El tercer concierto del Ciclo de Música Antigua y Barroca “ALMANtiga” del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) ha estado protagonizado por dos miembros del grupo instrumental La Galería del Claroscuro; su fundadora allá por el año 2009, la clavecinista Anabel Sáez y el violagambista ferrolano Xurxo Varela, interpretando uno de las colecciones de música de cámara barroca más atractivas de este particular repertorio como son las tres Sonatas para viola da gamba y clave, BWV 1027, 1028 y 1029 de Juan Sebastián Bach. Las dos primeras, siguiendo un estilo sacro que las llevó a ser conocidas como sonatas da chiesa, piezas que se tocaban simultáneamente a la celebración de actos litúrgicos, y la tercera que se puede asignar a música profana, con lo que en un solo concierto se pudo disfrutar de dos maneras de abordar esta primigenia forma musical anterior a su más conocido, evolucionado y aceptado concepto que se impondría en la música instrumental del periodo clásico.
El complejo Adagio inicial de la Sonata en Sol, BWV 1027 permitió que el dúo mostrara ya su coordinación en métrica y estilística, apareciendo la sólida estructura polifónica de esta obra en el clave y cómo la viola la secundaba a base de imitaciones tocadas con profunda dulzura, repeticiones que adquirían más importancia en el primer allegro de los dos que tiene la obra, donde ambos instrumentos se alternaban con homogeneidad de discurso en la exposición de su tema de carácter popular contagiándose ambos de originales y bellas réplicas en su diálogo. El tiempo lento sirvió para disfrutar de los amplios desplazamientos que platea Bach y la perfecta verticalidad armónica de su desarrollo. En el último movimiento ambos instrumentistas desplegaron todo su potencial técnico y estético traduciendo la solidez que propone Bach en una extensa fuga.
Antes de la Sonata BWV 1028, la clavecinista intercaló tres cortas Invenciones a dos voces no anunciadas en el programa, que sirvieron para aligerar la densidad de éste. Efectos alternantes de imitación fueron también los preponderantes en el Adagio que abre esta sonata, expresada con gran sentimiento desde la viola. El amplio allegro en dos partes que le seguía propició que los intérpretes se implicaran a tope en la sucesiva descomposición del tratamiento de su registro grave. Un articulada ornamentación fue la materia musical en la que ambos músicos realizaron una vez más una muestra de su entendimiento muto en su concertado coloquio para terminar la obra apuntando la clavecinista cierto aire de tocata curiosamente destilado en su acompañamiento por el violista.
Otra especie de intermedio ocupado por otras dos Invenciones dio paso al estilo meramente diletante y profano que tiene la Sonata en Sol menor, BWV 1029, obra con la que se pudo apreciar el arte del casi indefinible, por su belleza, toque de Xurxo Varela, acaparando todo el protagonismo del Vivace que abre la obra. Entrambos alcanzaron ese condensado a la vez que trascendental lenguaje bachiano que contiene el Adagio central, descubriendo la inmaterialidad de su lirismo, para terminar con esa desafiante dinámica concertante en la que el canto del instrumento de cuerda dejó su mejor impronta.
Esta cita barroca concluyó con la interpretación de movimientos de sonatas de dos músicos contemporáneos de Bach; su alumno, Karl Friedrich Abel, uno de los más grandes violagambistas del siglo XVIII, y del ínclito Georg Philipp Telemann que significaron un contraste de inspiración a la más sustancial y condensada música del gran Cantor de la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig, de la que este dúo dio una muestra de gran estudio, sólida conjunción y un fluido resultado artístico en el discurso que transportó a la audiencia a la diletante música que se hacía en los salones palaciegos del settecento.
José Antonio Cantón
La galería del claroscuro
Dúo Xurxo Varela (viola da gamba) y Anabel Sáez (clave)
Sonatas para viola da gamba y clave de J. S. Bach, BWVs 1027, 1028 y 1029
Sala de cámara del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA), 20-I-2023