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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - Elegancia y fragor (Orquesta Sinfónica de Madrid)

Madrid - 18/04/2019

Programa netamente ruso en el último concierto de la Orquesta Sinfónica de Madrid, bajo la dirección del maestro israelí Pinchas Steinberg. La Serenata para cuerdas en Do Mayor, Op. 48 de Chaikovski y la Sinfonía Núm. 11 “El año 1905”, Op. 103 de Shostakovich fueron las obras escogidas para esta velada.

La primera de ellas mostró las buenas cualidades de la sección de cuerdas de la OSM, con un muy logrado empaste entre todos sus integrantes y luminosa  sonoridad desde los primeros compases de la “Pezza in forma di Sonatina”. Steinberg, en plena complicidad con la agrupación, arrancó sutiles matices y variadas gamas dinámicas a los arcos en el amplio fraseo del tema principal del Andante non troppo o exponiendo, de forma fluida y clara, los pasajes contrapuntísticos e imitativos en el Allegro moderato de este primer movimiento.

La elasticidad melódica y gracilidad en la articulación fueron aspectos remarcables en el Walzer, así como lo fueron también el refinado fraseo y los adecuados vibratos y respiraciones en la Elégie. Las intervenciones de violas y violonchelos se tornaron decisivas para lograr la inefable expresividad que emana de este inspirado movimiento. Con el Finale (Tema Russo) la obra recuperó el vigor rítmico inicial y la precisión de ejecución -en los rápidos pasajes de escalas- gracias a una sección de cuerdas cohesionada en todo momento y bajo la dirección firme y sucinta del maestro israelí.

Con la interpretación de la ya mencionada Sinfonía Núm. 11 de Shostakovich se completó el concierto. El gran “mural sonoro” desplegado por el compositor de San Petersburgo se inició con la sonoridad tenue y amortiguada propia del primer movimiento, La plaza del Palacio de Invierno. El clima enigmático y de tensa calma resultó algo desdibujado debido al tempo un poco apresurado elegido por el director. La paleta de colores, sustentada por el tema modal y arcaico adjudicado a las cuerdas octavadas y apoyadas por las dos arpas, quedó intensificada por los acertados solos de flautas  y fagotes. Si el timbal y la caja ayudaron a crear ecos  y efectos espaciales de lejanía, la atmósfera general resultó algo deslucida por las imprecisas emisiones de la trompeta y trompa solistas.

En el segundo movimiento, Nueve de enero, la formación respondió con mayor seguridad a las claras indicaciones del maestro a la hora de enfrentar sus difíciles y vertiginosos pasajes y desarrollar los sucesivos episodios dramáticos concatenados que lo configuran. El adecuado balance en los tutti orquestales, los convincentes cambios de textura de cada bloque temático, así como las eficaces intervenciones de las percusiones en la sección climática permitieron reflejar la intensa agitación plasmada en los pentagramas.

In memoriam fue planteado con un pulso demasiado lento que no ayudó del todo a crear la curva de tensión de monumental y elegíaca sonoridad que desprende la partitura.

Finalmente, formación y director volvieron a encontrar el punto idóneo de fusión y entendimiento en la Campana de alarma. El movimiento fluyó con brillantez y naturalidad mostrando los mejores valores de la OSM: una cuerda rutilante, metales bien mixturados, maderas afiladas y fulgurantes –como el clarinete bajo en el inicio del Allegro final– y una batería percusiva esencial para crear los grandes efectos dramáticos y orquestales propios de esta icónica obra.

La Rusia del XIX, evocada en la pieza de Chaikovski, y la prerrevolucionaria, plasmada sonoramente por Shostakovich, fueron expuestas alegóricamente con todos sus matices, desde lo lírico y refinado de la primera a lo trágico y grandioso en la segunda, gracias a la sincera entrega de la Orquesta Sinfónica de Madrid y su director invitado, el reconocido y experimentado maestro Pinchas Steinberg, demostrando, una vez más, valor y compromiso artístico al acometer con convicción este sutil y complejo repertorio.  

Juan Manuel Ruiz

Orquesta Sinfónica de Madrid / Pinchas Steinberg.
Obras de Chaikovski y Shostakovich.
Ciclos Musicales de la Orquesta Sinfónica de Madrid.
Auditorio Nacional de Música, Madrid.

Foto: Pinchas Steinberg.

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