Vistoso e infrecuente programa el ofrecido por Karel Mark Chichon al frente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria que transitó entre tierras finlandesas e italianas, aunque en algún caso sea una Italia vista desde la óptica de un ruso. El celebérrimo poema sinfónico Finlandia de Sibelius tuvo una lectura de gran plasticidad, diferenciando plenamente las distintas secciones, desde la solemne y vigorosa apertura a cargo de los metales, pasando por las movidas fanfarrias de la marcha subsiguiente o la sección central cuyo carácter hímnico fue certeramente plasmado. Se presentó por primera vez en nuestros programas Encantamientos, concierto para percusión y orquesta del finés Einojuhani Rautavaara.
Bajo la estructura tradicional concertante en tres movimientos: rápido-lento-rápido, Rautavaara diseña una pieza de gran atractivo sonoro, muy agradecida para el solista, que utiliza fundamentalmente xilófono y vibráfono, con intervenciones puntuales de otras percusiones como tambores, címbalos, gong, o campanas tubulares, destacando especialmente el movimiento central con carácter de ensoñación, a cargo del vibráfono en diálogo con diversos solistas de madera sobre un fondo de cuerdas en delicado murmullo.
Impecable el solista de percusión de nuestra orquesta, Francisco Navarro, en una parte especialmente compleja, técnica y musicalmente, que afrontó con soltura, como la Filarmónica de Gran Canaria, con un Chichon especialmente atento al solista y cuidadoso en las texturas.
El Capricho Italiano de Chaikovski es una pieza deslumbrante y muy agradecida para el oyente que prácticamente ha desaparecido de los programas de conciertos de las orquestas, por lo que se agradece su recuperación, más si se nos ofrece en una lectura efusiva y exaltada, escrupulosa en los detalles y hábil en el fraseo para reflejar el carácter propio de los ritmos de danza que vertebran la pieza: una solemne Siciliana y la exuberante Tarantela.
El programa finalizo con los Pinos de Roma de Respighi, todo un tratado de orquestación a cargo de un maestro del color instrumental que sirvió para mostrar el espléndido estado de forma de la Filarmónica de Gran Canaria que comandada por su titular ofreció una lectura rutilante que supo plasmar tanto la luminosidad centelleante de los Pinos de la Vía Borghese, como la sombría gravedad de los primitivos himnos cristianos en Pinos cerca de una catacumba, la evanescencia impresionista de Pinos del Janículo con sus cantos de pájaros, para desembocar en la majestuosidad de los Pinos de la Vía Apia, un inmenso crescendo levantado con destreza por la batuta desde los punteados iniciales en pianísimo de percusión y piano al avasallador tutti final, con metales adicionales situados en los palcos superiores a ambos lados de la orquesta.
Para concluir, me hago eco de la excelente noticia hecha pública esta semana; la renovación de Karel Mark Chichon como director titular y artístico de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, durante dos temporadas más, hasta 2027. Esta decisión dota a la agrupación grancanaria de seguridad para afrontar una etapa decisiva de cambio generacional, con numerosas jubilaciones de músicos que han desempeñado su labor durante décadas y la búsqueda de un nuevo director titular, labores que nadie podrá llevar adelante mejor que Chichón, director titular de raza, que ha manifestado durante estos difíciles años una preocupación constante por mejorar el nivel de la agrupación grancanaria, ganándose la complicidad de los músicos y del Cabildo grancanario, de quien dependen.
Juan Francisco Román Rodríguez
Francisco Navarro, percusión.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Karel Mark Chichon.
Obras de Sibelius, Rautavaara, Chaikovski y Respighi.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.