Unos de los entretenimientos de la corte francesa, a finales del siglo XVI inicios del XVII, eran los Ballets de cour, en los que danzas, maquinaria escénica muy aparatosa, vestuario fastuoso y partes cantadas se combinaban para crear espectáculos impresionantes y sumamente caros, en los que se mezclaba lo noble y lo grotesco. Fueron un vehículo para exaltar el poder real y su autoridad.
El patrocinio de Luis XIII y Luis XIV, en la primera mitad de su reinado, así como de sus predecesores fue decisivo. Se componían de récits, vers, impresos que se distribuían entre los espectadores, y solían concluir con un grand ballet, en que los que los nobles y a veces el mismo rey intervenían.
El non plus ultra de estos espectáculos fue el Ballet de la nuit, con texto de Isaac Benserade; hoy para mí de una babosería insoportable. maquinaria escénica de Giacomo Torelli y música de Jean de Cambefort, Antoine Boësset (1587-1643), Louis Constantin (1697-1779), Michel Lambert (1610-1696) a los que en esta ocasión se han añadido extractos de Ercole amante (1662) de Francesco Cavalli (1602-1676) y Orfeo (1647) de Luigi Rossi (1597-1653).
La velada estaba dividida en cuatro vigilias que comenzaban al anochecer y se dilataban hasta el amanecer, momento en el que aparecía Luis XIV, con apenas 15 años, representando al Sol
Al Teatro Real nos llega la obra tras su descubrimiento en 2004 en el antiguo conservatorio de París, en la misma versión de Sébastian Daucé que la recreó en 2016 con el Ensemble Correspondances, pero en una versión reducida a 2 horas y 20 minutos, de las 3 horas y 10 minutos del original.
La dirección de Daucé fue impecable obteniendo de sus magníficos coro y orquesta resultados sobresalientes, merced a un sonido compacto, brillante y participaciones de algunos miembros del coro como solistas de una perfección y adecuación al estilo incuestionables.
Pero. El pero es que se trata de una obra que pide a gritos ser representada y al no serlo pierde mucho de su poder de seducción. No se pueden eliminar elementos tan necesarios como el vestuario, la escenografía y la danza, sin que la velada se transforme en una sucesión de números incongruentes ensamblados como un pastiche, aunque sea un pastiche de calidad. Una lástima.
Francisco Villalba
Ballet royal de la Nuit
Música de Jean de Cambefort, Antoine Boësset, Louis Constantin, Michel Lambert, Francesco Cavalli y Luigi Rossi
Solistas, Ensemble Correspondances / Sébastien Daucé
Teatro Real
Foto © Javier del Real | Teatro Real