Estreno en España de la Fantasía homenaje para Schubert, de la compositora búlgara Dobrina Tabakova, por la Real Filharmonía de Galicia dirigida por Delyana Lazakova, en una sesión en la que, la clarinetista Beatriz López, fue solista del Concierto para clarinete nº 2, en Mi b M. Op. 74, de Karl Mª von Weber. La intérprete, estudió en el Mozarteum de Salzburgo, con Alois Brandhofer y también con Gustavo Duarte. El ambiente familiar en el que se educó, fue propicio para su dedicación a la música, en particular a ese instrumento. La directora Delyana Lazarova, recibió el Premio Int. Siemens Hallé de dirección y realizó una carrera importante como asistente de Sir Mark Elder, en la Hallé S.O. Asistió a masters en la Escuela Superior de Artes de Zurich, con Johannes Schlaefli, para ampliar con Bernard Haitink, Paavo Jarvi, Leonard Slatkin y Mark Stringer.
La Fantasía homenaje para Schubert, de Dobrina Tabakova, con estudios en la Guildhall School of Music and Drama, de Londres. Obras suyas se dieron a conocer en certámenes como el de Schleswig-Holstein, recibiendo encargos de Gidon Kremer, Janine Jensen y John Kell. Fue premiada en el J.F. Perrennoud, en su cuarta edición; en el Quen´s Golden Jubilee; en el Lutoslawski ESMD, de composición y en el Adam, del King College. Compuso bandas sonoras para el cine: Adieu au langage, de J.L.Godard, género al que presta importante atención. Su obra, un sencillo poema tonal y esencialmente descriptivo desde las cuerdas, con detalles destacados de la viola.
Beatriz López a cuerpo de reina para ese concierto a su medida. Resultaba difícil elegir a qué carta quedarse: El Allegro de arrebatador magnetismo, la atractiva Romanza de seductores coloridos con sus contrastes o el vertiginoso Alla polaca de irresistible sonoridad. Karl Mª von Weber con el Concierto para clarinete n º 2, en Mi b M.op. 74, obra que, como el Op. 73, en Fa M., fue dedicada a su apreciado Henrich Bärmann, un instrumento por el que mostró siempre un especial interés, con resultados como el Concertino en Do m. Op. 26 o el valorado Gran dúo concertante para clarinete y piano, en Mi b Op. 48. Ganaba el instrumento en posibilidades técnicas y de agilidad expresiva, por su flexibilidad. Heinrich Joseph Bärmann, junto a Bernard Henrik Rusell, habían pasado por la docencia de Joseph Beer, aunque Bärmann tomaría sin recato las tendencias que ofrecía el romanticismo creciente, que sabrá trasmitir a su hijo Karl Bärmann, a quien se debe un tratado fundamental, de gran repercusión en la consolidación de la escuela romántica alemana y que abarcará el período del Novecento, testigo que recogerá Richard Mühlfeld, quien mantendrá un relación productiva con Johannes Brahms, en los años de madurez. Bärmann, pasó por Munich, en donde sería acogido por el príncipe heredero Karl August Ludwig, tras reconocer su talento, por cuyo beneficio saldría bien parado hasta convertirse en miembro de la Hofkapelle.
De W.A. Mozart, con la obertura de la ópera Cossì fan tutte K. 588, en el frontispicio, ópera tratada en principio con cierta displicencia tanto por el libreto como por la banal dependencia del estilo de la comedia del arte, quedando como una visión descolorida de Las bodas de Fígaro. Opiniones a las que el tiempo pondrá sordina, vértice de este período en el que el contrapunto queda definitivamente asimilado como medio principal del lenguaje musical, sin ningún residuo de arcaísmo clásico, forjando un ideal de pura belleza sonora, en singular contraste con el ansia febril y apasionada.
Franz Schubert y la Sinfonía nº 5, en Si b M. D. 485, obra que se sitúa en un punto divisorio, siendo la última de la adolescencia. Está cercana al espíritu mozartiano y es la única con la Incompleta, que no tiene una introducción lenta, en el primer movimiento quedando como una prueba de la soltura en el uso de las ideas temáticas y el permanente juego de intercambios entre los instrumentos, la voluntaria oposición entre los grupos de cuerda y de madera resultan característicos, dando al movimiento una alegre vivacidad con un humor juvenil. El Andante con moto, renueva ideas mozartianas y demuestra una seguridad atenta al tono muy personal, destacando el episodio central. El Minueto, resulta un original especie de landler, ingenuo, con una segunda parte de perfiles melancólicos, en el que el fagot lleva todo el peso, mientras flauta y oboe, le responden. El Allegro vivace, adopta la forma sonata, con un segundo tema en Fa M., y que se manifiesta saltarín y de alegre inspiración, sin mostrar en ningún momento, decaimiento en su dinámica. Un apacible paseo tanto para la orquesta como para la directora invitada.
Ramón García Balado
Beatriz López, clarinete
Real Filharmonía de Galicia / Delyana Lazarova.
Obras de W.A. Mozart, Dobrina Tabakova, C.M. von Weber y F. Schubert
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
Foto © Xaime Cortizo