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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / El Quiroga, de aniversario, cerró el Ciclo de Cámara OSCyL - por José M. Morate Moyano

Valladolid - 05/06/2024

El Cuarteto Quiroga: Aitor Hevia y Cibrán Sierra, violines; Josep Puchades, viola y Helena Poggio, cello, en colaboración con el CNDM, cuyo Director estuvo presente en la Sala, se presentó para clausurar con este décimo concierto, el Ciclo Recitales y Música de Cámara que la OSCyL dispone en la correspondiente Sala de Cámara de su sede vallisoletana. Ya en su vigésimo Aniversario, este Cuarteto se formó en la "Reina Sofía" de Madrid, en la Academis de Música de Basilea y en la Europea de Música de Cámara; son docentes en el Conservatorio Superior de Aragón, en el "Mozarteum" salzburgués y en el RCSM de Madrid; Premio Nacional de Música 2008; multipremiados en Concursos y con amplia discografía, siendo defensores señalados del repertorio contemporáneo, sin desdeñar el resto de épocas.el

 Su Programa, con excelente entrada en la Sala a pesar de la competencia futbolística del día y alterado en orden a su criterio, se inició con Schönberg y su Cuarteto "0" en Re M. (1897). Numerado "cero" por ser su primera obra de conjunto conservada, que demuestra  conocimiento y estima por los compositores precedentes y particular reconocimiento a Zeminsky, al que decía  deber cuanto sabía de Composición y virtuosismo contrapuntístico; de hecho, colaboró en la elaboración de este obra juvenil. El Dvorák "americano" está muy presente en los Allegros inicial y final del Cuarteto; el tercer movimiento, Andante, tema con variaciones, bebe del último Beethoven pero apunta ya a su revolucionario cambio de relaciones, y el segundo, un Intermezzo, (que sustituyó al inicial "Scherzo con su trío" que hoy se toca como pieza independiente), es breve pero lírico y sustancial, con nuevo tratamiento sonoro incrementado poco a poco para terminar perdiéndose. A señalar, esa forma de llegar y sostener el pianísimo  tenso y  afinado de modo absoluto, mostró ser una de las características destacadas del Quiroga, cuyos violines, el primero de firme y controlado sonido al que "se pega" del todo el segundo; un violista estupendo, con personalidad cuando se precisa, y una cellista de noble color y ritmo seguro, todos empastados en conjunto y musicales en lo individual, constituyen un todo que justifican el nivel y lugar que ocupan en el ámbito cuartetístico. El "0" tuvo ya sonora acogida en el público para este Schönberg alegre y bien orquestado en sus distintas fases, abre la puerta a lo que estableció su nuevo mundo sonoro.

Siguió el nuevo cuarteto À plein (Al aire libre) de Raquel García Tomás (Barcelona, 1984), Premios Nacional de la Música 2020 y Núvol 2023, residente en el Palau para el 24/25, quien, a petición del propio Quiroga por su Aniversario y de la propia Instución, lo escribió en este mismo año. Se basa en olas sónicas que van y vienen, haciendo que las cuerdas agudas vibren y fluctúen en aparente melodía, alternando con ritmo y movimiento en las graves, produciendo la grata sensación de llenar poco a poco el vacío musical preexistente; en este trabajo los ya mencionados pianísimos juegan papel esencial para la cuidada dinámica con que las distintas tímbricas  se ofrecen, tal vez un punto repetitivas, pero interesantes; destaca también la labor que desarrolla el cello con su mano izquierda y sus glissandos como elemento sorpresa en el conjunto. Los Quiroga hacen, lógicamente, un trabajo sutil de orfebrería, exigente en energía, precisión de ataques y concentración. Intérpretes y obra fueron larga y repetidamente aplaudidos.

La segunda parte arrancó con la jovial y perfecta escritura del último Beethoven en su Cuarteto nº 16 en Fa M., op. 135 (1826), como modelo citado en parte del de Schönberg. El Allegro resultó jugoso, con violines juntos en sonido nacarado; enérgico el Vivace; muy cantable el Lento, con precioso empaste; y el marcado por el autor como difícil decisión, fue bien jugado y entendido en las dos propuestas planteadas por las voces agudas y las graves y abordada con decisión la respuesta final; el  Allegro como final, brillante, con el cello de nuevo tan destcado como la viola.

Como colofón, el complicado y vistoso Cuarteto nº 3 en Do# m., Sz. 85 (1927) de Bartók. Dedicado a la Sociedad que lo premió, Fondo Musical de Philadelphia, es el más breve y audaz de los 6 que escribió. De extraña estructura, se plantea en dos Partes Moderato y Allegro, que se completan recapitulando cada una de éllas, no siempre de forma literal pero sí completa y con mucho poder en el vivo final. Lirismo, denso contrapunto, poca melodía ricamente elaborada, folk salvaje pleno de efectos en los instrumentos, contrastes rápido-lento casi simultáneos, fugas y cánones y todos los recursos habidos, fueron servidos con precisión y musicalidad por los Quiroga, que fueron aún más premiados que en el Beethoven, tanto, que fueron realmente obligados a añadir, homenajeando al gran violinista gallego Manuel Quiroga de quien toman nombre, con una exultante en ritmo y carácter, danza gallega, adaptada para cuarteto de cuerda, abrochando concierto y Ciclo en pleno triunfo.

José María Morate Moyano

 

Cuarteto Quiroga: A. Hevia y C. Sierra, violines; J. Puchades, viola; H. Poggio, cello

Obras de A. Schönberg, R. García-Tomás, L. v. Beethoven y B. Bartók

Sala de Cámara del CCMD de Valladolid

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