El pasado 27 de mayo, Kazushi Ono se subió por última vez al podio de L’Auditori como director titular de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC).
Seis años ha durado su aventura al frente de este conjunto, un periodo especialmente difícil debido a la pandemia que obligó a cancelar conciertos y, cuando estos volvieron a hacerse, a modificar drásticamente los programas para adaptarlos a las exigencias sanitarias. Muchos de los proyectos artísticos de Ono quedaron así en el aire. A pesar de ello, nos deja un buen puñado de conciertos para el recuerdo y, sobre todo, una orquesta que, bajo su mandato, ha mejorado sensiblemente en todas sus secciones y ha ido renovándose con sangre nueva.
Como colofón a esa etapa, pocas obras mejores que la Sinfonía n. 2 “Resurrección” de Mahler, todo un viaje desde la oscuridad hacia la luz. Ono la abordó con energía y fiereza ya desde ese arranque que obliga a las cuerdas a dar el máximo. La progresión dramática y sonora del Allegro maestoso inicial fue impecable, mientras que en los dos siguientes movimientos el director hizo gala de elegancia y, en el tercero, también de gracia e ironía a la hora de jugar con los temas, las dinámicas y el color instrumental.
El carácter extático del cuarto movimiento, Urlicht (Luz primigenia), fue expuesto con primoroso detalle y defendido con convicción y sensibilidad por la mezzosoprano Mihoko Fujimura. Se llegó así al monumental Finale, cuyos contrastes de carácter, de lo contemplativo a lo marcial y trágico, resaltó Ono de manera eficiente hasta desembocar en la entrada del coro, un Orfeó Català sólido, con empaque, excelente de principio a fin.
Tras los últimos acordes, el público se levantó en bloque para ovacionar una muy meritoria interpretación y, sobre todo, a Ono, quien en estos años ha sabido ganarse su respeto y afecto a base de honestidad y buen hacer.
Juan Carlos Moreno
Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya / Kazushi Ono.
Orfeó Català. Lydia Teuscher, soprano; Mihoko Fujimura, mezzosoprano.
Sinfonía n. 2 “Resurrección”, de Mahler.
L’Auditori, Barcelona.
Foto: Kazushi Ono se subió por última vez al podio de L’Auditori como director titular de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya / © Michal Novak