Mahler en los Kindertotenlieder para una mezzo de portentosa dicción que da cuerpo a esas piezas por las cualidades de sus precisos matices. Ella, Okka Von Der Damerau, voz para los Gurrelieder, roles como Waltraute, Erda o Brangane o un Mahler que confluye en el sinfonismo, se presentó con un sobrio vestuario luctuoso, para las piezas sobre las que Mahler, obtuvo una dimensión que la poética de Rückert se quedará en segundo plano. Nun will die Sonn´so hell Aufgeh´h!, con orquestación comedida, fue propicio acomodo para el canto umbrío que nos enardecía en el punto álgido ew´ge Licht. Las arpas y la impresión de irresolución tonal, aguardaban solapadamente al sentir de la mezzo en la agobiante Nun seh´ich wol warum so dunkle Flammen, con la Sra Okka que ya había conseguido convencernos de que el cauce elegido entraba en su definitiva naturalidad de estado anímico, en el que Inbal añadía un profundo dominio de la temática mahleriana, por su galardón de la Deutsches Schallplatenpreis.
Unos pizzicati de chelos, apremiaban otras inquietudes, en Wenn dein Mútterlein, a punto de labio y contenida emoción, sustentado sin recriminación el presumible desbordamiento autocompasivo de Rückert. La tonalidad mayor, de Oft denk´ich, sie sind nur ausgegangen! no pasa de una intención transitoria, que la cantante recreó moderadamente con regusto cuidado en el verso final, pero el climax sabíamos ya que se alcanzaría en el lied último In diesem Wetter, in diesen Braus, cargado de pertinente cromatismo en el que la mezzo, tuvo rendidos a los intérpretes de glockenspiel, piccolo y arpa. Un ensueño que Von Der Damerau, nos impregnó del imaginario mahleriano.
La Séptima en Mi M., de Bruckner, en edición Nowak, con mínimas discrepancias que no condicionan ostensiblemente la original, en exigencias de tempo. También la asunción de recursos wagnerianos desde el imponente Allegro moderato en una cascada de crescendi que como otros elementos del sinfonismo mahleriano, contradecían las exigencias de su tiempo. Ahora, todo ello queda sobreseído, y es música tan obvia, que el aficionado presta atención hasta el más liviano detalle. Un Adagio.Sehr feierlich und sehr langsam se presta como juego de adivinanzas ya que obligar a aceptar esa versión con platillos, la que definitivamente Nowak mantuvo con la intención de consumar el climax. La trompetería de Scherzo, Sehr schnell será un redundar sobre lo mismo, el Bruckner de impotencia catedralicia contundente, para un sinfonista marcado por sus condiciones profesionales en Sankt Florian. El Finale. Bewegt, doch nicht schnell es de por sí la consumación de un círculo que se cierra.
Ramón García Balado
Okka Von Der Damerau. Orquesta Sinfónica de Galicia / Elihau Inbal.
Obras de G. Mahler y Anton Bruckner.
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela.
Palacio de La Ópera, A Coruña
Foto: Okka Von Der Damerau (foto © Mathias Leidgschwendner)