Concierto para conmemorar los 25 años de la Real Filharmonía de Galicia desde su presentación oficial, entonces con Helmuth Rilling entre obras de J.Ch. Bach, J.Haydn, M.Balboa y Mozart. Un brindis sonoro con apuntes del Cumpleaños feliz, y el detalle de las dos gerentes, la del Consorcio y la de la propia formación, Belén Hernández y Sabela García Fonte. Abrimos con La noche transfigurada, para Egon Wellesz, esta obra es significativa en un doble sentido en cuanto a una reorientación ético-literaria y de una transformación de la forma musical. El poema que se convierte en sustrato de ella, tomado de la colección Weib und Welt, de Dehmel, muestra el diálogo de un amante con una muchacha que lleva en su seno un hijo de otro. Típico tema del estilo del poeta, cargado de intenso pathos, idea o modelo de una sexualidad que buscaba dilucidar sus obsesiones. Nuno Coelho, el director, se impregnó de las esencias con un planteamiento claramente detallado en sus intenciones.
Desde el punto de vista estilístico-musical y formal, el sexteto resultante, se aproxima a los dominios de la música programática, una música intensamente descriptiva que pretende definirse en tonos y fenómenos extramusicales, Schönberg trasladará el principio descriptivo a este espacio camerístico. Su amigo Anton von Webern, subrayará la peculiar autonomía, dentro de las intimidades del ejerció que domina con virtuosismo. La noche transfigurada Op. 4 muestra la sobreabundancia del entusiasmo temático y la libertad de su arquitectura, realzados por la personalidad de los giros armónicos y melódicos.
El sexteto Noche transfigurada (Verklarte Nacht), no perderá el aprecio del autor y para ejemplo, las versiones ampliadas para orquesta, las dos que acabará realizando, una poco después, en 1917 y la más tardía en 1943, la que escuchamos esta vez, de 1943. La primera se dio a conocer en Viena, capital añorada y despreciada a un tiempo, por los amargos destinos que jalonaron su biografía, antes del obligado exilio en California y que en ese compromiso, el autor se hizo responsable de una nueva propuesta. Siempre convendrá recordar que las influencias wagnerianas, pesan de manera ostensible sobre los compositores de esta generación El trabajo orquestal de las versiones que con regular frecuencia se pone en atriles, queda a considerable distancia de la original para sexteto de cuerdas, con lo que la independencia presumible, ayuda a entendernos con el Schönberg de talante expresionista.
¡Viva Beethoven! Otro aliciente para la jornada. La Sinfonía nº 5, en Do m. Op. 67, de Beethoven, es obra tenida por impulsiva, ominosa y fatídica. Así lo quiso Nuno Coelho, en una actitud casi obsesiva y arrebatada. Concebida y esbozada al principio en el mismo talante creativo que dio origen a la Heroica, la Quinta transcurre en un mundo muy diferente al de la Tercera, pero posee el mismo tipo de narración dramática. En su apreciación estará más unificada en su narración y en su material que cualquier otra. Más allá de ello, la esencia de esa unidad será trasmitida por la cosa más simple posible: un tamborileo de cuatro notas, un ritmo primario. Ese ritmo satura el primer movimiento y regresando con diferentes apariencias hasta el final. La esencia de la narración reside en cómo es transformado ese motivo. Tras la tempestad de este movimiento se recibe súbitamente in media res, con su cantarín tema en los chelos como un oasis y un consuelo, lo que el autor rotuló en el primer esbozo del tema principal como Andante quasi minueto. El Andante con moto coherente en su forma, alterna dobles variaciones, primero sobre el tema del chelo y luego en un segundo tema.
El tiempo siguiente podrá ser un scherzo por métrica, pero su tono apenas se ajusta a su habitual carácter lúdico y está impregnado de la beethoveniana atmósfera. Hay una murmurante frase de los bajos, luego una llamada de las trompas a la que responden los vientos con un tema suavemente agresivo. La música caerá en una misteriosa textura de cuerdas y vibrantes timbales. Su antecedente es el Caos de Haydn, que prepara el surgimiento de la luz. Del mismo, irrumpe como un fogonazo el Finale, cuya esencia radica en los metales. Su estilo recuerda la forma sencilla y directa de la música revolucionaria francesa, y semeja un grito de libertad y liberación.
Ramón García Balado
Real Filharmonía de Galicia / Nuno Coelho
Obras de Schönberg y L.v. Beethoven
Auditorio de Galicia, Santiago
Foto © Xaime Cortizo