Uno de los mayores aciertos de la dirección artística de Karel Mark Chichon ha sido el seleccionar a un conjunto de relevantes directores invitados a los que se les encomienda las parcelas del repertorio en las que son especialistas, contando además con que establezcan una relación fluida con los músicos de la Filarmónica de Gran Canaria.
La presencia de Trevor Pinnock es uno de los mejores ejemplos. El director británico, reconocido internacionalmente por su desempeño en el barroco y clasicismo, se presen taba, si no me falla la memoria, por tercera vez ante el conjunto grancanario, la segunda en los conciertos de abono, con un programa paradigmático del clasicismo centroeuropeo.
Abrió la velada la Quinta Sinfonía de Schubert expuesta con la delicadeza de la música de cámara, finísima en las texturas y fraseada con envidiable naturalidad, recreándose con delectación en los hermosos temas schubertianos.
El Concierto para piano nº 9 de Mozart, “Jeunehomme” nos permitió conocer a Kristian Bezuidenhout, excepcional pianista, tanto por la belleza y redondez de su sonido en todos los registros, como por su prístina pulsación y la cantabilidad de su fraseo, que ennoblece con una sutil gradación de sombreados, junto a un rubato tan sutil que generalmente pasa desapercibido.
Pinnock desde el podio entabló un dialogo con el solista en el que los temas pasaban de uno al otro con la espontaneidad que proporciona el conocimiento del estilo y el trabajo bien hecho. La Sinfonía nº 103 “Redoble del timbal” de Haydn cerró el concierto, en una lectura modélica, diáfana en sus perfiles, de intensidad rítmica renovada sin cesar, admirablemente balanceada en el equilibrio de las distintas líneas instrumentales, diversa en los colores que a la base de la sección de cuerdas, de articulación cristalina, aportaban unas maderas excelentemente perfiladas que Pinnock oportunamente situaba en un discreto primer plano, con la adición de trompas, trompetas y timbales ajustadísimos, especialmente la pareja de trompas de afinación siempre problemática, en esta ocasión impecables.
El mejor colofón del concierto fue el avance de la doble visita de Pinnock a la Filarmónica de Gran Canaria en la próxima temporada y visibilizar la buena sintonía musical y personal establecida entre el director británico y los músicos de la Filarmónica de Gran Canaria.
Juan Francisco Román Rodríguez
Kristian Bezuidenhout, piano.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Trevor Pinnock.
Obras de Schubert, Mozart y Haydn.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.