De nuevo nos ha visitado en el 30 ciclo de Lied del CNDM en el Teatro de la Zarzuela la ya definitivamente mezzo Anna Lucia Richter, 34 años, y su habitual acompañante Ammiel Bushakevitz, 38 años, que ya en las anteriores ocasiones me habían causado una excelente impresión.
El programa era de lo más interesante e infrecuente, una selección de canciones alemanas que abarcaban desde Walther von der Vogelweide (siglo XII) hasta Kurt Weil (siglo XX). En medio, obras de Oswald von Wolkenstein, Johann Sebastian Bach, Haydn, Mozart, Schubert, Hensel y Felix Mendelssohn, además de Schumann, Brahms, Wolf, Berg, Reimann, Rihm, Hans Eisler y el ya mencionado Kurt Weil.
Novedoso fue el acompañamiento con zanfoña de las obras de Wolkenstein y Walther von der Vogelweide, además de una de las propinas.
Suelo comentar que, en general, me molesta que los cantantes nos ofrezcan un recital con la partitura delante de sus narices, pero en este caso, dada la extensión del repertorio y los resultados, creo que puedo pasarlo por alto.
Richter posee una voz fresca, suficiente en el grave y en los agudos, sin fisuras; se mueve con soltura en todas las tesituras, posee un fraseo impecable y una inteligencia fuera de lo común para desentrañar cada uno de los recovecos musicales y dramáticos de las obras que interpreta. No se puede dejar detrás a esa maravilla de sensibilidad y fidelidad al espíritu de las obras por parte del pianista Ammiel Bushakevitz que, además, se lució como un no menos excelente tocador de zanfoña.
Parece que el recital estaba concebido como un viaje hacia la luz, pero fue hacia la luz con momentos muy oscuros intercalados de gran eficacia dramática y que contribuían a escuchar una serie de registros musicales y dramáticos muy variados.
Comenzó el recital con una obra de Wolkenstein: “Wer ist, die da durchleuchtet”, una canción dedicada a la Virgen llena de unción religiosa cuya espiritualidad se vio reforzada por el bellísimo sonido de la zanfoña, continuando con otra del “profesor” del Walther von Stolzing de los Meistersinger wagnerianos, Walther von der Vogelweide, “Unter den Linden”, obra de marcado sentido picaresco a la que la zanfoña prestó su sonido campesino y la Richter una interpretación picaresca y llena de encanto. Después vinieron otra serie de canciones más o menos ligeras en las que intercaló el patético “Der Zwerg” de Schubert, con el que la Richter nos hizo sentir el desgarro del enano y la reina a la que va a asesinar por celos en una barca, y desde la que él posteriormente se suicida.
Otro de los puntos fuertes de la velada fue la interpretación de “Der Feuerrreiter” (El caballero de fuego) de Hugo Wolf, en la que cantante y pianista se entregaron con pasión describiendo la carrera enloquecida del personaje.
Estupendas la interpretaciones de Berg, Reimann, Rihm, Eisler y la muy jocosa “Berlin im Licht” de Kurt Weil, compuesta para celebrar la iluminación por bombillas de Berlín. Hemos pasado de la búsqueda de la luz espiritual a la más prosaica de la iluminación eléctrica. Richter y Bushakevitz supieron hacernos una interpretación digna de un cabaret llena de efusión y desenfado.
Correspondiendo a los numerosos aplausos, ambos intérpretes nos ofrecieron acompañada con zanfoña “Tria sunt munera”, una canción del siglo IX sobre los Reyes Magos, de una hermosura sugerente y arcana.
Para concluir la velada nos ofrecieron la maravillosa y trágica “Gretchen am Spinnrade” (Margarita en la rueca), basada en Göthe, en la que la mezzo y el pianista alcanzaron una cima de emotividad, entrega y belleza de muchos kilates.
Que vuelvan pronto.
Francisco Villalba
XXX Ciclo de Lied
Anna Lucia Richter y Ammiel Bushakevitz
Teatro de la Zarzuela, Madrid
Foto © Rafa Martín