El libreto de Orlando Paladino de Nunziano Porta, poeta de la corte del poderoso aristócrata húngaro Nikolaus Esterházy, también mecenas de Haydn, es una adaptación de un libreto de C.F. Badini que a su vez era una versión libre del original Orlando Furioso de Ludovico Ariosto. Haydn logra darle a la historia, merced a Porta, un giro muy original y consigue una acertada mezcla de lo trágico con lo cómico, de lo mágico con lo pastoral. Originalmente la obra fue compuesta para la visita de unos nobles rusos al Príncipe Nikolaus Esterházy, pero como la visita nunca tuvo lugar, fue estrenada en 1782 el día de la onomástica del Príncipe.
El personaje de Orlando es una mezcla de elementos cómicos y serios. Haydn y Porta desafían las formas musicales en boga entonces, especialmente en los finales en que se retrata la progresiva locura del protagonista. Pasquale, el escudero de Orlando, es quizá el personaje más redondo de la obra, junto a Rodomonte y Eurilla. Los personajes serios como Angélica y Medoro, e incluso Alcina, son los menos conseguidos, sobre todo Medoro. El tema de la ópera, tremendamente popular en el siglo XVIII, contribuyó a que tuviese una gran divulgación en vida de Haydn. Este éxito llevó a Haydn a utilizar la estructura melódica del coro final para un coro y dueto del segundo acto de “L’anima del filósofo, ossia Orfeo ed Euridice” en 1791.
En el Teatro Real, así como en el Liceu hace unos días, se ha ofrecido la ópera en versión de concierto con la estupenda orquesta barroca Il Giardino Armonico, bajo la dirección de Giovanni Antonini.
Antonini nos ofreció un Orlando Paladino brillante, lleno de vitalidad, de sentido del humor y de melancolía en ocasiones, obteniendo de su orquesta un sonido intachable en todas sus secciones, sin caer en amaneramientos historicistas y reviviendo la bella partitura con entusiasmo y entrega.
El reparto vocal fue en su conjunto muy aceptable. Emőke Baráth sacó adelante el soso personaje de Angélica con dignidad reconociendo que sus arias “Non partir, mia bella face”, “Aure chete” y “Dell’estreme sue voci dolente” entrañan dificultades, con endemoniadas coloraturas y agudos, sobre todo en la primera de las mencionadas. Sin embargo su canto adoleció de una monotonía que no beneficiaba a personaje tan plano.
Como su enamorado Medoro, Josh Lovell, cantó con gusto y musicalidad, aunque tampoco supo colorear un tan monocorde personaje.
Orlando fue Alasdair Kent que estuvo francamente bien, con una voz uniforme y una inteligente entrega en la encarnación del enloquecido héroe y su posterior recuperación de la cordura.
Como Alcina, Núria Rial fue insignificante; ni por voz, ni por timbre, ni por intensidad convenció en su encarnación de la temible maga.
En el doble cometido de Rodomonte y Caronte, Renato Dolcini mostró una voz bien timbrada, aunque quizá de poco peso para unos personajes que requieren un bajo de más calado. Pero esto no es óbice a una actuación destacada.
En los papeles más brillantes de la ópera Eurilla y Pasquale, Natalia Rubis bordó a la coqueta pastorcilla con una voz muy lírica, perfectamente usada, matizando con intencionalidad cada frase y adornándolo con una picardía y encanto fuera de serie.
Y he dejado para el final a la estrella de la noche, el polaco Krystian Adam, como Licone y sobre todo como Pasquale que es el personaje bombón, el más lucido y que cuenta con dos arias, “Ho viaggiato in Francia, in Spagna” y “Ecco spiano” verdaderamente espectaculares, aunque supongan un reto para la dicción y para la garganta, ya que en la segunda llega a imitar trinos, arpegios, staccatos, andantinos e incluso los agudos de un contratenor. Si a esto se une que derrocha simpatía e interpreta a niveles actorales como un cómico de primer orden se explica por qué cosecho la ovación de la velada.
Una resurrección más que justificada.
Francisco Villalba
Orlando Paladino, de Joseph Haydn (Versión de concierto)
Angelica: Emőke Baráth
Rodomonte/Caronte: Renato Dolcini
Orlando: Alasdair Kent
Licone / Pasquale: Krystian Adam
Eurilla: Natalia Rubis
Medoro: Josh Lovell
Alcina: Núria Rial
Il Giardino Armonico
Dirección de orquesta: Giovanni Antonini
Teatro Real, Madrid
Foto © Javier del Real