Retomaba el maestro Axelrod la dirección de la ROSS y lo hacía continuando el ciclo que de poemas sinfónicos de Strauss con el último de ellos; pero antes se le “coló” en protagonismo la bella violinista austro-moldava Patricia Kopatchinskaja, que nos presentaba una versión muy personal del Concierto para violín en Re mayor de Chaikovski, al que accedía con acentuada familiaridad, ya descalzándose antes de empezar a hacer su lectura “distinta”, sin saltarse desde luego ni una sola de los tremendos torrentes escalísticos, ni huir de ninguna de la arriesgadas dobles cuerdas enrevesadamente encadenadas o los sorprendentes armónicos que adornan la partitura. Es joven, pero lleva 20 años en la escena y en el disco, aunque su magia la demuestra muchísimo más en directo, y no sólo gracias a un instrumento maravilloso, sino a los registros que es capaz de extraerle y a un estilo muy personal, de contagiosa musicalidad.
Casi no hubo tiempo para fijarse en otra cosa, porque sus dedos corrían por el diapasón con absoluta precisión y musicalidad. Pero tampoco dejaba de sorprender en las secciones más lentas, donde la expresividad se intensificaba aún más, y eso que al comienzo del concierto sus pianissimi habían sido más que tocados, buscadamente rozados, y sin embargo tal heterodoxia en sus manos quedaba atrayente, cautivadora.
Axelrod la siguió muy bien, lo que es decir mucho, porque cuando se interpreta con tanto corazón no es igual que cuando se toca sola o no se tiene a una orquesta sinfónica detrás. Y no sólo el maestro tejano hizo de escolta (tiene un disco grabado con ella, así que ha tenido tiempo de conocerla), sino que estuvo brillante en la obertura del Guillermo Tell de Rossini, tocada a una velocidad que no todas las orquestas pueden seguir conservando una articulación y una musicalidad impolutas. Pensamos, sin embargo, que no estuvo tan brillante en ese viaje vital y físico que es la Sinfonía alpina, acaso la más depurada -y última- muestra de sus poemas sinfónicos y, por lo mismo, de una mayor complejidad y riqueza. Fue un complejo tapiz en donde los hilos sueltos no siempre dejaban admirar el dibujo.
Carlos Tarín
Patricia Kopatchinskaja.
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla / John Axelrod.
Obras de Rossini, Chaikovski y Richard Strauss.
Teatro de la Maestranza, Sevilla.
Crédito de foto: Guillermo Mendo.