Núria Rial es una cantante poco conocida en nuestros pagos, pero que goza de un gran prestigio fuera de nuestras fronteras como intérprete de música del Renacimiento y Barroca, con incursiones en el repertorio mozartiano. En todos ellos ha dejado constancia de su buen hacer, haciendo gala de una voz no grande, pero perfectamente timbrada, de una musicalidad impecable y un gusto exquisito. Con este recital se presentaba en el Ciclo de Lied del CNDM en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, acompañada por el prestigioso intérprete de clavicordio y pianoforte Andreas Staier.
Ambos concibieron un programa sin relumbrón, sencillo, pero plácidamente bello con obras de Mozart y Haydn.
Staier se lució con dos fragmentos de Mozart, la Allemande de la Suite en do mayor, KV 399; el Andante cantábile de la Sonata en do mayor, KV 330, y otro de Haydn el Moderato de la Sonata en do sostenido menor, Hob XVI:36. Staier acaricia el pianoforte obteniendo un sonido de una gran delicadeza pero sin caer en el amaneramiento. Sus interpretaciones me transportaron a la época de su composición, pero sin pedanterías historicistas; no fueron piezas de museo, sino composiciones vivas, frescas, bellísimas.
La soprano supo lucir sus muchas virtudes en este repertorio con siete canciones de Mozart, los dos últimos en francés: An Chloe, K 524 (1787, Als Luise die Briefe, K 520 (1787) (Cuando Luisa quemo las cartas de su amante infiel), Der Zauberer, K 472 (1785) (El mago), Das Veilchen, K 476 (1785) (La Violeta), Abendempfindung K 523 (1787) (Sensación nocturna), Oiseaux, si tous les ans, K 307 (1777-1778) (Pájaro, si todos los años) y Dans un bois solitaire, K 308 (1777-1778) (En un bosque solitario).
Todas ellas se adaptaban perfectamente a las cualidades de la soprano. Ninguna presentaba exigencias canoras exageradas en cuanto a tesitura al carecer de notas altas y mantenerse en una tesitura en la que Rial se movió con naturalidad y soltura. Algo similar ocurrió con las cuatro canciones semi populares de Haydn en inglés, con las que logró interpretaciones ligeras, naturales, como corresponde a unas composiciones creadas para los salones de la época.
Menos fortuna tuvo la intérprete en la cantata Arianna a Naxos del mismo Haydn. Esta obra requiere una variedad de registros importantes a nivel dramático; se puede cantar muy bien pero si se obvia el drama, la obra queda descabezada. Rial en la parte meramente musical estuvo impecable, pero una excesiva contención impidió que los distintos estados de ánimo de la protagonista alcanzasen el nivel de patetismo que requiere partitura tan bella.
Una deliciosa sesión de música en un salón de los Esterházy.
Francisco Villalba
Núria Rial, Andreas Staier.
Ciclo de Lied del CNDM.
Teatro de la Zarzuela de Madrid.
Foto © Rafa Martín