Nadie negará en estas tierras la importancia de la figura del irundarra Luis Mariano en nuestra intrahistoria particular, en esa que fuimos construyendo en nuestros hogares, con nuestras familias. Luis Mariano falleció en 1970 y, sin embargo, para muchos fue posteriormente una voz reconocible en nuestras radios, en las incipientes televisiones y a través de aquellos enormes LP’s que se colocaban en los preciosos tocadiscos de antaño los domingos por la mañana. Canciones que quizás no sepamos a qué obra pertenecen, que quizás no entendamos por aquello del idioma pero que, indudablemente, pertenecen a nuestra forma de vivir y entender la vida en un momento histórico concreto.
Por ello la mayoría de la asistencia al concierto del tenor vizcaíno Andoni Martínez Barañano eran de una cierta edad, aquellos que tratan de no perder su memoria musical y que han aprovechado la oportunidad que nos ha brindado el tenor de Getxo para recordar a un guipuzcoano afrancesado ilustre. Andoni Martínez Barañano adquirió cierto renombre social durante lo peor de la pandemia al cantar desde su balcón estas y otras canciones imbricadas en la memoria de este pueblo y poder conseguir, por unos pocos minutos, hacer más llevadero aquel encierro colectivo duro, frío e inesperado.
El tenor ha publicado un CD, titulado Memoria, y este concierto ha supuesto su presentación ante el público bilbaíno, acompañado por un trío de artistas, La Porteña Tango (teclado, bandoneón y guitarra) que se fusionaron con el cantante hasta lograr un ambiente festivo colectivo envidiable. Porque en el repaso de las canciones más conocidas que de la garganta y técnica de Luis Mariano salieron, Martínez Barañano nos permitió por 75 minutos olvidarnos de los problemas cotidianos y en un clima de familiaridad intenso, vivir un concierto para muchos inolvidable.
El tenor fue presentando de forma amena y breve cada uno de los temas con una pequeña pincelada histórica, para luego pasar a interpretarlo y provocar del respetable ruidosas manifestaciones de satisfacción desde el mismo principio. Ni que decir tiene que al finalizar el concierto los vítores, bravos y, sobre todo y lo más importante, las caras de satisfacción del público eran notorias. También la de los intérpretes, que nos hicieron disfrutar porque ellos disfrutaron sobre el escenario. Porque el trío que acompañó lo hizo de forma entregada, transmitiendo pasión por la música y compenetrándose de forma cómplice con el cantante; sus gestos, casi danzables, transmitían amor por el repertorio. Andoni Martínez Barañano cantó con amplificación que él mismo, como si quisiera adelantarse a cualquier reproche, justificó recordando el uso que de la misma hacía Luis Mariano aunque a un servidor pudiera parecerla excesiva para las dimensiones del recinto.
¿Y qué se cantó? Pues haga cualquier lector la lista de los éxitos de Luis Mariano y coincidiremos en muchos de los éxitos: fragmentos de operetas y musicales como Violetas imperiales, La belle de Cadix o El cantor de México, éxitos universales como Granada u O, sole mio y dos canciones en euskera como Maitetxu o Ezin ahaztu, todas ellas recogidas en el CD arriba mencionado. Si tuviera que elegir una de ellas por la sentida interpretación y por lo que de recuerdo se trata mencionaría la hermosura de Ezin ahaztu, bella y sentidamente cantada por Martínez Barañano. Muchos de los presentes tarareaban las canciones, las seguían con el cuerpo, con las manos y acabaron cantando junto al protagonista. En definitiva, una fiesta de concierto.
Enrique Bert
Memoria, concierto en recuerdo a Luis Mariano.
Andoni Martínez Barañano (tenor) y La Porteña Tango.
Sala Cúpula, del Teatro Campos Elíseos, Bilbao
Foto: el tenor vizcaíno Andoni Martínez Barañano.