En una apacible y ya inolvidable noche de julio tuvimos la fortuna de asistir, junto a los aproximadamente 500 afortunados espectadores que abarrotaban el aforo del icónico Castillo de Bellver de Palma de Mallorca, a la gala lírica ofrecida por la soprano Valentina Nafornita junto a la Orquestra Simfònica Illes Balears, todos ellos bajo la dirección del maestro Pablo Mielgo.
Enmarcado dentro del Festival Bellver, el concierto es uno de las siete citas musicales únicas que se desarrollan desde el 14 de junio hasta el próximo 7 de agosto en la capital mallorquina.
Debemos reconocer el plausible mérito de este festival, organizado principalmente por la Fundación Orquestra Simfònica Illes Balears y su gerente, Cristina Martínez, junto al Govern de les Illes Balears, puesto que ha sabido crear unas citas culturales de una calidad de alto nivel musical, a la vez que el marco incomparable en donde se desarrollan, el fastuoso Castillo de Bellver, lo convierten en uno de esos eventos culturales de excelencia que son una característica única y consolidada de las Islas Baleares, y que han sabido crear un atractivo imán único de cultura, turismo y valor económico excepcional, algo que debe ser un ejemplo a seguir para el demandado cambio en el modelo de ocio, cultura y turismo que actualmente demanda con urgencia la población de nuestras queridas Islas Baleares.
Los siete conciertos del festival tienen como nexo de unión a la Orquesta Simfònica Illes Balears en todos ellos, salvo en el que participa La Petita Simfònica, dirigida por Martín Baeza, proyecto pedagógico simpar de la orquesta profesional creado en 2017. Es reseñable que la mayoría de sus citas están dedicadas al mundo lírico, y nos encontramos en sus programas a destacados solistas y a directores artísticos de renombre, junto a interesantes proyectos extranjeros dedicados a la ópera, como los Solistas Young Singers Project del Festival de Salzburgo, o los Solistas de la Ópera de Hamburgo. Debemos reseñar que actualmente las Islas Baleares son la tierra de destacados solistas del panorama lírico actual, por lo que creemos que sería de gran importancia, tanto para el festival como para su público, que estos puedan ofrecer conciertos dentro del presente festival. Esto permitiría realizar una labor que apueste por incentivar los valores propios de una calidad de primer nivel, generando valor propio y orgullo cultural.
La cita a la que asistimos puso de relieve las cualidades de la soprano, la moldava Valentina Nafornita y las de la Orquestra Simfònica Illes Balears. El programa, diseñado al gusto de la joven solista, combinó arias operísticas bien conocidas con otras de más rara escucha, las cuales fueron toda una grata sorpresa para su descubrimiento por parte del gran público. La soprano destacó en los fragmentos más agudos, en donde su timbrado, potente y bello timbre fueron una delicia, tanto en los fragmentos más poderosos, como en los más sutiles, en donde la soprano supo mostrar su cualidad quizás más sobresaliente, la de mantener unos filados en los pianissimi verdaderamente asombrosos. No obstante, debemos reseñar que el repertorio elegido en general para la velada fue tal vez diseñado para una voz de un registro vocal de soprano dramática más que para el registro de soprano lírico-ligera de la solista.
Los recursos expresivos y teatrales que mostró Valentina Nafornita fueron excelentes, tanto en las arias más delicadas e introspectivas, como en el Ave Maria de Otello de Giuseppe Verdi, como en los más expansivos y desenfadados, de los cuales fue un magnífico ejemplo la propina I feel pretty, del musical West Side Story de Leonard Bernstein, que encandiló y puso en pie a la audiencia.
Las piezas instrumentales escogidas para la ocasión, sirvieron de gran lucimiento expresivo para la Orquesta Simfònica Illes Balears. Estas no fueron las obras que quizás el público hubiera reconocido rápidamente, y que casi se espera escuchar en una ocasión como en la que nos encontrábamos, sino que fueron unas obras de gran valor musical y belleza melódica que escuchamos con verdadero gusto. Seguramente pablo Mielgo fue el artífice de su inclusión, algo que valoramos gratamente. Mielgo, sin batuta, y con un gesto sencillo, pero eficaz, supo dejar la justa libertad musical a su orquesta para que las inspiradas melodías inundaran de cálida expresividad la mágica noche mallorquina con una sonoridad cálida de las cuerdas, especialmente de sus violines, violas y violonchelos.
El público congregado en el Castillo de Bellver despidió a todos lo intérpretes con unos cálidos y merecidos aplausos. Este delicioso estío musical continúa este año todavía hasta el 7 de agosto. Creo que todavía queda alguna entrada. Yo no dudaría e iría a por la mía.
Simón Andueza
Valentina Nafornita, soprano.
Orquestra Simfònica Illes Balears, Pablo Mielgo, director.
Obras de Alfredo Catalani, Antonín Dvořák, Giuseppe Verdi, Giacomo Puccini, Pietro Mascagni.
Festival Bellver, Estius Simfònics 2024, 17 de julio de 2024, Castillo de Bellver, Palma de Mallorca, 21:30 h.