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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Espectacular comienzo de la temporada londinense de The Sixteen - por Simón Andueza

Londres - 17/09/2024

Permítanme referirme a ustedes en primera persona del singular, puesto que de estos dos conciertos a los que tuve el privilegio de asistir les narraré sus extraordinarias virtudes y delicias musicales a través de este tiempo verbal que se aleja de mi habitual narrativa en tercera persona del singular. Pero, créanme, estas dos citas musicales no puedo expresarlas más que desde una profunda emoción completamente sumergida en sus fastuosas cualidades.

The Sixteen es toda una institución musical que no necesita presentación, puesto que después de casi cincuenta años de actuaciones y grabaciones por todo el mundo, está reconocida como una de las más importantes agrupaciones musicales del mundo. Su fundador y director, Harry Christophers ha celebrado en este 2024 su 70 cumpleaños, lo que ha supuesto todo un acontecimiento en el Reino Unido que ha sido celebrado por todo lo alto por los principales medios de comunicación del mundo de la música clásica, con reportajes, entrevistas y homenajes a esta singular figura del mundo de la dirección coral y orquestal.

Sirvan estas líneas como personal y humilde homenaje a la trayectoria de Harry Christophers y de su principal grupo, The Sixteen, del que surgieron otras agrupaciones instrumentales y vocales, como son The Symphony of Harmony and Invention, que desembocó en The Sixteen Orchestra, o Genesis Sixteen, su fabuloso programa pedagógico.

La primera cita a la que tuve ocasión de asistir, formaba parte de uno de los más importantes festivales de música clásica del mundo, los BBC Proms, en su recinto de referencia, el Royal Albert Hall, enmarcado dentro de una jornada especial que el festival dedicó a la música coral, denominada ‘Choral Day’, en el que se sucedieron diversos y mu heterogéneos eventos de primer orden que honraban al mundo de la música coral. Como primer evento, la temprana matinée musical de la jornada, ¡a las 10:30 de la mañana!, congregó a miles de aficionados a ese templo musical que nuca deja de impresionar, el Royal Albert Hall, con The Sixteen como protagonistas, elegidos de este modo por los responsables de los BBC Proms como la referencia indiscutible del panorama coral británico.

El programa confeccionado por Harry Christophers para tal única ocasión consistió en una selección de verdaderas joyas de la lujosa tradición anglicana del final de la época Victoriana, composiciones que permanecen indiscutiblemente como algunas de las más reconocidas piezas que sustentan el corazón de la historia coral británica.

EL programa se centró en compositores ingleses de los primeros años del siglo XX que compusieron música coral a capella y con órgano, que incluyeron a algunos de sus más grandes creadores, como Elgar, Ireland, Parry o Stanford, quienes sustentan en sus obras buena parte del grandioso acervo coral británico.

La velada comenzó con el inconfundible sonido de ese grandioso instrumento que el Royal Albert Hall posee, su mítico órgano. Conocido como “La voz de Júpiter” lleva más de 150 años como un elemento único de singular y noble sonido y con una fuerza tímbrica incontestable. Diseñado y construido por Henry Willis, el Gran Órgano del Salón comenzó en enero de 1870 su construcción y se terminó en tan solo 14 meses, una ejecución muy rápida teniendo en cuenta el tamaño del instrumento. Sus 9.999 tubos son una fuente casi inagotable de recursos musicales, aunque el organista que acompañó a The Sixteen, Simon Johnson, tuvo la destreza de adecuar su tímbrica e imaginarse la sonoridad de un órgano eclesiástico de tamaño medio en una iglesia de adecuadas proporciones para un grupo vocal no demasiado numeroso, 26 cantantes en esta ocasión. La precisión de la pulsación de Johnson en el teclado fue incontestable, y la gran distancia que separaban a los intérpretes vocales del escenario con su instrumento no fue mínimamente apreciable: la comunicación y la respuesta sonora en esta sala inmensa no fue un hándicap para tan soberbios intérpretes.

El Anthem de Hubert Parry que sonaba, I was glad, mostró desde su comienzo las encomiables virtudes que han aupado a su director y a The Sixteen como uno de los grupos más aclamados y respetados del mundo. Harry Christophers mantiene intactas su pasión, musicalidad exquisita, claridad e inspiración sublime que traslada de inmediato a cuantos se encuentran bajo sus órdenes.

La sonoridad del conjunto británico no deja de fascinar en cada ocasión que tengo la suerte de escucharlos. Cada grupo de sus integrantes es más fascinante que el anterior. Creo que debo comenzar alabando las virtudes de su cuerda de sopranos, formidables, cristalinas y siempre empastadas hasta la perfección, quienes no dejaron de asombrar al púbico con su sonoridad y expresión tan dúctiles.

La siguiente obra que se escuchó el Hall fueron los Tres Motetes, Op. 38 de Charles Villiers Stanford, Justorum animae, Coelos ascendit hodie y Beati quorum via. Escritos para voces a capella, son tres de las piezas más deliciosas de la literatura coral británica sacra, y tanto su pieza a doble coro como las que son a 4 voces, fueron de una sublime e inspirada interpretación que mantuvo a un público tan numeroso con un absoluto silencio sepulcral que realmente elevaba la emoción del escenario multiplicándola de un modo fascinante.

Las siguientes piezas con acompañamiento de órgano dejaron constancia de que la acústica de Royal Albert Hall en esta ocasión hacía desear un recinto más apropiado para su audición, es decir, el recinto soñado hubiera sido una iglesia de tamaño medio que respetara el necesario recogimiento acústico para una audición de la esencia sacra para órgano y coro de cámara de estas obras.

En la partitura que compuso John Ireland, Greater love hath no man, pudimos embelesarnos de la sonoridad de la cuerda de tenores en sus frases protagónicas, con esa sonoridad tan rica y tan inconfundible que son una de las características de la belleza sonora de The Sixteen.

Las tres obras seleccionadas de las Eight Partsongs, Op. 127 de Charles Villiers Stanford fueron las tres últimas piezas a capella de la velada, y demostraron sobre el escenario la maestría de Harry Christophers en la dirección coral, dejando patente su dominio sobre el fraseo coral sobre un texto poético, su expresión tan rico como el precioso texto poético de la poetisa Mary Coleridge permita a la imaginación, y una contagiosa e inspiradora vitalidad que fue de una abrumadora respuesta de compromiso total con su director por cada uno de los miembros de The Sixteen.

Tras la espectacular, exigente y expansiva pieza con órgano de Edward Elgar, Give unto the Lord, la abrumadora ovación de un Royal Albert Hall encendido, dio como respuesta a una preciosa propina a capella de sencilla y hermosa factura homofónica, que fue el perfecto cierre a una mágica velada coral ejemplar en los BBC Proms.

 

Old Royal Naval College

El segundo concierto que pocos días después aconteció en la recién comenzada temporada 2024/2025 de The Sixteen, tuvo lugar en la preciosa capilla que el Old Royal Naval College posee en Greenwich, un distrito londinense famoso por cobijar al famoso meridiano geográfico al que da nombre el distrito. Los edificios que componen el complejo del College fueron construidos originalmente para servir como el Real Hospital para Marineros, y fue diseñado por Christopher Wren. El sitio se utiliza regularmente para filmar programas de televisión y películas de cine.

El concierto se enmarca dentro de uno de los ciclos más exitosos, prolíficos de cuantas haya creado propiamente The Sixteen en sus quince años más recientes de andadura, el denominado The Choral Pilgrimage, que consiste en una numerosa gira de conciertos por las principales localidades de Gran Bretaña con una temática cada año más novedosa y original. Este año el programa, diseñado como siempre por el propio Harry Christophers, lleva el nombre Masters of Imitation -Maestros de la Imitación-, y consiste en la interpretación de un programa repleto de piezas maestras poco conocidas de grandes autores, siempre a capella, que muestran de un modo realmente pedagógico las diferentes técnicas compositivas basadas en la imitación, a todos los niveles, como recurso creativo musical.

Tras una introducción antifonal del canto llano del Lauda Jerusalem entre los deliciosos tenores del conjunto británicos y las sopranos, el concierto dio comienzo con uno de los autores más reconocidos musicológicamente, Orlando di Lasso, pero que clama de una mayor interpretación de sus obras en las salas de concierto. The Sixteen pusieron de relieve la importancia de este prolífico autor con la interpretación de su sugerente motete Osculetur me, cuyo texto pertenece al bíblico Cantar de los Cantares, y cuya belleza sonora fue una absoluta delicatessen en manos del grupo inglés. 

Pudimos disfrutar de dos piezas profanas de Maddalena Casulana, asombrosa autora italiana del siglo XVI, quien fue también intérprete del laúd y cantante. Fue la primera mujer compositora que tuvo un volumen entero exclusivo de su música impresa y publicada en la historia de la música occidental. Sus dos preciosos madrigales dieron buena muestra de la capacidad expresiva de Harry Christophers, de su sentido del fraseo y de la forma de la frase en cada cuerda, y siempre imbuida por la correcta inclusión del apropiado afecto a cada significado del texto.

Tras la pausa del concierto, el arreglo que Jean Guyot de Châtelet efectuó de Benedicta es caelorum Regina de Josquin des Prés, previamente interpretado en la primera parte de la velada, fue un descubrimiento sonoro espectacular de una obra a doce voces que expande de un modo insospechado las sonoridades de Josquin, en un ejercicio de filigrana musical que pareciera más propio de un autor mucho más tardío. Debo remarcar que Châtelet vivió entre 1512 hasta 1588.

Las dos piezas de Orlando di Lasso que precedieron el final del programa, Salve Regina y Magnificat fueron de un preciosismo sonoro extremo y en el caso de la segunda pieza, una demostración de los recursos expresivos tan hermosos logrados por el autor con las muy diversas configuraciones formales y tímbricas de cada sección, mostrando así una riquísima paleta pictórica del texto eficazmente poética.

El concierto finalizó con una sorpresiva composición, tanto por el salto cronológico que supuso -pasando del siglo XVI hasta la actualidad en unos segundos- como de concepto armónico, con la pieza de Bob Chilcott (1955 -) Lauda Jerusalem Dominum, pero quie se enmarca completamente en el programa al tratarse de una parodia del madrigal de Lasso Cantai, or piango, interpretado en la primera parte de este mismo concierto. La pieza puso el momento álgido al recital con sus efectismos armónicos y un crescendi formidable hasta su final, que puso el clímax a una noche de muy alto nivel interpretativo por parte de todos sus intérpretes, y que no permitió propina alguna, al tratarse de una velada de un gran desgaste físico para cada miembro de The Sixteen.

Sin duda algina, dos experiencias en vivo difíciles de olvidar y que dan muestra del nivel musical tan alto que hoy más que nunca posee The Sixteen, y que sigue manteniendo intactas las envidiables cualidades musicales tan inspiradoras de su director, Harry Christophers.

Simón Andueza

 

The Sixteen, Simon Johnson, órgano, Harry Christophers, director.

Obras de Hubert Parry, Charles Villiers Stanford, Henry Balfour Gardiner, William Henry Harris, John Ireland y Edward Elgar.

BBC Proms. Prom 63. 7 de septiembre de 2024, Royal Albert hall, Londres, 10:30 h.

 

The Sixteen, Harry Christophers, director.

Obras de Orlando di Lasso, Maddalena Casulana, Josquin des Prés, Jean Guyot de Châtelet y Bob Chilcott.

The Choral Pilgrimage 2024, 10 de septiembre de 2024, Old Royal Naval College, Londres, 19:30 h. 

 

Foto © Andy Paradise

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