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Crítica / Energía y hambre de hacer música - por Enrique Bert

Bilbao - 06/01/2025

Puntuales como de costumbre la pléyade de jóvenes que conforman la Euskal Herriko Gazte Orkestra (Joven Orquesta Vasca) ha culminado su ciclo de cuatro conciertos de Navidad celebrados en Tolosa, Donostia, Vitoria-Gasteiz y Bilbao con un programa muy interesante, compuesto por obras de Benjamin Britten y Ludwig van Beethoven. Cada seis meses, la misma cita y no deja de ser una suerte de disfrute y esperanza el ver a casi un centenar de adolescentes compartir con el público –en expresión que utilizó Iker Sánchez en el momento de la despedida y de la que me apropio por atinada- su energía y hambre por hacer música. Porque si algo traslada este concierto semestre tras semestre es, precisamente, la enorme energía juvenil de los músicos y el hambre, transformada en ilusión, de quien se sabe en el inicio de un camino largo y lleno de obstáculos pero, al mismo tiempo, hermoso y pleno cual es el de la música.

La primera obra fue la célebre Guía de orquesta para jóvenes, op. 34, de Benjamin Britten, ejemplo académico de pedagogía musical. Kepa Errasti, en su papel de narrador y utilizando con naturalidad las dos lenguas oficiales de la comunidad, nos ayudó a transcurrir por la obra, haciendo un paralelismo entre la orquesta sinfónica y una cena navideña.

Toda la segunda parte la ocupó la celebérrima Sinfonía nº 7 en la mayor, op. 92, de Ludwig van Beethoven, obra apologética de la danza y que se fusionó con facilidad con el ímpetu y dinamismo juveniles. La apuesta de Iker Sánchez fue la del color, la intensidad y la espectacularidad. En otras circunstancias podría pedirse mayor matización pero cuando hambre hay necesidad y la juventud tenía ganas de aceptar el reto de una exigencia máxima por parte del batuta.

El segundo recinto del Palacio Euskalduna presentaba un lleno casi absoluto, con un público no habitual en otras citas de la misma sala de conciertos, un público que aplaude tras cada movimiento sinfónico y que, legítimamente, explotó de entusiasmo al final de una obra que transmite lo mismo que la plantilla orquestal, alegría y ganas de vivir. El regalo final, un breve fragmento de El lago de los cisnes, de Piort Ilich Chaikovsky no fue sino la guinda a un concierto con el que se abre un año que, así lo deseamos, sea lo mejor posible en lo musical.

Enrique Bert

 

Kepa Errasti (narrador) y Euskal Herriko Gazte Orkestra/ Joven Orquesta Vasca. Dirección musical: Iker Sánchez.

Obras de Benjamin Britten y Ludwig van Beethoven. 

Palacio Euskalduna, de Bilbao

 

Foto © Iñigo Ibáñez

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