Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - El mejor “amigo” de todos los músicos (UAM)

Madrid - 26/03/2019

Un concierto en todo punto excepcional, estimulante y, también, didáctico, sin perder un ápice de brillantez, el escuchado al pianista José Luis Castillo en la sala de cámara del Auditorio Nacional de Música bajo los auspicios de la Universidad Autónoma de Madrid. Un concierto donde, ante todo, y desde aquel instrumento romántico por excelencia -el piano-, expresara, musicalmente hablando, la rendida admiración que el gigante musical de Eisenach ha cosechado, y sigue cosechando, de toda la comunidad artística y de la musical en particular. Una admiración que diera lugar, entre otros muchos frutos artísticos, a este nutrido catálogo de arreglos y obras de todo tipo, basadas “exhaustivamente…” en su música.

Un cortés capricho inaugural del citado músico sajón, junto, sobre todo, los diferentes arreglos o fantasías, de todo tipo de pelajes técnicos y habitual dificultad, escritas para piano, fue el lucido contenido de esta velada. Sin ninguna obra, así, con música “de circunstancias…”, con el leve descanso, en su segunda parte, de un arreglo del Agnus Dei de aquel lenitivo Requiem de Fauré, se fueron sucediendo estas obras. Selección de obras que disfrutaron de ribetes más “de autor…” en su primera parte, con las trascendentales, Fantasia sobre Bach de Ferruccio Busoni, de un pianismo relativamente avanzado y la más rutilante, romántica por excelencia, de Franz Liszt, Variaciones sobre tema de cantata bachiana: Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen -más o menos…: Llanto, lamento, desasosiego, temor-.

La segunda parte, relajó aquellas aspiraciones musicales, no así las técnicas, como, por otra parte, suele ser habitual en el concierto moderno, con arreglos más disciplinados a la letra, aunque no menos bien dispuestos en su vistosa realización. Arreglos que se coronarían con una obra que volvía a los orígenes, planteada sabiamente por Brahms humildemente como estudio, que transcribía, eso sí para una sola mano, la izquierda, la trascendental Chacona de la Partita para violín solo en Re menor de Bach.

Toda una declaración de intenciones que trataba de “devolver a las fuentes” este híbrido programa, y, en concreto, esta más circunstancial segunda parte. Fuentes que no son sino las del genial Cantor de Leipzig, Johann Sebastian Bach. Una obra final, pues, que, en este formato para la mano izquierda, y con el respeto que Brahms demuestra ya con su humilde titular, quedaba mucho más descarnada. Aquí sí que la intención del programa se salió -y sin previo aviso, además- de una concepción más aparente y “en punta”, de los remates finales de concierto modernos. 

Una breve, pero ilustrativa, anécdota al margen. En tiempos, no demasiado lejanos, un notorio profesor del Conservatorio Superior de Atocha, ya jubilado, comentaba, no sin cierta sorna y a menudo -era uno de sus latiguillos pedagógicos-, que Bach era el… “enemigo de todos los músicos” -de los compositores, se sobreentiende…-, según él, todo -lo “armónico tonal…”- estaba ya incluido en su amplio catálogo. Bueno, pues… en otro orden de cosas al menos, hoy quedó demostrado que, más que una losa, Bach ha sido, es y será a buen seguro… el mejor “amigo”, inspirador de todos los músicos.

Luis Mazorra Incera

José Luis Castillo, piano.
Obras de Bach, Brahms, Busoni, Castillo, Fauré, Liszt, Murdoch y Naoumoff.
UAM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

Foto: Cartel del concierto.

919
Anterior Crítica - El bel canto en su máxima expresión (Jessica Pratt - ABAO)
Siguiente Crítica - Prokofiev con acento catalán (Orquesta del Teatro Mariïnsky / Valery Gergiev)