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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - Cuando la música nos hace temblar (FeMÀS - Le Poème Harmonique)

Sevilla - 05/04/2019

De las 36 ediciones del Festival de Música Antigua de Sevilla, que lo convierten en el más veterano de nuestro país, sin duda los diez últimos años que ha capitaneado su actual director han sido los más reconocidos y laureados hasta la fecha. Y aun así, Fahmi Alqhai, responsable de la Muestra, nos dice que esta edición “lleva al máximo de sus posibilidades los ambiciosos objetivos que durante años se cocieron a fuego muy lento”, calificando a priori como “imponente inauguración” el oratorio Il terremoto de Antonio Draghi.

Es natural que un director hable bien de su proyecto, y no sabemos todavía si el extenso Festival lo logrará en esta edición, pero ya podemos decir que la inauguración fue tan impactante como el director y violagambista sevillano predecía. Partimos de un compositor casi desconocido hasta hace poco, de una obra que se estrenó hace menos todavía, que no es propiamente un oratorio, sino pertenece a una forma musical propia de la Viena de la segunda mitad del XVII, que recibió el nombre de sepolcro (al reducirse su temática con exclusividad en la muerte y resurrección de Cristo), lo que por otro lado no parece lo que esperamos para una inauguración. Item más: la música puede maravillosa, pero se necesita a alguien que nos la haga llegar a ese nivel.

Le Poème Harmonique y su director Vincent Dumestre nos ofrecieron un espectáculo maravilloso de extraordinarias voces y parejos instrumentistas. Este sepolcro necesita de un pequeño coro y de ocho solistas, para cubrir los personajes que participan en él, lo que casi obliga a contar con los coralistas, lo que se puede volver contra el resultado final, ya que las exigencias de un rol solista a veces no puede ser cubierta por un coralista. Sin embargo, la sensación que nos llevamos es que estábamos ante ocho solistas que habían querido hacer de coro para esta obra, que tal fue su nivel; aun así, destacaríamos la voz impresionante de Léa Trommenschlager sobre la excelencia de sus compañeros. Ya con esto podía resultar inimaginable pedir además una afinidad tímbrica (y no sólo desde un punto de vista coral, sino solístico, de tal forma que las diferencias frecuentes de distintas técnicas vocales suelen dar lugar a voces más o menos impostadas, más relajadas o forzadas, o la natural diferencia de la voz natural de cada cual).

Pues ni eso: predominó la afinidad sobre la heterogeneidad, evitando así los sobresaltos entre voces muy poderosas y otras apocadas o pequeñas, o registros ásperos frente a otros más suaves y líricos. Hubo diferencias de carácter, pero predominó -insistimos- la unidad. Indudablemente, Dumestre fue bastante responsable de este seísmo brillantísimo que sacudió el inicio del Festival, y eso sobre una forma luctuosa y -confesémoslo- que insiste en demasía sobre el momento temático que da nombre a su naturaleza musical. Culminó la experiencia con la inesperada presencia de sobretítulos -y la esperanza de que se mantuvieran durante el Festival-, y el oscurecimiento de la escena, como ayuda para recrear el ambiente de recogimiento y reflexión que los sepolcri pretenden.

Carlos Tarín Alcalá

FeMÀS 2019. Le Poème Harmonique / Vincent Dumestre. 
Il Terremoto de Antonio Draghi.
Teatro Turina, Sevilla.

Crédito foto: Lolo Vasco

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