Con 107 años de tradición, el concierto de Sant Esteve del Palau de la Música Catalana es en Cataluña una de las citas más esperadas de la navidad, evento cargado de simbolismo no solo musical sino identitario. Gran parte de su belleza consiste en el encuentro y colaboración de los coros pertenecientes a la familia del Orfeó Català que ha llegado a reunir a más de trescientas voces en el precioso escenario modernista, situación impensable en las actuales condiciones de pandemia.
Derrochando creatividad, innovación y resiliencia, los organizadores combinaron la actuación del Orfeó Català (con tapabocas) con una preciosa producción audiovisual realizada por Alba G. Corral y Marc Castanyer en la que participaron los demás coros. El leitmotiv del espectáculo, conducido acertadamente por la actriz Sandra Monclús, fue el Palau mismo, llevando a los espectadores por todos sus rincones, sacando la música a lugares emblemáticos de la ciudad, para que la música llegara a todos con su poder transformador.
La simplicidad y belleza de Prova el fred de fer-se etern, estreno de Josep Ollé (1987), dio inicio a una noche cargada de emoción y simbolismo en la que se estrenaron, como cada año, obras de compositores del país destacándose Naixement al Palau de la joven compositora Anna Campmany (1993) y Cançó de Nadal de Salvador Brotons (1959).
El Orfeó Català interpretó magistralmente varias obras de su repertorio habitual, incluyendo el Gloria de la Misa de la Coronación de Mozart y una selección de villancicos tradicionales e internacionales que ya le habíamos escuchado en conciertos anteriores. Entre las obras conocidas por los asiduos a este concierto estuvo el Poema èpic de Nadal de Marc Timón (1980), obra grandilocuente que se interpreta por tercer año consecutivo. Justamente en esta obra fue cuando sentimos el impacto de la pandemia, pues en años anteriores, su escucha fue punto climático del concierto, cuando la vibración de las voces de todos los coros hizo temblar corazones y derramó más de una lágrima. Este año, la combinación de video y Orfeó Català en la sala no logró el impacto deseado.
Como cada año, el evento finalizó con el público de pié escuchando emocionado El cant de la senyera de Lluís Millet (1867-1941). Es de aplaudir el esfuerzo realizado para mantener este tradicional concierto en medio de las dificultades impuestas por una pandemia que nos ha hecho valorar más que nunca el rol de la música y las artes en la sociedad.
Patricia Caicedo
Palau de la Música Catalana
Cors de l’Orfeó Català & Cor de Cambra del Palau (Concert de Sant Esteve)
Foto © El Periódico