Reconozco que mi primera impresión al conocer el programa de presentación de la nueva temporada de la Euskadiko Orkestra y Robert Treviño fue de relativa sorpresa pues me parecían difícilmente encajables las dos propuestas ofertadas. Ni por estética, ni por temporalidad ni por origen parecía aconsejable ensamblar Noches en los jardines de España, de Manuel de Falla con la Sinfonía nº 8, op. 65, de Dimitri Shostakovich. Tal impresión se mantuvo al finalizar el concierto; de hecho, no deje de pensar que, en realidad, había asistido a dos conciertos distintos. Y vaya por delante que fue sustancialmente más interesante el segundo, dedicado al maestro soviético, que el primero.
Noches en los jardines de España es una suerte de fantasía para piano y orquesta en la que priman los aires andaluces y “andaluzantes”pasados por el tamiz del impresionismo francés. Un piano que –casi- nunca alcanza la categoría de protagonista absoluto, sometido a la brillantez de una orquesta y que, bien llevada por el maestro titular, nos ofreció una interpretación solvente aunque nos quedara la sensación de que Alexei Volodin y su categoría técnica pedía mayor acción.
Esa pequeña frustración se superó con creces con la lectura enérgica, impulsiva y poderosa que el titular hizo de la Sinfonía nº 8 del mayor genio soviético, Dimitri Shostakovich. Queda para el recuerdo personal un tercer movimiento, allegreto non tropo, sencillamente soberbio, donde todos los solistas brillaron a gran altura. Ello se menciona sin menoscabo del merecido aplauso que exige el desarrollo íntegro de la obra, que debería de disfrutar de mayor atención en los atriles.
Sé que terminará por ser una frase recurrente y quizás pueda parecer hasta rutinaria pero los abonados vascos somos afortunados de que el señor Treviño continúe entre nosotros y nos recuerde, cada pocos conciertos, la trascendencia de la obra sinfónica de Shostakovich. El hecho de que el público vitoriano reaccionara como si nada no hace sino confirmar la frialdad de esta ciudad, en muchos sentidos. Mientras tanto, deseemos seguir disfrutando de este maestro en este repertorio.
Enrique Bert
Alexei Volodin (piano) y Euskadiko Orkestra.
Dirección musical: Robert Treviño.
Obras de M. de Falla y D. Shostakovich.
Teatro Principal, de Vitoria-Gasteiz.