En 2020 uno de los primeros y principales conciertos que tuvieron que quedar suspendidos por la –en ese momento- incipiente pandemia fue el monográfico Mahler dedicado a la sinfonía Resurrección de la Euskadiko Orkestra. Dos años después podemos considerar resuelta la deuda moral contraída y, por si fuera poco, tal consideración podemos hacerla con un grado de satisfacción altísimo. Soberbio el concierto, impecable la versión y mínimos peros pueden ponerse al mismo de no ser por el recurrente asunto de los teléfonos móviles, realmente irritante.
Esta obra es enorme en todos los sentidos y al logro reseñado coadyuvaron dos solistas vocales notables, especialmente la voz densa, oscura y muy bien proyectada de la mezzo lituana Justina Gringyté que nos ofreció un Urlicht de altísimo nivel y gran sensibilidad y gusto, quedando en segundo plano la de la soprano británica Sarah Fox, aun y todo de presencia vocal interesante.
Que esta obra es una especialidad del Orfeón Donostiarra es bien conocido; y que uno sigue emocionándose al escuchar el pianissimo introductorio de su parte es tan obvio como sincero. Sencillamente, impresionante. Y el último responsable de que todo fluyera de forma natural, muy coherente y dinámica fue el maestro Robert Treviño, un hombre que es una inmensa suerte para la entidad, a la que está dotando de un nivel nunca vivido.
Toda la plantilla rindió a altísimo nivel y fue capaz de responder adecuadamente a las muchas exigencias rítmicas, de tempo, dotadas de enorme personalidad, la que tiene un gran director de orquesta.
No deja de causar especial alegría el poder volver al formato grande, con cientos de artistas en el escenario ofreciendo un espectáculo que pasa por ser de lo mejor que hemos escuchado en los últimos meses por estos lares. Esta alegría solo queda empañada por los pocos pero ruidosos desalmados de siempre, que son incapaces de desconectarse por ochenta minutos de la cotidianeidad. Viendo la extraordinaria respuesta popular podemos considerar sin ningún género de dudas que la Euskadiko Orkestra ha cumplido su palabra y la deuda está vencida.
Enrique Bert
Gustav Mahler: Sinfonía nº 2 en do menor.
Sarah Fox (soprano), Justina Gringyte (mezzosoprano)
Orfeón Donostiarra y Euskadiko Orkestra.
Dirección musical: Robert Treviño.
Palacio Euskalduna, de Bilbao.