Cumplido ya su trigésimo primer cumpleaños, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León ha iniciado la temporada 22-23 con un programa tardorromántico de autores poco frecuentados como E. W. Korngold (Brno, 1897- Toluca Lake, L.A., 1957), seguidor de Wagner y en línea con Mahler y R. Strauss, y alumno de A. von Zemlinsky (Viena, 1871-Larmont, N.Y., 1942), conectado con G. Mahler (Bohemia, 1860-Viena, 1911) por estar enamorado de la misma mujer, Alma, que eligió sin dudar a éste. Estas interconexiones permitieron incorporar al repertorio de la orquesta dos primicias: Blumine (Floral o flor) de Mahler y La Sirenita de Zemlinsky, entre las que sonó por 3ª vez el Concierto para violín y orquesta en Re M., op. 35 (1947) de Korngold en el violín de Midori (Hirakata, Osaka) que, a dias de cumplir 51 años y 10 después de su 1ª visita a la ciudad. Para este concierto se contó con el invitado Baldur Brönnimann (Basel, 1968), Director desde 2016 de la Basel Sinfonietta, tras su paso como Titular por la Nacional de Colombia (2011-15) y por la Sinfónica do Porto Casa do Música (2015-20), además del noruego BIT20, Grupo de música contemporánea en la que se le considera especialista.
Blumine en Do M., concebida como Andante allegreto, 2º movimiento de la Sinfonía nº 1 del autor, que eliminó por no ser de su gusto, lo recuperó y recreó después como pieza independiente y así se suele tocar hoy, aunque algunos Maestros la disponen como final de la Sinfonía. Son 5 minutos de intenso romanticismo, procedentes de unos cuadros vivientes que escribió de joven para ilustrar el poema popular alemán "Der trompeter von Säckingen", de ahí que tras 4 compases leves del conjunto, la trompeta en piano (muy bien servida por el solista de la OSCyL) canta el lírico tema principal que aparece repetidamente, en una estructura sencilla y transparente que presenta un Mahler optimista libre de sus posteriores tormentos intelectuales. A destacar los dúos : contrabajos-oboe, 1os. violines-trompas y cellos en canon con flauta, además de 3 bellos acordes de arpa. El maestro suizo, que no utiliza batuta, mantuvo todo en orden y tal vez algo corto de expresividad, detalle que le acompañó toda la sesión quizá por su trazo contemporáneo que da cierta rigidez a gesto y sonido, en busca de un ajuste que consigue plenamente, denotando practicidad y experiencia, pero sin ese hálito que confiere musicalidad a las interpretaciones.
Midori Goto lleva sonando en el circuito internacional desde los 15 años con que debutó con Zubin Mehta en Nueva York. Alumna de la Juilliard, conserva una afinación y una técnica exquisitas que le permiten abordar un Concierto tan exigente como el de Korngold con total solvencia; la única tacha posible sería la del volumen que resulta un poco justo, y eso que la OSCyL, siguiendo el pedido de Brönnimann, la respetó en grado sumo con plantilla de orgánico reducido como en la pieza anterior. Así el Moderato nobile se inició en lírico pianísimo con gran delicadeza. El hermoso Romance Andante en Sol tuvo cuidada versión con las mismas virtudes y el Finale, similar a una danza popular, tuvo apropiada energía, momento brillante en las trompas y una violinista para la que el virtuosismo no tiene secretos. Como prueba de ello y ante las ovaciones recogidas, hizo plena exhibición de él en el regalo barroco que nos dedicó, ante el entusiasmo de la Sala al completo. Los temas de bandas sonoras del autor que pueblan su exitoso Concierto, fueron venganza a la mala crítica con que fueron recibidas en la pantalla y tienen excelente trazo sinfónico.
El poema sinfónic La sirenita (1902-03) de von Zemlinsky describe absolutamente las peripecias de Sirena y Príncipe en el conocido cuento de Andersen que popularizó Disney en su film de igual nombre. La situación de desolación en que se sumió el feo músico tras el rechazo de Alma, tiene fiel reflejo en la partitura. Comienza como en el cuento "Lejos en el océano ..." y dibuja el fondo del mar, el tema de la Sirena en el solo de violín, la tormenta que arrastra al Príncipe y amenaza con ahogarlo y vuelta al lírico tema de la Sirena salvadora. El scherzo, brillante para la plantilla completa con aromas de R. Strauss, pinta el baile en el palacio del Rey Mer, torna la Sirena hacia la cueva de la Bruja con aires trágicos, el motivo asociado al prometido alma inmortal si mata al Príncipe y regreso al baile. El dilatado y doloroso final lleva a la Sirena a tierra, dejando vivir al Príncipe aún sumida en el dolor por no conseguirle, lo que la redime y lleva a la inmortalidad. La OSCyL estuvo exacta a la mano del Maestro, aunque todo sonó algo grueso y con planos poco destacados, pero todo bien tocado y con los solistas destacados. Comienzo prometedor para los 3.200 abonados que disfrutarán las dos sesiones.
José M. Morate Moyano
Midori, violín.
Orquesta Sinfónica de Castilla y León / Baldur Brönnimann.
Obras: Mahler, Korngold, Zemlinsky.
Sala Sinfónica "J. López Cobos" del CCMD de Valladolid.