Philip Glass con la obra que servía de entrelazado de las dos de Heitor Villa-Lobos, Aguas de Amazônia, con orquestación de Charles Coleman, en esta composición perteneciente a las Sete u oito peças par un balé (1993/9), obra para el Ballet Bello Horizonte, y que musicalmente pretende una descripción de distintos ríos: Tiquie, Japurá, Purús, Negro, Madeira, Topajos, Parú, Xingú y Amazonas, que recurre al Étude nº 2, vol I, para piano), y que tendrá registro gracias al grupo Vakti, sobre arreglos de Marco António Guimarâes, contando con la participación en las percusiones de Paulo Sergio dos Santos y Decio de Sousa Ramos Filho; y en los teclados de dos miembros del grupo, Regina Stela Amaral y Michael Riesman.
Será en 2017, cuando Charles Coleman realice la orquestación para la O.S. de la Radio MDR, de Leipzig, con el grupo Absolute Ensemble de Kristian Jarvi. Un complemento, con esta Metamorfose I, por las pulsaciones rítmicas, en meditado punto de equilibrio estilístico, para este programa con la Real Filharmonía de Galicia diseñado por Simone Menezes.
Philip Glass, cabeza de serie de las corrientes minimalistas, remitía en sus orígenes a sus encuentros con La Monte Young, en esas ambiciones rupturistas cuyo pionero había sido Harry Partch, con una inevitable tendencia a la marginalidad en las estéticas, en un ideario que en esa necesidad rupturista, buscaba la afinación pura, llegando a inventar escalas que dividirán la escala de la octava en 43 grados.
Una generación que se maneja en las aproximaciones hacia las culturas más distanciadas y que en el caso de Glass, fue dejando una considerable estela de sorprendentes aventuras, algunas con realidad constatable en espacios escénicos en nuestro país, como es el caso de O Corvo Blanco, sobre un libreto de la portuguesa Luisa Costa Gomes, y la colaboración de su apreciado Robert Wilson, presentado en el Teatro Real de Madrid y un compromiso para la Expo 98, de Lisboa.
Se aceptaba entonces, el encuadramiento dentro de lo que se llamaban las performances. También para el Teatro de la Maestranza, de Sevilla, La Bella y la Bestia, muestra de la fascinación por el cine, remitiendo a la poética de Jean Cocteau, en un experimento ciertamente tentador. Einstein on the beach, mano a mano con su colega acostumbrado, pudo seguirse con The Philip Glass Ensemble y The Lucinda Childs Dance Company, bajo la dirección musical de Michael Riesman y escénica de de Wilson, en el Teatro Liceu, de Barcelona y en el Teatro La Vaguada (Madrid).
Otra curiosidad, sería la creación de una nueva banda sonora para Drácula, de Béla Lugosi, partiendo del filme de Tod Browning, teniendo como participantes al Kronos Quartet o Satyagraha, que destacaba por la ausencia de trama.
Heitor Villa-Lobos, con el Preludio de la Bachiana brasileira nº 4, en la que usa temática popular en menos medida, conteniendo con todo citas de procedencia folklórica como es el caso de Miudinho- nombre de los pasos de la samba-, O maná deix´eu ir o Cantiga. Nueve fueron las suites que se inspirarán en J.S.Bach, empleando precisamente los títulos de los movimientos propios del barroco, aunque tomando para cada una de ellas, un criterio variable de movimientos, que en este caso son cuatro.
Deudas fiables en esa aproximación a las raíces, pero que en definitiva serán melodías propias y que en esta serie, tendrá tratamiento para orquesta, fechado en 1930, aceptándose que en su resultado, es la más bachiana del conjunto, teniendo el segundo tiempo un aire de Preludio, en su aportación de recreación atmosférica y expectante. En resumen y dentro del ideario, un incondicional reconocimiento a su confesada deuda con el Kantor de Leipzig. En la comparación con los chôros, el lenguaje armónico ofrece un tratamiento más tradicional.
Una selección a cargo de Simone Menezes, de la suite Florestas do Amazonas, preparada por ella para soprano y orquesta, y con cuidado tratamiento vocal de Camila Titinger, detallista en acentuar el deseado sentimiento de la llamada saudosidade, en piezas que lo demandaban: Cançao de amor, Veleiros o Melodía sentimental, o las vocalizaciones con la orquesta al fondo, Pássaro da floresta y el epílogo de cierre. Obra en el final de su vida, en la que había dejado para la voz trabajos como Serestas, Modinhas e Cançoes o precisamente la Bachiana brasileira nº 5.
La Floresta do Amazonas, partía de un compromiso para el cine-la MGM-, sobre un relato mitológico de Guillermo E.Hudson, pero que no llegaría a buen puerto. El compositor sabrá retomar parte del material que darán argumentos para Floresta do Amazonas, que afortunadamente muestra una de sus facetas afortunadas, y que está dedicada para soprano, coro masculino y orquesta, del año 1958, y una grabación que dirigió con la O. Symphony of the Air, destacando la cantante por excelencia que sería Bidú Sayâo. Estaba entones en los meses postreros de su vida.
Ramón García Balado
Camila Titinger
Real Filharmonía de Galicia / Simone Menezes
Obras de H. Villa-Lobos y P. Glass
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
Teatro Afundación, Vigo