El pasado 3 de diciembre, el ciclo Palau Bach abandonó el Palau de la Música Catalana para instalarse en la iglesia gótica de Santa Maria del Pi. Fue una excelente decisión, pues la arquitectura y la atmósfera que desprende el lugar se complementan perfectamente con esa espiritualidad que transmiten obras como Las fuentes de Israel, de Johann Hermann Schein. Sinceramente, y aunque pueda sonar a anatema, siempre me ha atraído más la música de maestros como Monteverdi, Schütz o este Schein, que la de los del barroco pleno, aunque se apelliden Bach y Haendel.
La de aquellos es una época de búsqueda y experimentación, y de eso hay mucho en esa muy personal colección de madrigales sacros que es Las fuentes de Israel. Para interpretarlos, nadie mejor que Philippe Herreweghe y su grupo Collegium Vocale Gent, reducido para la ocasión a su formato más camerístico, con cinco voces y cuatro instrumentos (violonchelo, violón, tiorba y órgano). Fue una lección magistral, una tapicería sonora en la que cada línea quedaba definida con pulcritud, pero a la vez perfectamente imbricada en el conjunto y siempre con un objetivo muy claro: transmitir la belleza, el matiz, la emoción de estos pentagramas. Tres piezas de Kapsberger, interpretadas a la tiorba por Thomas Boysen, obraron de interludios. En definitiva, un concierto extraordinario.
Juan Carlos Moreno
Collegium Vocale Gent / Philippe Herreweghe.
Obras de Schein y Kapsberger.
Santa Maria del Pi, Barcelona.