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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / El debut de una directora y de un concierto para violín - por Juan F. Román Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria - 30/09/2024

La directora Ewa Strusinska debutó con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria en la segunda velada de abono de esta temporada 2024-2025. Eligió para ello un programa bien equilibrado. 

Se inició con la Pequeña Suite de su compatriota Witold Lutoslawski. Perteneciente a su primera época y con claras influencias de Bartok y la música tradicional polaca, Strusinska nos dejó una lectura bien perfilada que resaltó su centelleante colorido tímbrico así como su raíz popular con unos temas atractivos y rítmicamente muy marcados.

El Concierto para violín de Schumann que interpretaron a continuación es, de los 3 compuestos por su autor, para piano, cello y este de violín, el menos interpretado con diferencia. Era de hecho estreno en los programas de la Filarmónica de Gran Canaria y posiblemente en la isla. Compuesto por Robert Schumann a raíz su admiración por el gran violinista Joseph Joachim, lo cual tiene su reflejo en una parte solista de considerable dificultad, con abundantes dobles cuerdas, grandes arpegios o cascadas de notas a gran velocidad, la obra se resiente del deplorable estado mental en que se encontraba su autor, dando como resultado una pieza sonoridad indudablemente schumaniana por sus temas, armonías e instrumentación, pero farragosa en su desarrollo, que avanza a trompicones, con unos temas que se revuelven sobre si mismos sin lograr avanzar en un desarrollo coherente, ni prender en el oyente, a excepción tal vez del movimiento lento con su hermoso motivo a cargo de los cellos que luego recoge el solista en una atmósfera de lírica ensoñación.

Frank Peter Zimmermann ofreció una interpretación que superó holgadamente los numerosos escollos virtuosísticos con un sonido cálido, no muy grande pero bien proyectado, ayudado por una batuta que aclaró texturas en la siempre densa instrumentación schumaniana sin perder de vista el personal color instrumental del autor renano. Ambos insuflaron vida, hasta donde fue posible, a una pieza trágicamente truncada y escasamente agradecida

El cierre vino con la Séptima Sinfonía de Dvorák, pieza maestra en la que convergen la música nacional checa con lo mejor del sinfonismo germánico, su admirado Brahms, de la que Strusinska nos ofreció una interpretación fogosa y temperamental que supo remansar en los bellos y abundantes pasajes líricos donde cantaba con delectación los amplios temas. Apoyada en una orquesta en excelente forma, especialmente un quinteto de trompas con un sonido redondo, empastado y de una riqueza tímbrica como hacía tiempo que no escuchábamos a nuestra orquesta,  tan solo lamentar que la directora polaca no lograra un más depurado equilibrio sonoro en los grandes tutti, los varios del primer movimiento o el gran climax del adagio, donde el ímpetu de los metales ocultaba a cuerdas y maderas, o una mayor destreza en la exposición de los pasajes fugados, donde no siempre fue posible apreciar las sucesivas entradas. Por el contrario, supo plasmar la riqueza temática del adagio, desarrollando con buena mano la compleja exposición de los sucesivos temas, lo mismo que la raíz danzable popular y del Scherzo, para concluir en un Finale dramáticamente arrollador, diestramente intercalado con hermosos pasajes líricos a cargo de violas y cellos, excelentes por empaste y belleza tímbrica, desembocando en una coda majestuosa y sorprendentemente optimista.  

Juan Francisco Román Rodríguez

 

Frank Peter Zimmermann, violín.

Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Ewa Strusińska.

Obras de Lutoslawski, Schumann y Dvorák. 

Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.

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