La Orquesta Barroca de Sevilla sigue esquivando como puede la posibilidad de cancelar conciertos a medida que la pandemia avanza y los horarios se reducen. La cita era esta vez en el Teatro de la Maestranza, con una orquesta amplia y con un programa poco manoseado, contando con una solista como Julia Doyle, quien debutó con la OBS hace ya más de 10 años y a las órdenes también de Mercero. Esta vez no ha podido estar con nosotros por el confinamiento de Reino Unido, y sus prometidas “Delicatessen británicas” nos las tuvo que ofrecer la burgalesa Alicia Amo, que actuó por primera vez hace 5 años con la orquesta y, de la misma manera, con Mercero a los mandos. Porque el violinista y director donostiarra podría decirse que es como el Principal Director Invitado de la OBS, así que lo conocemos bien. Por eso, acostumbrados a sus maneras nervudas y vigorosas, nos sorprendió que en este programa optara por el té de las cinco y nos ofreciera un sonido exquisito, delicado, transparente, sin que faltase esa intensidad que lo caracteriza, pero de una manera más sutil, a excepción de las tremendas arias de Haendel que cerraban el programa.
Porque hay que decir que, como se podía imaginar por el título de conjunto, era un florilegium de barroco inglés, en el que se incluía obviamente al alemán Haendel, no sólo por su presencia sino también por su influencia en la música y -como empresario- en la vida musical inglesa. Así que arrancó el programa con The Morning de Thomas Arne, introducido por esa orquesta en estado de pasmosa delicadeza, con una música verdaderamente encantadora, a la que Amo puso la voz, aunque no parecía la suya: había algo, algún desequilibrio interior que no dejaba oírla con toda su plenitud. Más tarde pasó lo mismo con Purcell, del que no se libró ni el conocido Lamento de Dido, debiendo recurrir a forzar los graves para que se los pudiera oír, algo contrario a su forma de cantar desde que la conocemos.
Sabemos que a algunas mujeres el embarazo les ha podido perjudicar, a pesar de que el canto parece que “masajea” al feto a través del diafragma, músculo vital del canto, tanto como del parto. Pero en el último bloque de canciones, habiendo descansado tras la suite The Prophetess del mismo Purcell, el maleficio desapareció, y nos dejó oír a la verdadera Amo, con toda la limpieza de su canto, calidez, color, devolviendo su poder sobre los graves que salieron naturales, sin forzamiento alguno. Apenas empezar con extrema dulzura Heart, the seat of soft delight sabíamos que la habíamos recuperado, y ni siquiera en la tremenda Amor è qual vento, con sus saltos acrobáticos del agudo al grave y viceversa, buscando describir los arrebatos y derrumbes que describen el amor, hicieron mella en su registro, mientras su rostro sonreía de satisfacción.
Finalmente, fuera de programa le oímos Tu del Ciel ministro eletto de Il Trionfo del Tempo e del Disinganno, un prodigio de expresión y sensibilidad, que ya estaba preparada (por suerte tuvimos subtítulos en todo el programa, y aquí también), pero luego Mercero quiso repetir Fairest Isle de El rey Arturo de Purcell, puede que para que viésemos la diferencia con una voz que ahora estaba como para empezar de nuevo.
Carlos Tarín
Alicia Amo, soprano. Orquesta Barroca de Sevilla / Concertino y director: Andoni Mercero.
Obras de Arne, Avison, Locke, Purcell y Haendel.
Teatro de la Maestranza, Sevilla.
Foto © Guillermo Mendo