El sexto concierto de la temporada de abono de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria estuvo dedicado a la Música canaria para el siglo XXI, con dos obras recientes de dos compositores isleños, ambos con una destacada trayectoria creativa y que mostraron altas cotas en el dominio de la orquestación.
Abrió el programa Amazon, de la tinerfeña Gloria Isabel Ramos, breve poema sinfónico donde la autora homenajea a las mujeres en su dualidad de luchadoras ante la adversidad, sin renunciar a su lado tierno y femenino, mediante una colorida y hábil orquestación con una marcada atmósfera cinematográfica, que irradia optimismo y conecta fácilmente con el público. Desde el inicio, la Filarmónica grancanaria exhibió su excelente estado de forma y buena sintonía con Josep Gil, que ofreció una exuberante lectura de la pieza, estrenada en Pittsburgh -USA- hace unos meses.
La velada continuó, esta vez acompañados por el coro de la OFGC, con la cantata Shibboleth, del compositor grancanario Juan Manuel Ruiz, sobre texto del poeta Diego Valverde Villena. Estrenada por la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid en el Auditorio Nacional de Música en 2016, para la inauguración de la temporada capitalina, versa sobre la búsqueda del conocimiento universal.
Ambiciosa y compleja a partes iguales, esta obra sinfónico-coral en un único movimiento constituye un reto para la orquesta y la parte vocal. La ejecución contó con una plantilla coral más reducida de lo requerido en la partitura, teniendo, sin embargo, una muy meritoria actuación, tomando cuerpo a medida que avanza la obra. Excelente labor la de Luis García Santana, director del coro.
El director Josep Gil, que captó muy bien la esencia de esta cantata, ofreció una interpretación muy bien articulada, incidiendo especialmente en el aspecto rítmico y dinámico, así como en la rica paleta sonora propuesta por Ruiz, logrando un notable equilibrio entre el coro, la masa orquestal y el órgano, sin que en ningún momento algún plano sonoro llegue a imponerse sobre el otro. La apoteósica tensión final fue dosificada y resuelta magistralmente por Gil.
El público agasajó con cálidos aplausos a ambos creadores al final de la ejecución de cada título.
La segunda parte estuvo dedicada a la Primera Sinfonía de Sibelius. La versión de esta sinfonía juvenil del autor nórdico fue más lírica que dramática, así como dinámica y exenta de toda densidad postromántica, con un ágil y muy definido sentido del ritmo. El Andante-Allegro resultó luminoso, cristalino y trasparente, para pasar a un movimiento lento de acusado lirismo. Muy bien articulado y diseccionado el sentido rítmico del Scherzo para terminar con un Finale intensamente doliente, con brillante prestación de la cuerda y metales. Los merecidos aplausos sellaron la excelente comunicación de batuta y orquesta con el público.
Salimos del concierto con la satisfacción de haber constatado y disfrutado del excelente momento creativo de dos compositores canarios contemporáneos de los que esperamos descubrir nuevas obras en un futuro próximo, a lo que hay que añadir la comunicativa actuación de un director emergente al que auguramos una brillante carrera.
José Luis Montesdeoca
Luis García Santana - Coro de la OFGC
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Josep Gil.
Obras de Ramos, Ruiz y Sibelius.
Auditorio Alfredo Kraus, Las Palmas.
Foto: "El público agasajó con cálidos aplausos a ambos creadores al final de la ejecución de cada título" (en la imagen, el compositor Juan Manuel Ruiz tras el estreno canario de su obra).