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Crítica / Cuarteto para el fin de los tiempos (ciclo Satélites) - por Luis Mazorra

Madrid - 09/05/2021

La obra de Olivier Messiaen, Cuarteto para el fin de los tiempos representa en sí misma, la respuesta, tan humana como trascendente, a la ignominia. La vivida por Messiaen y, por ende, toda ignominia.

Una obra donde el contraste entre sus ocho movimientos, hoy presentados con breves incisos declamados, alcanza, no ya su naturaleza dinámica, agógica o tímbrica, sino que acude un paso más allá, exprimiendo las posibilidades expresivas de este cuarteto.

Una poderosa fragilidad, bien interiorizada y versionada ya desde su inicial Liturgia de cristal por el Cuarteto Forte formado por Kremena Gancheva al violín, Ángel Belda al clarinete, Javier Martínez al violonchelo y Mariana Gurkova al piano. Programa del ciclo Satélites de la Orquesta y Coro Nacionales de España, que planteaba, exento de otras interferencias estética o conceptuales, este histórico Cuarteto.

La Vocalización para el ángel que anuncia el fin de los tiempos es un potente contraste entre dos mundos, en los que parecen regir tiempos diferentes. Enérgicos extremos para una singular “vocalización” de renovado timbre mágico: "violin-chelo". Un sugestivo clarinete a solo de misteriosa expresividad y maravillosa elocuencia, en el Abismo de los pájaros. Abismo que encumbra el control de tempo, dinámicas y timbre por encima de otros virtuosismos fatuos.

Un enérgico Interludio dio paso a la Alabanza a la eternidad de Jesús con el violonchelo acompañado plácidamente por el piano en dilatado crescendo hasta un nuevo abismo, relativo... Así llegamos a la más característica Danza de la ira para las siete trompetas. Brillante despliegue de difícil concertación, en un octavado impenitente con renovado lenguaje rítmico “marca de la casa”. Claridad formal en una versión que destacó los inusitados cambios de registro que Messiaen va introduciendo por doquier en un ejemplar desarrollo.

El Enredo de arcoiris para el ángel que anuncia el fin de los tiempos presenta ya lenguaje y textura concertantes, con abundante resultado sinérgico, una verdadera orquestación a cuatro partes (!) versada con especial brillantez y contrastes de carácter por todos los atriles. Una obra en sí misma.

(Por cierto, y esto dicho totalmente al margen, entre paréntesis y a bote pronto según escuchaba, "con la boca pequeña...” que se dice: ¿los últimos gestos melódicos no son sospechosamente parecidos a los conocidos e insistentes breves motivos de la partitura de Bernard Herrmann en su banda sonora del sesenta, en aquella cruenta escena de Psicosis de Hitchcock…?)

La, de nuevo, ascendente Alabanza a la inmortalidad de Jesús llevó la pieza "al paraíso" como bien afirmara antes el presentador, introductor de las ocho piezas, Alfonso Delgado. Intensa melodía de violín, toda una declaración de principios, broche final de la velada con interesantes efectos armónicos del piano.

Una experiencia planteada por Messiaen más allá de lo musical, que aún mantiene, a trancas y barrancas, con envidiable doble vitola de “clásico” y “contemporáneo”, aquel provocador halo trascendente.

Luis Mazorra Incera

Cuarteto Forte / Kremena Gancheva, violín; Ángel Belda, clarinete; Javier Martínez, violonchelo; y Mariana Gurkova, piano. Alfonso Delgado, actor.

El Cuarteto para el fin de los tiempos de Messiaen.

OCNE-Satélites. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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