El esperado debut del director valenciano Gustavo Gimeno en la actual temporada de los PROMS de la BBC se ha plasmado con un programa que, aunque diferente al anunciado al no poderse estrenar en el Reino Unido el concierto para piano de Mason Bates por no comparecer por problemas con el visado su dedicatario, el pianista ruso Daniil Trifonov, al menos ha mantenido la estructura inicial, cambiándose por el de violín de Erich Wolfgang Korngold interpretado por el solista israelí nacido en Ucrania, Vadim Gluzman.
Comenzaba la velada en el Royal Albert Hall con la suite de la banda sonora que compusiera Bernard Herrmann en 1958 para el filme Vértigo dirigido por Alfred Hitchcock. La partitura, de un obsesivo romanticismo cuyo material nos dirige a una catarsis emocional reminiscente del wagneriano Liebestod de Tristán e Isolda, tuvo una interpretación de bonito fraseo y crecientes tensiones que, resueltas de forma vibrante en la Scène d'amour, mostraron el buen gusto de Gustavo Gimeno al extraer color, textura y densidad a la sección de cuerda de la Orquesta Sinfónica de la BBC.
Basado también en música cinematográfica, fechado en 1939 y, tras una serie de revisiones, estrenado en 1945, el concierto para violín en Re mayor de Erich Wolfgang Korngold deja traslucir tanto su formación romántica vienesa como la agilidad de las bandas sonoras que compuso en la década de los años 30, entendiendo estas como una extensión estética de su producción y estableciendo entre ellas vasos comunicantes con su música de concierto.
Haciendo gala de un hermoso vibrato, Gluzman hizo de su virtuosismo un vehículo de gran expresividad, tal y como demanda la obra, desde el muy cuidado, melancólico y cantabile, Moderato nobile inicial y prosiguiendo con la lírica y politonal Romanza central, hasta la enérgica y sagaz danza en stacatto que desarrolla el Finale.
El orgánico acompañamiento de Gimeno quien dialogó con Gluzman al servicio de una música que demandaba un sonido contrastado, por momentos sinfónico, como también etéreo y camerístico sobre todo en pasajes en los que el arpa, la celesta o el vibráfono se agregaban al solista para recrear las atmósferas típicamente korngoldianas, resultó muy efectivo para culminar una gran versión. Tras los cálidos aplausos de un no muy nutrido público, Gluzman salió del nuevo al escenario para interpretar la sombría serenata para violín solo de Valentin Silvestrov como propina.
No relacionada con el mundo del cine pero, en cambio, si con el mundo escénico, la tercera sinfonía de Sergei Prokofiev de 1928 parte de temas desarrollados por el compositor para su ópera El Ángel de Fuego, obra en la que trabajó y que, desafortunadamente, no pudo ver interpretada en vida, ya que su estreno, en una producción de la Städtische Oper de Berlín para la temporada de 1927/1928 y que entonces dirigía Bruno Walter, no se llegó a concretar.
Marcada igualmente en torno a la semántica de la obsesión, y desde una óptica grotesca plena de ecos expresionistas, la sinfonía juega con diversos motivos inspirados en las sobrenaturales visiones de Madiel, un ángel de fuego, por parte de Renata, protagonista de la ópera, poseída por espíritus malignos hasta su trágico final en busca de su angustiosa verdad.
Gustavo Gimeno, experto conocedor de la ópera al haberla estrenado en la anterior temporada del Teatro Real de Madrid, resultaba así un excelente traductor de esta tercera sinfonía. De este modo, optó por trazar un discurso apolíneo en el que imperó la direccionalidad y una cinemática marcial que sirvieron para desarrollar un muy coherente primer movimiento, resaltando con dramatismo y cierta fiereza los punzantes ataques de la sección de metales.
Tras el meditativo Andante, el Allegro agitato se mostró tan pulcro como violento ofreciendo una visión equilibrada en planos orquestales y dinámicas contrastados sin retraer el dramatismo desarrollado, aspecto que se vio reforzado en el tenso y anguloso Andante mosso final para ofrecer en conjunto, una arrebatada y convincente interpretación.
Buen colofón, por tanto, para un complejo concierto de unos PROMS en los que debutantes españoles como la violinista granadina María Dueñas, o el director santanderino Jaime Martín están ofreciendo junto al valenciano Gustavo Gimeno, y el ya más frecuente y veterano Josep Pons, una excelente muestra de nuestra calidad artística.
Justino Losada
Vadim Gluzman, violin
Orquesta Sinfonica de la BBC
Gustavo Gimeno
Obras de Herrmann, Korngold y Prokofiev
Ciclo BBC Proms 2023 (Londres, 30 de julio de 2023)
Royal Albert Hall, Londres
Foto © BBC Proms (fuente Twitter)