El Festival Internacional de Música y Danza de Granada programó en su edición de este año la interpretación de Turandot, de Giacomo Puccini. Esta ópera póstuma del compositor fue presentada en versión de concierto por el mismo elenco que cierra la temporada en el Teatro Real de Madrid.
A priori, una versión de concierto puede suponer que el espectador pierde la oportunidad de ver el desarrollo de los personajes en acción, y su caracterización dentro de una escenografía específica. Obviamente, estos elementos no pudieron mostrarse en el limitado escenario que alberga el Palacio de Carlos V, pero la carencia de estos no fue óbice para que la interpretación de Turandot dirigida por Nicola Luisotti frente a la Orquesta y Coro titulares del Teatro Real tuviera toda la expresividad y carga emocional que la partitura de Puccini atesora.
La dirección musical de Luisotti fue muy acertada y conjugó perfectamente los efectivos musicales en una equilibrada simbiosis entre orquesta y voces. De gesto preciso e ideas claras, el director acometió la partitura con unos tempi apasionados, dando protagonismo a las partes corales y cuidando atentamente el diálogo con los cantantes solistas, que iban entrando y saliendo al frente del escenario e interactuaban entre sí como lo habrían hecho en una representación escénica.
La Orquesta del Teatro Real, una formación poderosa y muy versátil, pudo desplegar en esta ocasión todo su potencial y variedad tímbrica; precisamente, al presentarse fuera del foso, con vientos y percusión reforzados acorde con las exigencias del autor, tuvo una magnífica oportunidad para exponer toda su fuerza expresiva y precisión técnica, con un bello sonido envolvente que muy oportunamente aprovechó el director para arropar la trama lírica.
Junto a la orquesta hay que destacar así mismo al Coro titular del Teatro Real, un poderoso conjunto vocal que presentó enérgicamente la precisa y oportuna réplica a tal despliegue instrumental, con precisión y una dicción perfecta. En este sentido, la conjugación de sonidos, armonías y ritmos que se da entre orquesta y coro fue otro valor añadido a la interpretación. Merece mención especial la actuación de las voces blancas del Coro Infantil “Elena Peinado”, que sonaron claras y cristalinas gracias a la preparación y profesionalidad de su directora titular.
Con respecto a las voces solistas, solo podemos reafirmar lo ya comentado cuando estrenaron la producción en el Teatro Real el pasado 3 de julio. Se trata de un elenco muy bien escogido, con voces muy oportunas para los roles de la ópera de Puccini. Encabeza el cartel como princesa Turandot la soprano Anna Pirozzi, una potente voz de gran desarrollo, particularmente en sus poderosos agudos, como demostró en la exigente escena de los tres enigmas del segundo acto; la cantante puso su excepcional despliegue vocal al servicio del personaje con gran eficiencia y calidad vocal que fue muy del agrado del público.
Junto a ella estuvo también muy oportuno el tenor Jorge de León como Calaf, que se fue creciendo a lo largo de la velada. Su voz tiene un registro medio muy bello e interesante, que desplegó con gran presencia y fuerza vocal para interpretar su papel; ejecutó los exigentes pasajes agudos sin dificultad, y dotó sus intervenciones de veracidad y coherencia gracias a sus dotes actorales, obteniendo una prolongada ovación con el aria “Nessun Dorma”.
Otra voz que cautivó por su belleza y despliegue de recursos fue la de Salome Jicia, en su papel de la esclava Liú que se inmola por amor. La soprano hizo gala de un dominio técnico excepcional, mostrando una riqueza tímbrica de gran belleza en sus intervenciones, que se caracterizaron por un fraseo muy expresivo y unos agudos muy cuidados y timbrados, con hermosos pianos en la escena del sacrificio del tercer acto.
Cabe mencionar igualmente la profunda voz del bajo Adam Palka como Timur, de amplio registro, oscuro y de gran proyección, muy a propósito para dar sentido a su personaje. Completó el cuadro actoral el tenor Vicenç Esteve como el Emperador Altoum, contundente en lo vocal, con un timbre fino pero brillante de enorme calidad y claridad.
Por último, hay que hacer una mención especial a los tres cantantes que interpretaron a los ministros de la corte, que con cada intervención desplegaron una gran expresividad vocal y magnífico empaste pese a tratarse de una versión de concierto. El barítono German Olvera como Ping destacó con su voz de ricos armónicos y su vis actoral, y su labor se completó con el correcto desarrollo interpretativo y esmerada técnica vocal de Moisés Marín como Pang y Mikeldi Atxalandabaso como Pong.
En conclusión, la apuesta lírica de este año en el Festival de Granada fue todo un acierto, asistiendo a una representación de Turandot de alto nivel y recibiendo una calurosa acogida por parte del público, que con sus aplausos hizo vibrar el Palacio de Carlos V de la Alhambra granadina.
Gonzalo Roldán Herencia
FESTIVAL DE GRANADA
Turandot, drama lírico en tres actos con música de Giacomo Puccini sore libreto de Giuseppe Adami y Renato Simoni.
Orquesta y Coro titulares del Teatro Real (Andrés Máspero, director del coro)
Coro infantil “Elena Peinado” (Elena Peinado, directora)
Director: Nicola Luisotti
Anna Pirozzi (Turandot), Vicenç Esteve (Emperador Altoum), Adam Palka (Timur), Jorge de León (príncipe Calaf), Salome Jicia (Liú), Germán Olvera (Ping), Moisés Marín (Pang), Mikeldi Atxalandabaso (Pong), Gerardo Bullón (un mandarín).
Palacio de Carlos V, 12 de julio de 2023
Foto © Fermín Rodríguez