El 64º Concurso Internacional de Piano “Premio Jaén” culminó con una final marcada por los contrastes sonoros de los conciertos de Prokofiev y Schumann, que, llevados a terrenos expresivos y técnicos bastante diferentes entre sí, fueron interpretados por los tres finalistas en la tarde del sábado 22 de abril. El pianista coreano Jinhyung Park, el japonés Ryusei Horiuchi y el húngaro-serbio Ivan Basic, se disputaron este premio de prestigio con el apoyo de la Orquesta Filarmónica de Málaga, dirigida por Carlos Checa. El Teatro Infanta Leonor acoge la expectación del público y el coraje de los finalistas en este certamen que organiza la Diputación de Jaén. Antes de este, se disfrutó de un preámbulo contextual en forma de conferencia, impartida por la musicóloga Irene de Juan (Radio Clásica), que resultó imprescindible para acercarnos histórica y conceptualmente a los conciertos.
El galardonado con el Primer Premio fue Jinhyung Park, proveniente de Corea del Sur, que se enfrentó al Concierto para piano y orquesta n. 3 en do mayor op. 26 de Sergei Prokofiev con una energía incesante. También fue receptor del Premio “Música de Cámara”, algo que daba cuenta de su capacidad comunicativa en este otro tipo de formación musical. Ryusei Horiuchi ganó el Segundo Premio interpretando el Concierto para piano en la menor op. 54 de Robert Schumann, lo que pudo entenderse más por el compendio de pruebas realizadas que por la final del sábado. El Tercer Premio y el Premio del Público fueron para Ivan Basic, que nos transportó a un Romanticismo más que sentido, también con el concierto de Schumann.
Deteniéndonos ahora en la actuación del ganador, encontramos unas secciones líricas de calidad discursiva en el segundo movimiento, que no deja de lado esa tensión propia del siglo XX desafiante con la tonalidad. El primer y tercer movimiento se despliegan sobre el escenario como una maquinaria de la que emanan sonidos agresivos y fríos como el acero, parafraseando a Irene de Juan. Prokofiev fue incriminado, al igual que otros compositores soviéticos de su tiempo, como un músico formalista, disonante y hermético, aunque en este Concierto n.3 compuesto en 1921 sí encontramos motivos recurrentes y en cierta manera melódicos. Quizá en los movimientos rápidos se nota menos ese discurso poético que Park empleó en el movimiento central, ya que pasa por las frases sin detenerse apenas en su direccionalidad. Es posible que no se tomara el tiempo necesario para actuar a partir de ellas y, en algunas ocasiones, estas acaban actuando sobre él. No ayudó que el tempo de la orquesta quedase por detrás del pianista en momentos puntuales, aunque, en general, las intervenciones de los vientos y, en especial, la de los fagotes, reflejaron perfectamente esa sequedad percusiva que caracteriza a Prokofiev. Sorprende la técnica impecable del solista hacia el final de esta obra, que apenas tiene un descanso en la partitura de piano, además de su comunicación con el público, al que mira cuando la música se vuelve incisiva e insistente. La complejidad de esta pieza no empequeñece a Park, sino que lo alza en la competición hasta el primer puesto.
El segundo premiado, el jovencísimo Ryusei Horiuchi, tuvo alguna dificultad técnica que no lo desconcentró, demostrando entereza y profesionalidad. Este pianista japonés ofrece un Schumann algo plano, cuestión poco habitual en lo que se espera de una obra romántica. Su forma de interpretar es demasiado suave, más que el musgo al que se refería Irene de Juan con respecto a la textura del concierto. Tanto es así que la llamada a los sentimientos profundos solo la escuchamos en algunas partes de su actuación. Por otro lado, la interpretación de Horiuchi resulta esponjosa, es decir, que absorbe lo que la orquesta le ofrece en un diálogo a veces poco resolutivo. Aun así, ante el futuro prometedor que se debió observar en su paso por las fases de este Premio Jaén, el jurado lo ubica en el segundo lugar para la sorpresa de algunos.
El tercer premio fue para Ivan Basic, que ofrece un Concierto op.56 de Schumann más pausado y con mayor atención a la expresividad. Su discurso musical es sólido y tampoco se deja aplacar por los deslices técnicos. Basic interpela a la orquesta a través de miradas intencionales y movimientos dancísticos a la hora de tocar. Regala al público melodías bien fraseadas, llenas de emoción y color como esos paseos meditativos por el prado que reflejarían la idea del caminante romántico, tan presente en la vida de Clara y Robert Schumann. El concierto escrito en 1845 camina con presencia e inspiración de las manos del pianista húngaro-serbio, al que se ve disfrutar de su presente, de la música. Sobre él recae el reconocimiento de los oyentes con el Premio del Público, también muy valioso.
Finalmente, conviene hacer mención del resto de galardones entregados en el día de la final. El ruso-israelí Vitaly Starikov obtuvo el Premio “Música Contemporánea” por la mejor interpretación de la obra de encargo, "Pulsos", del compositor Juan José Solana, y la japonesa Saya Ota recogió el Premio “Rosa Sabater”, dedicado a la música española.
En suma, los tres solistas de la tarde muestran acercamientos interpretativos diferentes entre sí, con una destreza y personalidad musical que en algunos casos llega a funcionar y en otros no. Al igual que los dos conciertos escuchados, este mar de olivos que es Jaén se articula en un paisaje que funciona como una gran máquina, de la misma manera que la obra de Prokofiev, pero también significa un lugar altamente inspirador, como lo es el concierto de Schumann. Así se despide el 64º Concurso de Piano, celebrando la energía técnica y la hermosura más emocional.
Estrella García López
Concurso Internacional de Piano “Premio Jaén” (Prueba final)
Jinhyung Park, Ryusei Horiuchi e Ivan Basic (finalistas)
Orquesta Filarmónica de Málaga
Director: Carlos Checa
Obras de Sergei Prokofiev y Robert Schumann
Teatro Infanta Leonor, Jaén (22/04/2023)
Foto: El ganador Jinhyung Park, de Corea del Sur, con la Orquesta Filarmónica de Málaga y Carlos Checa como director, durante la prueba final.