Jakub Józef Orliński es un fenómeno, canta como los ángeles, su voz tiene un volumen raro en un contratenor, posee unos agudos afilados y luminosos, utiliza con maestría los filados, las medias voces y posee un asombroso legato. Sus graves son notables y su línea de canto impecable, además tiene buena presencia y derrocha simpatía. ¿Qué tiene de raro de que se haya convertido en la estrella actual de su cuerda?
Esta, en el Teatro Real, era su tercera actuación en Madrid, la primera fue en el Auditorio Nacional en 2021 después más tarde en los teatros del Canal con William Christie. En el Auditorio ya me dejó sorprendido, aquel derroche de canto de la más alta categoría mezclado con unas indiscutibles dotes para meterse al público en el bolsillo, creo que no lo había disfrutado desde la joven Bartoli.
En esta ocasión se presentaba con un programa valiente, basado en piezas de su último disco “Anima aeterna”, una recopilación de obras de carácter religioso de músicos del siglo XVIII, en muchos casos poquísimo conocidos, al menos para mí. Me pareció arriesgado presentarse en el Teatro Real con un recital de estas características ante un público poco habituado a este repertorio, pero es evidente que Orliński sabe perfectamente lo que hace y los jardines en que se mete.
En su primer aria Gratias agimus tibi de Davide Perez, un compositor italiano de origen español, se le notó inseguro, la voz se tenía que calentar. Pero se le calentó rápido y cómo lo hizo. El resto del programa, aunque más seguro en la segunda parte, fue deslumbrante. Con un fraseo maravilloso, aunque su dicción sea mejorable, una capacidad para interpretar cada palabra con una intensidad y delicadeza fuera de seria, se mostró arrojado en las que exigían endiabladas coloraturas, y exquisito en las más melancólicas.
Generoso con el público que le aclamaba desbordado por tanto arte y expresividad, canto cinco propinas de Antonio Lotti: ‘Prohibita quinta sunt’, de la Missa Sapientiae, de Nicola Fago: ‘Alla gente a Dio diletta’, de Il Faraone sommerso, de Gaetano Maria Schiassi: ‘A che si serbano’, de Maria Vergine al Calvario, de Antonio Vivaldi: ‘Vedro con il mio diletto’, de Il Giustino para fializar repitiendo ‘Alleluja’, de Barbara, dira, effera, ZWV 16 de Jas Dismas Zelenka.
Un magnífico concierto y un impagable divertimento.
Francisco Villalba
Jakub Józef Orliński
Il pomo d’oro / Francesco Corti
Teatro Real, Madrid
Foto © Javier del Real | Teatro Real