La Sinfonía 96 de Franz Joseph Haydn, apodada "El milagro", fue, sin exagerar, realmente eso... un relativo milagro musical en un entorno sinfónico por momentos tan reiterativo, retórico y, falsamente, profesional. Y es que ésta fue, este viernes de temporada, cámaras y grabación televisiva, la estimulante propuesta inicial de la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española con un, especialmente entregado y detallista, Michal Nesterowicz al frente.
Obra dinámica, precursora e inspirada, que para nada tuvo un ápice del carácter telonero con el que, a menudo, nos aturden desde esta posición inicial en programa. Toda una experiencia musical de ajuste, fraseo y conocimiento demostrado por el “podio”, sin podio por cierto, Nesterowicz. “Batuta”, sin batuta tampoco hasta alcanzar, tras el descanso, la Sinfonía de Prokófiev, que supo sacar mucha de la visionaria musicalidad allí encerrada, al margen de las generales vivacidad y forma, que encierra esta magnífica partitura, mucho más que el estereotipo de clásica, clasicista… o “haydniniana” incluso.
Tras ella, un más circunstancial pre-romántico, a caballo de estéticas, destacado en el terreno instrumental de los quintetos de viento, el violonchelista Franz Danzi, quedaba algo en entredicho. Su vistoso Concertino para clarinete y fagot fue la horma en la que se confirmaron los desgranados virtuosismos instrumentales, especialmente ajustados y concertados, de Miguel Espejo y Miguel Barona.
Para terminar, Nesterowicz, ya con batuta en mano aunque sin podio, como dije, afrontó junto con los atriles de la Orquesta, la Quinta sinfonía de Serguéi Prokófiev, escrita en la misma tonalidad del Concertino anterior al descanso. Todo un despliegue instrumental con perfil infinitamente más extrovertido.
Su primer movimiento, Andante, puso a prueba una sala, la del Monumental madrileño, que siempre presumió de un porcentaje inspirador y, en cierto modo, envidiable, pero exigente y peligroso, de sonido directo en butacas, y que muestra peores características acústicas para soportar semejantes despliegues “decibélicos” que antes de las obras ejecutadas en el Teatro. Como, por citar sólo un ejemplo, los últimos compases de este primer movimiento, un punto, como otros de este mismo Andante inicial, donde no se logró ni una matización de dicha violencia y amplitud acústicas, ni el empaste tímbrico necesario. Componentes que Prokófiev pone al límite como rasgo de estilo.
Mejor desarrollo, aunque sólo sea por esta razón, en el resto de los comprometidos movimientos. Como el ágil, difícil y resuelto con verdadera brillantez, Segundo, Allegro marcato que le siguiera.
Luis Mazorra Incera
Miguel Espejo, clarinete; y Miguel Barona, fagot. Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española / Michal Nesterowicz.
Obras de Danzi, Haydn y Prokófiev.
OCRTVE. Teatro Monumental. Madrid.