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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Conocimiento y entusiasmo - por José Antonio Cantón

Granada - 11/10/2024

Una de las citas más esperadas del ciclo Espacio Sinfónico de la presente temporada de la Orquesta Ciudad de Granada (OCG) ha sido el dedicado a dos de los más grandes compositores del posromanticismo como fueron el bávaro Richard Strauss y el bohemio Gustav Mahler, mediante dos obras muy características de su repertorio como son las Cuatro últimas canciones, TrV 296 y la Primera Sinfonía en Re, “Titán”, respectivamente. Para su presentación se contaba con la soprano israelí Chen Reiss, mahleriana de reconocido prestigio en el panorama internacional y que ya estuvo en la temporada 21/22 con la orquesta granadina haciendo una interpretación modélica de la versión de las Siete canciones tempranas de Alban Berg versionadas por Reinbert de Leeuw y la Cuarta Sinfonía de Mahler, así como la participación de la cada vez más sólida batuta de Lucas Macías, titular de la OCG, experto en el repertorio austro-húngaro desde su experiencia como oboísta y conductor con tal arte y eficacia que le ha llevado ser merecedor de la plena confianza de legendarios maestros como Claudio Abbado, invitándole, en muchas ocasiones, a la esplendorosa orquesta del Festival de Lucerna, uno de los más rutilantes de Europa junto al de Salzburgo.

Empezar una actuación con las últimas canciones que compusiera Strauss siempre supone asumir un riesgo tanto vocal como instrumentalmente por el profundo sentimiento que conlleva su estética, que exige una coordinación absoluta de espíritu en todos los elementos intervinientes pivotados en una claridad de ideas que ha de emitir constantemente el director. Este fue precisamente el factor determinante para que el primer lied titulado Primavera fuera emergiendo con creciente seguridad, llevado por un exquisito pulso que hacía convergieran discurso orquestal y canto de manera natural. La constreñida expansión acústica del auditorio fue superada visualmente por el gesto preciso y ponderado del maestro, consciente de la ampliación de la plantilla orquestal que requiere la obra, asumida por la incorporación de una nueva promoción de la Joven Academia de la OCG (Taller orquestal de la Real Academia de Bellas Artes de Granada) que ocupaba el escenario con enorme vitalidad y absoluta entrega.

En Septiembre mejoró la emisión vocal de Reiss dejando que sus agudos contrastaran con mejor definición entre los tutti, siempre muy controlados por Macías desde un gesto dulce a la vez que contundente, que tuvo su confirmación en la tercera canción, Al irme a dormir, todo un ejemplo de contrastado equilibrio desde esa ensoñadora musicalidad que propone el autor bien ponderada por la cuidada cinética que del maestro requiere este lied ya desde su enigmático inicio en los registros bajos de la cuerda. Su contrastante pasaje central a cargo de la nueva concertino principal de la orquesta, la austriaca Birgit Kolar, supuso un remanso emocional para el oyente que le llevaba a disfrutar del esencial romanticismo de sus compases culminado por la convergencia con la soprano al iniciar su parte final llevado a un portento de expresividad por parte de la cantante. Generándose una expectativa que atrapaba al auditorio desde su luminoso inicio en el que la integración orquestal aparecía en todas sus posibilidades, surgía Abendrot (Al ocaso), en el que venía a demostrarse el enorme trabajo del director en los ensayos acoplando planos sonoros y secciones instrumentales, entre las que destacó la de viento-madera que, en sus logradas fluctuaciones, alcanzaba un nivel de virtuosismo realmente significativo. Su final fue absolutamente estremecedor por su logrado efecto contemplativo, alcanzándose así el momento más relevante de todo el concierto, que confirmaba la calidad de Lucas Macías como uno de los músicos españoles de mayor proyección artística en el panorama internacional, tanto como director como oboísta, cualidad esta que quedó demostrada sobradamente en una admirable reciente actuación concertante con la OCG.

Desarrollando toda una lección de concepto, Lucas Macías se adentró en la personalidad musical de Mahler dejando una sensación de suspensión con el sonido mantenido de la cuerda en el inicio del primer movimiento de la Sinfonía ‘Titán’, seguido de la notable vitalidad que imprimió al tema subsiguiente, sabiendo traducir el variado sentido cantábile que lo integra, antes de precipitarse de manera rápida e intensa en la coda. Mantuvo el aire de Laendler, vals rural austriaco, que pide el compositor en el segundo movimiento, extrayendo ese especial gusto bailable que requiere de los músicos, de modo singular de los más jóvenes, que asumían con absoluta convicción. Transitó con seguridad en el tercer movimiento manteniendo ese estado de lamento que manifiestan los sonidos mahlerianos desde el extraño y soterrado humor que desprende la marcha fúnebre que los sustenta, avalado por una intervención sustancial de Frano Kakarigi, primer contrabajista de la OCG que, desde su posición, impulsa constantemente el discurso de la orquesta, y por la sólida prestancia de Eduardo Martínez al oboe, dos de los puntales indiscutibles de la formación granadina.

Fiel al Tempestuosamente agitado cuarto movimiento surgido con un explosivo fortísimo, Lucas Macías se ocupó de ofrecer con máxima expresividad dramática su contenido hasta llevar a la cuerda al límite de la violencia. Buscó en todo momento esa especie de oposición que plantea Mahler al resto de la obra con este tiempo, consiguiendo tal intención. Contrapuso la marcialidad del primer tema con el anhelante lirismo del segundo sin llegar a patetismo alguno, sabiendo graduar el amenazante advenimiento del crescendo final, tratado con enorme y contenida pasión a la vez, que llevaban a recordar la enardecida musicalidad de Berlioz y Liszt, demostrando un dominio del material musical que sólo se da en los grandes mahlerianos.

Una larga ovación refrendó la bondad de un concierto bien programado en el que brilló la Joven Academia de la OCG materializando con entusiasmo el conocimiento, la capacidad técnica y el instinto de un director que respira y vive la música con esa pasión contenida y sabiduría propias de la gran academia centroeuropea.

José Antonio Cantón

 

Orquesta Ciudad de Granada y Joven Academia de la OCG

Solista: Chen Reiss (soprano). Director: Lucas Macías

Obras de Richard Strauss y Gustav Mahler

Auditorio Manuel de Falla, 4 de octubre de 2024

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