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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Destino… inicial - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 13/11/2022

Dos Brahms y Dvořák de repertorio en los extremos del programa, escoltaron la Misa de niños de Rautavaara en el concierto que ofrecieron la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM) junto a los Pequeños cantores de la JORCAM dirigidos por Marzena Diakun, en su temporada en el Auditorio Nacional de Música.

El terso sonido proyectado en la misteriosa entrada del coro en la Canción del destino de Brahms, inundó con su limpia consistencia la versión de esta recurrente pieza sinfónico-coral.

Un coro protagonista en sus demás entradas, en bloque o escalonadas, por su considerable riqueza de dinámicas junto con la precisa valentía, en un planteamiento poderoso que perfectamente podría haberse quedado limitado a la reproducción sistemática de la belleza del sonido inicial y que, así, dominó la obra.

Un desempeño coral que fue, en todo momento, una demostración de estos recursos. Recursos consabidos, sí, pero que no se enmarcan, lucen y cuelgan, sino que han de desplegarse obra a obra, y esta conocida pieza de Brahms fue, para ello, buena piedra de toque: un, llamémoslo así, "destino… inicial".

De Einojuhani Rautavaara, un autor al que deberíamos acudir con mayor insistencia, escuchamos una interesante Misa de niños con las labores del coro (de niños, lógicamente) y de la orquesta de cuerda, discriminadas entre lo asertivo vocal y lo reflexivo instrumental, hasta el Aleluya final en el que confluyeron ambas. El Gloria fue buena prueba de la preparación y riesgo, asumido y superado por dicho conjunto de Pequeños cantores.

La Octava sinfonía de Dvořák ocupó la segunda parte de la velada. Una obra de cuidada calidad tímbrica, lírica y formal, incluso en sus desarrollos (casi, y sin casi, beetovenianos), y, por cierto, no sólo por su célebre (y "grazioso") Allegretto.

Un primer Allegro con brio, afrontado con pretensión más poemática que estrictamente formal, ofrecido con un rubato temático singular, fue lo más destacado de esta versión, pese a la citada popularidad de alguno (o ambos) de los dos movimientos que le siguieron.

Movimientos que le siguieron, tres incluyendo el turbulento Finale, donde su lirismo, cantabile o danzable, la gracia o trascendencia por momentos de sus diversas texturas, no pueden estar reñidos con la fluidez, la intensidad o la rítmica interna de unas aquilatadas transiciones.

Luis Mazorra Incera

 

Orquesta y Coro (Edward Caswell) de la Comunidad de Madrid, y Pequeños cantores (Ana González) de la JORCAM / Marzena Diakun.

Obras de Brahms, Dvořák y Rautavaara.

ORCAM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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