En esta ocasión, la novedad que nos presentaba este FeMÀS era el encuentro entre músicos jóvenes (en general) con tres de las cantatas más tempranas de Bach (las BWV 4, 18 y 131), tan poco programadas. Y para ello reunía a un conjunto vocal, los Afectos Diversos que dirige Nacho Rodríguez, con el conjunto instrumental Concerto 1700, del que es responsable Daniel Pinteño. Y ante tanta lozanía era de prever igual entusiasmo como trabajo de engaste, ya entre sí como con el otro conjunto.
Entre las voces sobre todo encontramos una gran diversidad, no sólo en calidades, sino también en la tímbrica, lo que solía evidenciarse especialmente en sus intervenciones solísticas, ya que los coralistas actuaron también a solo, y advertíamos en ellos desde quienes presentaban una impostación acusada hasta otros de emisión más natural, al igual que pasamos de la potencia a lo casi inaudible, aunque es verdad que Rodríguez levantó entre ellos y el público una pantalla de instrumentistas -dejando a los cantantes atrás-, nefasta moda que parecía ya haber pasado del todo, pero de lo que parece que todavía quedan secuelas.
Esta disposición afectó especialmente a uno de los tenores, el de menor volumen, cuyo sonido a veces resultaba demasiado abierto y no siempre firme (frente al otro, del que diríamos todo lo contrario): pero esta misma circunstancia acústica le importó poco a uno de los bajos, de registro esplendente, quien además protagonizó varios momentos de gran intensidad, especialmente en la cantata BWV 18. Entre los instrumentistas hubo más unidad, sobresaliendo la labor de Pinteño o el oboísta Jacobo Díaz, quien coincidió con el bajo antedicho en la cantata 131, con un excelente momento que terminó en un subrayado imponente sobre “fürchte” (“temido”), que cerraba el aria. Así pues, concierto interesante, que se ofreció sin interrupciones, lo que se agradeció para no romper esta muestra temprana de canto bachiano.
Carlos Tarín Alcalá
FeMÀS 2019. Concerto 1700 & Los Afectos Diversos / Nacho Rodríguez.
Obras de J. S. Bach.
Teatro Turina, Sevilla.
Crédito foto: Lolo Vasco