Cuando se combina el entusiasmo y entrega juveniles con la veteranía de un podio versado y cabal, los resultados nunca van a defraudar. Primero porque aquella entrega incondicional en las edades que cubre el elenco de la Joven Orquesta Nacional de España -la JONDE-, resulta natural, no se fuerza ni se ordena, y segundo, porque el savoir-faire de Bruno Aprea demostrado en ambas obras de primera línea del sinfonismo -tanto podrían haberse ordenado de la forma como se hizo, y parece más natural dada la tradición en este sentido, como al contrario- quedó plasmado desde el primer minuto de la interpretación hasta el último de su ponderada propina rossiniana. Interpretación que “gozó” de espontáneos aplausos de aprobación entre movimientos que exteriorizaban, entre otros motivos, aquella impresión general. Si bien, de entre las dos grandes obras en programa, las más altas cotas interpretativas se alcanzaron con la Sexta sinfonía “Pastoral” de Beethoven, tampoco anduvo muy rezagada la brillante Sinfonía “Titán”, primera en el catálogo de Mahler.
En mis tiempos de estudiante de dirección de orquesta se nos recomendaba sin pudor, la conveniencia de no mirar en las entradas -para no presionar y forzar ataques defectuosos- a cierta sección concreta de la orquesta -que me perdonen, pero en este entorno pedagógico, no voy a mencionar cuál-. He de constatar que, desde hace ya más de una década, este problema parece haber quedado milagrosamente liquidado, aunque, también he de apostillar que, si lo saco a colación hoy aquí, es porque, en algún que otro momento…, recordé nuevamente aquella “curiosa” receta... [No comment].
Pero no nos despistemos, porque esta cuestión fue, como lo ha podido ser en otros tiempos, del todo menor cuando se da el control estético preciso de los parámetros interpretativos globales en la continuidad sinfónica y formal, como el que ofreciera el podio italiano de esta noche: Bruno Aprea.
Propinas… en ambiente festivo como éste… pues, como comprenderán… para todos los gustos… A destacar, la magistral Obertura de “La garza ladra” que brillara en esta noche especial y… sorprendentemente -dada su modesta posición… fuera de programa (!)- y un pasodoble torero de despedida, que parece ya marca de la casa, Amparito Roca de Jaime Texidor Dalmau, con sus generosas sorpresas juveniles, tanto en podio como en atriles.
Toda una satisfacción sostenida, pues, en los dos pilares complementarios que indiqué al principio de estos comentarios: entusiasmo y savoir-faire.
Luis Mazorra Incera
Joven Orquesta Nacional de España / Bruno Aprea.
Obras de Beethoven, Mahler, Rossini y Texidor.
JONDE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.
Foto: Imagen del concierto de la Joven Orquesta Nacional de España con Bruno Aprea.