Un programa ruso, con permiso de las actuales Georgia y Armenia en Kachaturian, el que defendiera Simone Young al frente de la Orquesta Nacional de España. Un programa que llenó una sala sinfónica “de viernes” en el Auditorio Nacional de Música. Un concierto donde, por otro lado, programa en mano, la aprobación estaba garantizada a priori. La prueba, no sólo la naturaleza “tímbrica” de las ovaciones posteriores, sino la reconfortante entrada este viernes, que nos animó ya de principio.
Misteriosa belleza melódica en el, otrora habitual como propina o en esta misma posición inicial, Preludio de Jovánschina de Modest Mussorgsky, en la revisión realizada por Shostakovich; brillantez tanto solista como del aparato orquestal, en la extenuante transcripción para flauta que hiciera Jean-Pierre Rampal del Concierto para violín de Aram Kachaturian, aquí con la inestimable colaboración de un activo y pujante Emmanuel Pahud; y, para concluir, la popular Scheherezade de Nikolai Rimsky-Korsakov.
Planteamiento decidido y resuelto desde el podio, acorde con dicho repertorio, en el que la claridad de gesto garantizaba fruto ajustado. Asertividad del gusto de un público, por otro lado, rumboso, que ovacionó con curiosa “intensa exactitud”, especialmente en los dos momentos más destacados, al final de cada una de las partes. Una resolución que ofreció así, sus momentos más encomiables, en los solos y alguno de los contrastes dinámicos buscados y… encontrados.
Correcto equilibrio dinámico, especialmente en la obra más comprometida a este respecto, el Concierto para flauta con Emmanuel Pahud. Un flautista de lucido sonido y ajuste agógico que nunca quedó desfigurado, atenuado o ensombrecido por la potencia de la orquesta que Kachaturian emplaza para esta partitura, aún en esta relectura, algo simplista, de Rampal.
Dinamismo sobre el papel y equilibrio sobre las tablas, pues, para una tarde de éxito a la antigua usanza, donde la entusiasta inspiración folclórica de fábrica, quedó patente. Por lo demás, asidua fluidez y solvencia, y un último movimiento, de Scheherezade, de tempo estimable, en cierta manera, “en punta”, traducido con relativa solicitud por la orquesta.
Luis Mazorra Incera
Emmanuel Pahud, flauta. Orquesta Nacional de España / Simone Young.
Obras de Kachaturian, Mussorgsky y Rimsky-Korsakov.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.