Como se ha mencionado en otras críticas anteriores, resulta especialmente meritoria, y de reconocimiento en primer término, la labor que está siendo desempeñada actualmente por los programadores de conciertos de música en el presente panorama de inestabilidad que permanecemos afrontando para continuar acercando las actividades culturales al público, en unas condiciones ligeramente diferentes a las habituales, con bastante predominancia de espacios al aire libre, en sustitución de las habituales salas de teatros o auditorios, pero que no impiden poder disfrutar de maravillosos eventos en entornos agradables e incluso con acústicas realmente sorprendentes en un sentido óptimo.
En este caso en concreto, el tradicional festival de música Clásicos en Verano, que desde hace bastantes años organiza la Comunidad de Madrid, y que en esta edición número XXIII veía cómo podía peligrar su desarrollo con motivo de la pandemia del COVID-19, está pudiendo ofrecer finalmente una buena serie de programas y repertorios diferentes que hace escasamente unos meses se presentaban prácticamente imposibles, acercando del mismo modo las actividades de pequeñas formaciones a diferentes municipios de la propia comunidad autónoma.
Formando parte de la programación, una de las principales puestas en escena, después de todos los meses de detenimiento de la actividad, con diversos compromisos pospuestos o cancelados, era la del Cuarteto Bauhaus, incipiente agrupación de música de cámara que progresivamente comienza a encontrar un notable espacio entre los ciclos y los festivales del panorama nacional, con una particular proyección dentro del ámbito de la Comunidad de Madrid. La propuesta del repertorio, con el nombre De la intimidad al escenario en una alusión a la pretensión original de las composiciones abordadas para ser interpretadas en espacios reducidos, comprendió dos de las producciones más representativas de ambos autores respectivamente, el cuarteto “Serioso” de Beethoven, con la energía tempestuosa característica del músico de Bonn, y el cuarteto “Americano” de Dvořák, con un lenguaje influenciado en el autor por la fascinación de la sociedad norteamericana y su herencia nacionalista procedente de la tradición checa.
La primera obra se presentó con un planteamiento compacto, redondo y bien estructurado tanto en dinámicas como en colores, manteniendo el equilibrio en el balance, destacando la precisión en las secciones al unísono del conjunto y la elegancia del fraseo colectivo, pudiendo echarse en falta posiblemente determinados espacios de tiempo para favorecer la estructuración de la resonancia entre las pequeñas intervenciones, si bien es cierto que en acústicas exteriores este parámetro no debería tenerse en consideración específica, al otorgar los instrumentistas mayor prioridad a la continuidad de un discurso que pretende no hallarse interrumpido en su amplio despliegue de emociones, afectos y sentimientos.
La segunda obra, por su parte, presentó un abanico de matices bastante extenso, con unas líneas melódicas perfectamente cuidadas en la propuesta artística de una música en la que destacó la luminosidad de las texturas, el protagonismo dentro de la conversación de las pequeñas intervenciones individuales, con tratamientos en la ejecución de los materiales de influencia casi impresionista, y con un resultado colectivo que resultó conmovedor de manera concreta en el segundo movimiento, conformando una atmósfera de impactante romanticismo en contraste con la agitación de los movimientos extremos.
En conclusión, una propuesta acertada para el regreso a la nueva normalidad por parte de un cuarteto de cuerda de gran calidad, en el que prevalece su destacado trabajo colectivo en la búsqueda de una sonoridad profundamente personal y la firme voluntad de cada uno de sus integrantes por ofrecer su máximo compromiso en cada aportación individual.
Abelardo Martín Ruiz
Cuarteto Bauhaus
De la intimidad al escenario
XXIII Festival Clásicos en Verano de la Comunidad de Madrid
24 de julio de 2020
Plaza del Peregrino del Coliseo de la Cultura de Villaviciosa de Odón
22:00 horas
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Cuarteto número 11, opus 95 “Serioso”
Antonín Dvořák (1841-1904)
Cuarteto número 12, opus 96 “Americano”