le dio la gran oportunidad. Un nombre que retener.
Voz ‘italiana’ a la vieja usanza: volumen, color, extensión, homogeneidad y calidad de registros, claridad en la dicción y espontaneidad en la enunciación del texto, buena figura y actuación de buen nivel. Su gran momento solístico en el tercer acto y los dúos con el protagonista justificaron plenamente los aplausos y las ovaciones al final del espectáculo.
El protagonista de Eyvazov ya visto cuando se estrenó esta producción de Martone, lo encontró algo cansado en el último acto, siempre con un timbre poco grato y un canto valiente con intentos de matizar y actuación sólida. Maestri tal vez no del todo recuperado hizo escuchar una voz amplia y timbrada, pero con algún problema de entonación y muchos de emisión en la zona alta. Lo que mejor resolvió fue su gran solo ‘Nemico della patria’.
Los comprimarios son muchos e importantes en la obra. Los mejores fueron Bossi en el Incroyable y Di Sauro en Bersi. Amoretti lo hizo bien pero tal vez su voz es demasiado oscura para Roucher. Zilio (Madelon) es una presencia histórica, y una actriz de recurso que ama demasiado los efectos; su rendimiento vocal es el mejor que puede dar una persona de su edad.
Dos jóvenes que me suelen gustar no tuvieron su mejor noche: Lo Monaco (la Condesa) tenía dificultades para hacerse oír y Mastrototaro (Mathieu) tuvo una actuación desafortunada en todas sus intervenciones. Discretos los demás con una mención para los interesantes medios de un alumno de la Academia de la Scala, Li Huanhong en las breves partes del mayordomo del primer acto y el carcelero del último.
Sobre el espectáculo ya me expresé favorablemente en su momento. Sigue funcionando bien, es ágil y traza bien los personajes. Coro (preparado por Alberto Malazzi) y orquesta estuvieron a la altura de su fama, bien dirigidos por Armiliato quien acompañó bien sin los detalles y refinamientos de Riccardo Chailly en aquella ocasión.
Jorge Binaghi
Yusif Eyvazov, Ambrogio Maestri, Chiara Isotton, Francesca Di Sauro, Jose Maria Lo Monaco, Elena Zilio, Ruben Amoretti, Carlo Bossi, Giulio Mastrototaro y otros.
Orquesta del Teatro / Marco Armiliato.
Escena: Mario Martone.
Andrea Chénier de U. Giordano.
Teatro alla Scala, Milán.
Foto © Brescia e Amisano - Teatro alla Scala